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Sobre izquierdas que hacen ganar a las derechas

Lenin: “La revolución no se hace, sino que se organiza”.

 

Para Lenin, fallecido el 21/01/1924, “la crítica tiene que limitarse a comparar y contrastar un hecho, no con la idea, sino con otro hecho”. Procedamus in pace. En 2015 Podemos obtuvo en las elecciones generales españolas 6.139.494 votos. Un hecho. En 2016 ( con IU a bordo) en idéntico tipo de elecciones generales obtuvo 5.048.570 votos. Un hecho. En 2019, en las elecciones generales de 28A,  con IU a bordo,  ha obtenido 3.732.929. Otro hecho. Critica por comparación, según Lenin, en cuatro años mal contados ha perdido 2.406.565 votos. Constatación: baja a alta velocidad como Fernando Alonso en Le Mans. Casi dos millones y medio de personas que votaron a la formación política morada han aprendido a desconfíar de ella y han dejado de votarla. Equivaldría a las personas que decidieron abstenerse sumadas a las votaron en las elecciones generales del 28A, en la capital madrileña.

Comparados los tres hechos, Lenin dixit, sin entrar en lides ideológicas en las que son maestros los señores Iglesias, Monereo, Errejón y demás compañeros sin excluir a don Alberto Garzón, sempiterno acompañante mudo del señor Iglesias, la conclusión lógica es que pierden votos y apoyos y confianza  a marchas forzadas.

Sin entrar en criticar a la IDEA, apunto algunos hechos que pueden ayudar a entender el descalabro: No se puede correr y menos olvidar que si se quieren resultados a medio plazo hay que pasar por la fase de estructurar seriamente una organización eficiente, y esa fase es pesada, costosa, aburrida, exigente de tiempo, de viajes, de falta de sueño, de pequeños fracasos que abruman. No es la vistosidad crujiente de las campañas electorales. Y no se deben confundir. Me sospecho que tanto Podemos, como Ciudadanos, Vox y otros recién llegados han pretendido ganar en pista y focos, obviando lo pesadísimo que es montar la carpa y traer las sillas y los asistentes. Lenin, de nuevo. “La revolución no se hace, sino que se organiza”. Me temo que los profesores universitarios que crearon Podemos y sus numerosos círculos telemáticos, tenían más de telepáticos y así se han ido holografiando elección tras elección. La holografía no da votos. Los militantes,  y no los inscritos manipulables ciberneticamente y a quienes nadie ha visto ni puede ver, sí permiten crecer.

 

El señor Iglesias quiere ser ministro.

 

Pero los españoles del común no deberíamos olvidar los que lo sabíamos,  o aprender los que no lo sabían que su mentor, el señor Lenin, ya nos dejó claramente dicho que “ “Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el parlamento: he aquí la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no sólo en las monarquías constitucionales parlamentarias sino en las repúblicas más democráticas.“ . Es menester dilucidar si el señor Iglesias, y no solo él , pertenece o no a la clase dominante. Videtur quod etiam. Parece que sí. Otra de las muchas contradicciones en que Podemos, y otras formaciones, se debaten.

Lo ocurrido inmediatamente antes de las elecciones generales y municipales en Madrid, tanto ciudad como región, ya sitúa en otro plano la visión y el objetivo de las personas al frente de las facciones, movimientos, plataformas, escisiones o partidos. Consiguieron a toda velocidad hacer perder la alcaldía de Madrid a una organización progresista y de izquierda. So capa de puritanismos políticamente inanes y analítica y técnicamente irrelevantes presentaron un Reino dividido que se cae como ya advirtió el santo evangelio hace dos mil años. Lenin otra vez. “Ese es Trotsky! Siempre fiel a sí mismo; se revuelve, estafa, posa a la izquierda y ayuda a la derecha»“.

Claro ahora hay que coaligarse para presentar un programa de izquierdas que es lo que necesita este país. Pues qué bien. Lo que ocurre es que no hay quien se fíe de semejante barahúnda de grupos, grupitos, personas, que siempre tienen razones de acierto ideológico y político, pero siempre pierden, o casi siempre. En 1918 el señor Lenin, en plan humorístico ligeramente macabro: “Cuando estrechaba la mano del monárquico francés, sabíamos de sobra que ambos sentiríamos una gran satisfacción viendo ahorcado al otro socio“ .