Te quiero llamar pero no sé tu nombre
Le pregunto al viento y más allá de la colina, un silencio afilado hiere mis entrañas.
Te quiero llamar pero no sé tu nombre,
le pregunto al viento y más allá de la colina
un silencio afilado hiere mis entrañas.
Nada es nadie disfrazado de persona y no sonríe,
solo agita una bandera que se pierde en el espacio
buscando un color que no asesine,
un grito desgarrado
que se pierde
en las cunetas de los desconocidos.
Te quiero decir esa palabra que te gusta
y ya no existe,
dedicarte una sonrisa libre de espinas
pero el amanecer rompió amarras,
el fresno desnudó sus flores
y se quedó sin sombra.
Te quiero decir que soy un pájaro que vuela
pero perdí las alas
y mis manos no pudieron sostener
la espada de fuego que la soberbia
arrebató a tu gente.
Y me quedé sin manos.
Te quiero dibujar una cometa que baile
por encima de tus pensamientos
y fabrique mariposas de luz sobre la noria,
pero me quedé sin tiza
y solo aparecieron gatos pardos en el tejado
para esperar a una primavera huérfana
que dejó su sangre sobre mi alfombra.
Quiero decirte tanto que no sé nada de ti,
del rastro de nubes grises que dejaste
cuando la puerta de tu casa se cerró
y las amapolas lloraron tu ausencia
bajo un manto de luna pálida
que abrió mis venas.
Te quiero llamar pero eres una muralla de púas
escondida en un jardín
y no sé nada de ti,
ni sé tu nombre.