Tertuliana y senadora
_Además, ahora todos los políticos son periodistas. _¿Porque han estudiado? _No, mujer, porque interesa.
_Yo lo sabía, María Auxiliadora.
_¿También eres vidente, niña?
_Vidente, no, que era evidente.
_Lo que tienes que tener en caso de, Dios no lo quiera, es una enfermedad vidente.
_¿Y eso?
_Porque como los médicos no te atienden presencialmente, que las criaturitas sepan a través del móvil tus achaques.
_Todo llegará, niña. Todo llegará.
_Como le ha llegado a Susi.
_Pero lo de Susi estaba en el programa.
_¿En el de la Ana Rosa?
_No, mujer, en el de los políticos. Te echamos, pero te buscamos un hueco. Un premio de consolación.
_¿Pero ella no es senadora?
_¿Y qué es ser senadora?
_Mujer, su paguita tendrá.
_Claaarooo. A ver si los políticos van a estar ahí por amor al arte.
_Antes estaban.
_No te pongas nostálgica que francamente te echas treinta años encima.
_Me callaré, pero…
_Además, ahora todos los políticos son periodistas.
_¿Porque han estudiado?
_No, mujer, porque interesa.
_¿Para barrer para casa y vender la burra?
_Es lo que tiene lo mediático.
_Pues el yerno de María del Robledo es periodista y está en el paro.
_¡A quién se le ocurre dedicarse a la cultura!
_La criatura es muy leída y escribida. Y tiene tropecientos másteres de los auténticos.
_¿Y eso sirve de algo?
_Llevas razón, porque en las tertulias lo que hacen es hablar por hablar.
_Pues a todos los han puesto a hablar.
_A ver, meterlos en Endesa era un cante con la que está cayendo.
_Así que para que no se quejen de que están fuera del aparato, los mandan a las tertulias.
_Y el aparato lo ponemos nosotros. Vamos, el televisor y la radio.
_Ahí están “arrecogíos”. Cada programa tiene su damnificado.
_Algunos tienen un batallón.
_Mujer, es que han caído unos pocos.
_Y hay que levantarlos.
_Y nos los tenemos que tragar nosotros.
_Nosotros los votamos, nosotros los aguantamos.
_¿Hasta después de botados?
_Eso es para que aprendamos lo que da de sí una urna…