Una investigación aborda la trayectoria de 38 mujeres olvidadas

En Olvidadas, se pone sobre la mesa la trayectoria de unas mujeres que entre los siglos X y la primera mitad del XX, no son conocidas por la mayoría de los ciudadanos a pesar de que en su época se distinguieron por su papel en el seno de la sociedad española, en distintas facetas, que en algunos casos también tuvieron relieve en el panorama internacional.

 

El libro, que se puede considerar como la segunda parte de la obra del mismo autor Pioneras malagueñas, publicado el año pasado, descubre a la poetisa musulmana de nombre Safiya que nació en las cercanías de Málaga en el año 996, o de otras que abrieron importantes caminos para la vida de las mujeres, como son los casos de Fanny Medina, la primera ginecóloga andaluza, la activista Constancia de la Mora, la mujer que contribuyó a cambiar la imagen de España en el exterior, o la poetisa del Siglo de Oro, Cristobalina Fernández de Alarcón a la que Francisco de Quevedo calificó de «hembrilatina«, por el hecho de formar parte de un colectivo femenino de humanistas.

 

La investigación de las historias reunidas en Olvidadas han resultado apasionantes, a juicio del autor, como es el caso de la escritora Concha Méndez, una figura fundamental para entender la evolución de las mujeres intelectuales; la actriz Ana Adamuz; la primera alcaldesa andaluza, la maestra Dolores Rivas; María Manuela Kirkpatrick, la aristócrata empeñada en buscar para sus hijas los más altos destinos por medio del matrimonio, una emperatriz de los franceses y otra duquesa de Alba. Tampoco dejan de ser atractivas las historias de la fotógrafa norteamericana Lee Miller, con una vida de película de acción, o las de la cantante de ópera Lorenza Correa o la bailarina Pepita Oliva, que marcaron tendencia en todo Europa, además de la vida de la escritora Gamel Woolsey, repleta de experiencias, pero que quedó a la sombra de su esposo, el hispanista británico Geral Brenan, aunque, en este caso, se han hecho esfuerzos por reivindicar su obra y su figura.

 

Hay que tener en cuenta que hasta la llegada del siglo XX las mujeres, en su inmensa mayoría, estaban destinadas a la creación de una familia, a las labores domésticas o agrícolas o al cuidado de sus mayores, con excepción de la aristocracia y las pertenecientes a familias de la alta burguesía que ejercieron a veces el mecenazgo, aunque fueron muy pocas las excepciones que consiguieron obtener un espacio relevante en la sociedad de su época, como ya se reflejó en el libro Pioneras malagueñas, y todo ello a pesar de los tabúes, la moral y las costumbres existentes entonces. En cualquier caso, en el período investigado la mayoría de las que sobresalieron lo hicieron por su vocación literaria, en sus distintas facetas.

 

Al contrario de lo que sucedió en Pioneras malagueñas, que también se centró en las biografías de mujeres nacidas en Málaga, o que tuvieron relación con la provincia, el fruto de la investigación no sigue un orden cronológico, sino que se ha optado por ir entrelazando historias en las que en algún momento se han encontrado similitudes en las experiencias de sus trayectorias, temáticas afines, o simplemente el deseo de hacer más ameno y atractivo el relato.

 

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