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¡Pedroooo!

Ábalos le abrió la puerta de salida a Susana Díaz la otra tarde; la misma que Susana cerró de un portazo.

 

Susana Díaz no quiso que Pedro Sánchez viniera mucho a su campaña electoral. Tan poco lo quiso que hasta quitó el logo del partido de la foto con su efigie, esa que colgaban en farolas, faroles, farolillos y faralaes verdes. Para no confundir ni confundirse. No quería que la presencia del Dr. Falcon fastidiara a su audiencia. Y Pedro vino poco en campaña, lo suficientemente poco como para, estratégicamente, poder inhibirse hoy de culpas por el peor resultado histórico del PSOE en Andalucía. Querías clave andaluza, toma dos tazas, le escribió Pedro a Susana por el whatsapp virtual interno del resentimiento y el reproche.

Pedro Sánchez no vino, pero desenterrando Francos y haciendo entuertos con los enemigos del Estado español, y subiendo impuestos a granel a titirimundi, estuvo muy presente en la campaña. Gobernando por decreto con podemitas, nacionalistas euskaldunes y catalanes, ha logrado promover más castigo para Susana Díaz Pacheco que el que ésta quiso evitar no invitándole a que viniera.

 

Querías clave andaluza, toma dos tazas, le escribió Pedro a Susana por el whatsapp virtual interno del resentimiento y el reproche.

 

#FraudePedro es político de venganza constante. En diferido, pero constante. Su escasa disposición a dejarse invadir por el sentimentalismo, esa su incapacidad para demostrar empatía con quienes no le tienen afecto alguno, y su profunda capacidad de afilar su rencor, le obligan a guardar odio para repartirlo por orden, empezando por los suyos y siguiendo por los de enfrente. Si se tiene que desdecir, clamorosamente además, por tal de contrariar al enemigo, o incluso a los propios, se desdice. Su vergüenza es mínima comparada con la necesidad de fastidiar a sus rivales, enemigos y compañeros de partido. Y por orden inverso al citado. Sin rubor alguno. Si Pedro Sánchez tiene que enfrentarse a sus propios incumplimientos para enervar el fatuo y famélico mundo de sus ideas, lo hará. Es el Presidente, lo recuerda cinco o seis veces por párrafo hablado. Él no ha llegado a la Moncloa para pasar inadvertido, ni para hacer menos el ridículo que antes de llegar.

Es cierto que Susana ha desmovilizado tanto a las izquierdas de su cuerda de lo que ha movilizado Pedro Sánchez a las derechas de la derecha. De culpas, pues, andan en empate los dos. Pero que el Sr. Presidente del Gobierno está cerniendo en su cedazo retador a los no adeptos de su partido para disolverlos ante cualquier amenaza a su liderazgo, es algo que parece obvio. Lambán en Aragón, Ximo Puig en Valencia, Fdez. Vara en Extremadura o el coaligado potemkincastellano manchego, deberán tomar nota del proceder sanchista, y echar sus cuentas antes de mayo que viene. A ver si les conviene ser pasto de las llamas de Pedro, como Susana lo ha sido, o investir de olvido su futura campaña para tocar las palmas en romería progresista junto a Pedro y los que lo mantienen en Moncloa, rufianes, tardases, urkullus, oteguis, torras y puichdemones.

 

Es cierto que Susana ha desmovilizado tanto a las izquierdas de su cuerda de lo que ha movilizado Pedro Sánchez a las derechas de la derecha. De culpas, pues, andan en empate los dos.

 

Ábalos le abrió la puerta de salida a Susana Díaz la otra tarde; la misma que Susana cerró de un portazo. Bonica es mi soberbia de Triana para que me la sorban estos niños de palacio. A Susana no se la molesta mientras alquila discursos de todo a cien para llorar sin lágrimas por su inesperada derrota. De autocrítica humilde y serena andan escasos los socialistas del Sur, expertos en hegemonía de lustre en lustros, y en aplicar siempre la culpa en la espalda de los de fuera. Hábiles y muy cotizados ellos, para encontrar responsabilidades de su mala gestión en Madrid (sólo cuando gobernaban Aznar o Rajoy), en la derecha que insulta a Andalucía con los Pisa y los Eurostat de cada mes; en Trump, Bush y Reagan, o en los LePendel mar Mediterráneo que ofenden la dignidad de los miarma, convía Juan, que nos vamos. Nunca reconocerán que el problema sea de la soberbia de un régimen de más de tres décadas, ni su recurrente falta de humildad para ejercer la representación pública, delegada por los electores. Reconocerse responsables de no dejar lugar con estímulo suficiente para los gobernados, como para éstos mostrar orgullo por sus gobernantes. Más bien al contrario, con sus Ere, sus Faffe y putiferios feriados y costeados, han generado aversión y repulsa como para ir solícitos a votar a la contra, o quedarse en casa, los a favor.

Que a Susana Díaz la ha derrotado su exceso de confianza, parece evidente que es cierto. Creerse inabordable por los electores fue el primer paso para su derrota. Pero parece muy claro también que el grito rencoroso de ¡Pedrooooo!, se produjo en claro desafecto culposo el pasado domingo, a eso de las 22:00 h, cuando los datos del escrutinio confirmaban que debería dimitir Tezanos por habérsele ido la mano declarando sondeos con exagerado voto socialista, y no prever mejor el batacazo de Susana y Pedro.

Cuentan que el eco de ese ¡Pedroooooo! llegó desde Moncloa. Se oía de respuesta, menos resentida y más feliz: ¡Susanaaaaaa! Cada grito con su cabreo y alegría adjunta. ¿Qué me has hecho, Pedro? dirían en Sevilla, con el coro a voz tenor y barítono en cuadro de los casi 20.000 afiliados del PSOE que ven su cese más cercano. Una menos para la carrera, respondería egoístamente Pedro, en íntima reflexión grotesca consigo mismo. Los egos, el principio del fin del régimen andasulí, socialíy progresí.