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¿Pedro Sánchez se equivoca?

Creo que habría que corregir el plan de distribución de la vacuna.

 

Voy a demostrar con este artículo que ni soy un seguidor fanático de Pedro Sánchez, ni tengo inconveniente en discrepar, incluso públicamente, con él y todo ello, porque tengo mi propio criterio y porque entiendo que el valor de la crítica es importante como forma de avanzar. Estoy seguro de que Pedro compartirá y agradecerá lo que aquí expongo.

 

Parto de reconocer una muy buena gestión, tanto de la Unión Europea como del Gobierno español, para conseguir, en tiempo y número, las vacunas precisas para proteger a la población española, dentro de las posibilidades actuales de los productores de dicha vacuna. Y parto, asimismo, de una buena planificación de distribución en proporción a la población destinataria.

 

Transcurridas dos semanas ya de este proceso de recepción, distribución, recepción y vacunación, hay perspectiva suficiente para ver cómo se va cumpliendo la planificación; y observamos la disparidad que hay entre unas Comunidades que, o bien llevan unos niveles altos de vacunación o están acelerando progresivamente para alcanzar esos niveles y, frente a ellas, encontramos otras que se mantienen en unos niveles muy bajos y sin perspectivas de mejorar.

 

Por ello, y dado que se seguirán recibiendo semanalmente nuevos lotes de vacunas en España, creo que habría que corregir el plan de distribución de forma que se reparta semanalmente con prioridad a aquellas Comunidades autónomas que estén por encima o en torno a la media del nivel de vacunación de España. Y sólo en pequeño número a las restantes.

 

Sinceramente, creo que eso es lo más justo y con ello se consiguen varias ventajas:

Uno: se incentiva y reconoce el esfuerzo de quienes se toman en serio el proceso de vacunación de sus ciudadanos.

Dos: se estimula a quienes tienen niveles insoportablemente bajos de vacunación, para que tomen las medidas necesarias y corrijan dichos niveles.

Tres: se les quita un problema a quienes no saben cómo almacenar a -80°, por falta de espacio, “sus” vacunas.

Cuatro: se evita la paradoja de tener vacunas sin poner y personas de riesgo (como es mi caso) que, lógicamente, deben esperar a que se vacunen grupos más prioritarios, sin vacunar.

Cinco: se cumple con el principio de justicia pues no hay más nada más injusto que tratar igual a los desiguales.

 

El único riesgo que tiene este cambio de criterio es que Ayuso critique al Gobierno, pero esto es inocuo, porque lo hará de todas maneras.

 

Por tanto, desde aquí hago, respetuosa pero firmemente, esta propuesta o petición al Gobierno estatal. Y a la vez, al consejero de Andalucía Aguirre le digo que, mientras tanto, no le pida más vacunas al Gobierno central sino a la acaparadora Ayuso, en correspondencia con la solidaridad de Andalucía con Madrid, cuando en marzo hubo que enviar 150.000 mascarillas, producidas aquí, por tener Madrid un mayor impacto de la pandemia. Es pura solidaridad entre españoles.