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Ramón Fernández-Pacheco: portavoz ¿y futuro heredero?

El arranque del curso político nos ha dejado claro que todo lo que haga este gobierno debe ser capitalizado exclusivamente por el presidente. ¿Los marrones? para los consejeros.

 

En Almería, desde hace tiempo, dentro y fuera del PP, han considerado a Ramón Fernández-Pacheco Monterreal como “el niño mimado de Juanma”. Muchos creían que era broma, pero hoy hay quien no descarta que inaugure el delfinario de Moreno.

Cuando Juanma Moreno dio a conocer su primer gobierno hecho a su medida quienes presumían de ese supuesto apadrinamiento presidencial daban saltos de alegría tras comprobar que Fernández-Pacheco pasaba a engrosar la lista de “consejeros de Almería”. Un puesto muy valorado en una sociedad, la almeriense, aislada del resto de territorios -menos Murcia-  e insularizada por su incomunicación de siglos y donde ser miembro del gobierno regional es considerado socialmente como tener a un “defensor del pueblo almeriense” en Sevilla.

El título de ‘consejero de Almería‘ es un cargo político transversal que suele recibir el arrope discreto tanto desde sectores de la izquierda como de la derecha. En el pasado hemos visto como medios locales e incluso la oposición y sus terminales mediáticas hicieron campaña ante el inquilino/a socialista de San Telmo para que, no solo nombrase un político almeriense en el gobierno, sino que pusiese a uno en concreto con nombre y apellidos y además en Agricultura. La campaña del periódico La Voz de Almería apostando ante Susana Díaz por José Luis Sánchez Teruel para que le nombrase consejero de  Agricultura, fue un hecho relevante en este contexto que no pasó desapercibido porque al final no lo nombró y Almería no tuvo esta vez consejero.

Tras pensarlo y meditarlo durante semanas, el presidente Moreno finalmente se ha decidido a nombrar Portavoz del Gobierno de la Junta. Un puesto importante, sin duda, y para el que no sirve todo el mundo. Las décadas del PSOE en el gobierno de la Junta dejaron ejemplos claros de portavoces que se pasaban o no llegaban. Quizás por eso perdure en el recuerdo de los periodistas más veteranos figuras como la de Julio Artillo  (político), Enrique García (periodista) o más reciente Manuel Pérez Yruela (sociólogo) en unas circunstancias políticas complejas que les tocó vivir y en las que, sin embargo, se respetaba mucho más que ahora la labor de los informadores, de los periodistas.

Nuevamente Moreno Bonilla ha dado la razón a quienes como si les fuera la vida en ello decían “no te equivoques, el hombre de Juanma en Almería no es Javier Aureliano, es Ramón”. (El actual presidente de Diputación jugó en su día la carta de Teo García Egea y Pablo Casado). Eso desde luego parece que también lo sabían determinados cargos del PP almeriense. El periodista Juan Torrijos desveló hace poco en su muy leída columna “Paseo abajo” cómo el alcalde de El Ejido, el muy pío Paco Góngora, recurrió al  entonces alcalde de Almería Ramón Fernández cuando Juanma Moreno confeccionaba el actual gobierno con una doble pretensión: que quitase a Carmen Crespo y le nombrara a él, al propio Góngora que, desde luego, no sabía que su interlocutor dejaría la alcaldía para ser el segundo consejero de Almería junto a Crespo, exalcaldesa de la vecina Adra. Al final ni una dirección general le han dado a Góngora y él ya debe saber el por qué. Sus paseos como imputado judicial en un asunto de corrupción con su familia, le estigmatizaron políticamente.

Una nueva evidencia sobre la acumulación de poder de R. F-P se tuvo cuando, también Bonilla, le nombró portavoz del Partido Popular de Andalucía tras el último congreso regional.

 

Un portavoz de 39 años

Ramón Fernández-Pacheco, además de consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, es el flamante portavoz del gobierno autonómico, puesto que durante la pasada legislatura del bipartito desempeñó el malagueño Elías Bendodo como consejero de la Presidencia, dejando el listón – para lo bueno y para lo malo- a unos niveles bastante notables.

