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Caso Tres Reyes: el diseño y el residuo

Escribe la defensa de Demetrio Carmona: "una operación de diseño que ha generado sus residuos"

A menudo –al menos, así me lo parece- el fallecido autor de origen polaco Zygmunt Bauman es leído –o comprendido- con base en la selectividad propia de la ideología del lector; de tal forma, su crítica a la globalización o el célebre concepto de modernidad líquida, son razonamientos citados hasta la prostitución de su sentido último; en cambio, su criterio esbozado en la frase «todo diseño tiende a generar residuos, deshechos», es de cita mucho menos profusa.

En el Caso Tres Reyes, aquel que se iniciara en 2013 y en el que se juzga, resumiendo, si Demetrio Carmona, Jefe de los Servicios Jurídicos del Estado en Almería, dirigía una organización criminal con sus espías falsos y todo, españoles y americanos de la CIA, a día de hoy, y tras haber terminado la instrucción (investigación) a primeros de 2014, sigue sin fecha de juicio. Seis han sido los retrasos seis, entre cambios de fecha, de juzgado, y suspensiones.

Más claro: ya he escrito –repito, en sede judicial- que la Guardia Civil dispone de un modelo para determinadas investigaciones que, conculcando derechos fundamentales, dirige a su convén (malicioso) contra quien se señala.

Cierto es que, siguiendo a Bauman, puede haber residuo sin diseño, pero hemos de convenir con él que, siempre, el diseñador genera –o lo pretende- desahuciados, en nuestro caso, de su honorabilidad pública y general crédito. Sí: no estoy más que poniendo negro sobre blanco lo que ya he escrito en sede judicial, bajo mi directa responsabilidad y en el ejercicio del derecho y obligación de procurar a mi cliente la mejor defensa: que el Caso Tres Reyes es una operación de diseño que ha generado sus residuos; en especial, Demetrio Carmona, con la salvedad de que este diseño tenía como función ésa, esto es, generar ese residuo concreto, el Abogado del Estado.

Más claro: ya he escrito –repito, en sede judicial- que la Guardia Civil dispone de un modelo para determinadas investigaciones que, conculcando derechos fundamentales, dirige a su convén (malicioso) contra quien se señala. Nadie se alarme: igual piensa la Audiencia Provincial de Valencia, y lo sienta en su Sentencia número 611/2014, de 29 de Julio de 2014.

Esto no es más que una parodia literaria de la documentación obrante en el sumario; ahora bien, parodia en su sentido auténtico, esto es, imitación burlesca, pero imitación al fin;

Para muestra un botón. Reto al lector a que realice un experimento mental al modo de Schrödinger, valorando objetivamente la siguiente actuación: dos agentes van a buscar a tres señores, se desplazan cientos de kilómetros hasta su domicilio, los citan en el cuartel y les preguntan, uno a uno y en días distintos:

  • ¿no sabe usted que está siendo extorsionado…?.
  • Pues…, no sabría decirle… -contesta, el sufrido ciudadano.
  • ¿Cómo, que no le están extorsionando Demetrio y su grupo?- se insiste.
  • Ah… sí, ahora sí… -ya más calmado.
  • Querrá usted denunciar…, claro está.
  • Claro está, claro está.

Esto no es más que una parodia literaria de la documentación obrante en el sumario; ahora bien, parodia en su sentido auténtico, esto es, imitación burlesca, pero imitación al fin; y más cerca de la realidad de lo que el lector está dispuesto a asumir. Pero ahí están los Autos.

En estos días de incertidumbre en los que, por razones obvias, los ciudadanos sin taras intelectuales hemos de sentirnos más cerca que nunca de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, duele a este letrado volver a enfrentar el estudio de este caso. Y será obligación de quien suscribe defender lo aquí expresado de la mejor manera posible, y será labor de los Tribunales limpiar el nombre de la Guardia Civil que hoy debe brillar más que nunca y, al tiempo, rehabilitar esos residuos que el diseño ha generado, reintegrarles en su honor y crédito público.

Si quiera sea porque esos desechos, residuos, hoy se llaman Demetrio Carmona; mañana puede ser usted. O yo.

Miguel Ángel Campos Sánchez.
Abogado. Doctor en Derecho.
Letrado de Demetrio Carmona del Barco.