Moreno tenía la disyuntiva de apostar por el modelo ya conocido, el de Bendodo, o con alguien nuevo, desconocido para la inmensa mayoría y con un pasado sin mácula. El presidente elige nuevamente para portavoz a un político, pero hoy por hoy sin tanto peso como su predecesor  porque con la súper mayoría absoluta ya no les hace tanta falta un maniobrero experimentado como don Elías. De lo que se trata en esta nueva legislatura es de comunicar la acción del gobierno a los andaluces conforme a los intereses del ejecutivo y del PP que lo sustenta. Junto a eso R.F-P deberá pastorear de la mejor manera que sepa y pueda a los dueños e insaciables capataces de los grupos mediáticos que cortan (o no) el bacalao en Andalucía y por supuesto la pública RTVA. La gestión de los medios públicos, sus líneas editoriales, su respeto al pluralismo, es una de las asignaturas que trae suspendida desde Almería el joven portavoz, asunto sobre el que volveré más adelante.

Lo de ‘hacer política’ parece que será tarea exclusiva que se reserva el presidente para sí mismo. El arranque del curso político – de legislatura en el caso andaluz-  nos ha dejado muy claro que todo lo que haga este gobierno debe ser capitalizado única y exclusivamente por el presidente. ¿Los marrones? para los consejeros, que para eso están.

La puesta en escena en Madrid, contando con dos importantes grupos mediáticos como respaldo propagandístico, anunciando la eliminación de impuestos, es una de la mejores, más eficaces y descaradas campañas de imagen que ha protagonizado Moreno Bonilla hasta la fecha.

Convendrá subrayar que en la tarea de abrillantar la figura gris de antaño del llamado (conocido) hace solo cuatro años Juan Manuel Moreno Bonilla, el PSOE le está echando una mano. La batalla electoral sobre los impuestos, tras la claudicación de Maria Jesús Montero, es un ejemplo claro de cómo el líder de la derecha andaluza siempre cae de pié. Sin olvidar que como fondo subyace un discreto marcaje directo a Isabel Díaz Ayuso, encargo quizás del propio Feijóo.

El objetivo que se han planteado en San Telmo es consolidar al actual presidente andaluz como un gran referente de la derecha en España “por si acaso”. Que aunque hoy Moreno y Feijóo son uña y carne y el andaluz trabajará lealmente para que su amigo gallego llegue a la Moncloa, la política da muchas vueltas  y sino que que se lo pregunten a Pablo Casado o al mismísimo Pedro Sánchez. 

Pero la elección por Moreno Bonilla del joven (y apuesto) exalcalde de Almería para responsabilidades autonómicas como un puntal de su equipo, ofrece otras lecturas en clave política que es oportuno repasar.

 

El complejo PP de Almería

Desde luego habrá que reconocer de entrada que Juanma Moreno ha acertado a la hora de separar el grano de la paja almeriense del PP. El partido en Almería, controlado patriarcalmente durante décadas por el abuelo Gabriel Amat, alcalde de Roquetas, expresidente de la Diputación y del partido en Almería, es una organización compleja donde, bajo el indiscutido poder vicario otorgado por Javier Arenas a Don Gabriel, tras los sucesos de El Ejido y la Operación Poniente, se han creado pequeños clanes o tribus en función de las parcelas de poder electoral que la derecha fue ganando y consolidando durante décadas . Todo ello en detrimento de un PSOE cuyo pecado original fue asociarse en la Diputación en un «pacto secreto antinatura» autorizado por Manolo Chaves con la derecha extrema del PdAL de El Ejido. Un partidillo creado por Juan Enciso y su mano derecha Pepe Añéz coincidiendo con el estallido del segundo gran caso de corrupción en Almería, la Operación Poniente. El primero, por volumen de dinero supuestamente malversado o robado, es el macroproceso actualmente en instrucción conocido como el Caso Halsa-Términus con el PP de ‘los veteranos’ metidos hasta las trancas.

Con tacto y con elegancia, impuesta por el propio Arenas -convertido hoy en el Oráculo de Moreno Bonilla- incluso asumiendo riesgos políticos por lo que pueda salir en las causas que se instruyen por corrupción ‘vivas’ a día de hoy en los juzgados almerienses que afectan al PP  como son la O. Poniente, Halsa y y caso Mascarillas,  Moreno Bonilla ha propiciado la renovación generacional entre los actores principales de su partido. Había llegado la hora a ‘los niños del PP’, surgidos todos de las NNGG que han empezado a tomar el relevo, un fenómeno también vivido en el PSOE-A. Si se analizan los distintos niveles del gobierno andaluz actual se comprobará como el PP almeriense ha logrado puestos que ni los ex de Ciudadanos, que ya es decir. Si el PSOE puso un almeriense de consejero en cada legislatura, el PP ha puesto dos, manteniendo junto a Ramón Fernández a Mª Carmen Crespo en Agricultura pese a Góngora

Fernández-Pacheco no parece una elección improvisada por Bonilla que lleva años ‘siguiéndole de cerca’ cuentan en el partido. 

El nieto de Rafael Monterreal Alemán y bisnieto de Rafael Monterreal Alonso de Villasante, ambos alcaldes de Almería, quizás  no ha estado el tiempo suficiente en el sillón de alcalde como para presumir como él quisiera de su gestión, respaldada por una experiencia como concejal desde 2011, pero Moreno Bonilla ha ido descubriendo en él las maneras de un político moderado y dialogante que, con 39 años, parece que tiene asegurado un recorrido prometedor en el escalafón del Partido Popular. También hay gente del partido que dice que no se atrevería a descartar la hipótesis de que estamos asistiendo a un nacimiento en el delfinario de Juanma Moreno. El hecho de haber nacido ambos en Barcelona, hijos de andaluces, también resulta una curiosa coincidencia vital entre ambos.

 

La mochila de InteralmeríaTV

El nuevo portavoz de la Junta llega con algunos huecos ocupados de mala manera en su mochila. Como se apuntaba anteriormente una de las cuestiones que oscurece su etapa de alcalde de Almería guarda relación con los medios de titularidad pública. 

La TV local del ayuntamiento de Almería -Interalmería- dependiente del propio Fernández-Pacheco, ha sido, según denuncian habitualmente desde la oposición, un ejemplo de medio sectario, partidista, manipulador  y muchas veces insultador a través de tertulias en las que periodistas del o próximos al PP o Vox atacan sin piedad y con mal estilo a la oposición, particularmente a la socialista. También a los periodistas incómodos para el PP. Tanto que el Consejo Audiovisual de Andalucia como el Colegio de Periodistas o la Asociación de la Prensa  se han visto obligados a prestar amparo a profesionales a los que se ha insultado e injuriado desde la Tv pública del Sr Fernández-Pacheco.

Que se sepa el nuevo Portavoz de la Junta no ha movido un dedo siendo alcalde por garantizar y dignificar una televisión municipal como servicio público plural bajo su autoridad. Mal presagio si ese modelo, discretamente vigente hoy en Canal Sur, se impone plenamente como en Almería en los medios públicos de la RTVA con su llegada a la dirección de la política de comunicación del gobierno de la Junta.

 

Lo de la Operación Poniente

He oido en estos días de vino y rosas para Ramón Fernández algunas voces que con cierta alegría han pretendido echar agua al vino intentando hurgar en el pasado de este joven y prometedor político. Intentan con mala fe mezclarle con los de la Operación Poniente, cuya sentencia por cierto lleva ¡más de un año!  redactándose por el tribunal que ya juzgó al medio centenar de procesados en audiencia publica que concluyó el 13 de julio de 2021. 

Lo único cierto es que Fernández-Pacheco tuvo uno de sus primeros empleos – hay quien apunta que como becario en prácticas- en el ayuntamiento de El Ejido foco de la corrupción en la O. Poniente. Otra verdad es que dejó de acudir a las oficinas dos días antes de la intervención de la policía judicial en El Ejido. Algo sin excesiva importancia porque de aquella actuación policial sabían bastantes personas en Almería con antelación. Ni él ni su familia tuvieron nada que ver con aquel caso que rompió en pedazos a la derecha almeriense agrupada en el PP.

 

Artículo publicado el viernes 30 de septiembre en ExtraJaén