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Van a por Susana

Muchos socialistas, hoy furiosamente críticos con Susana y su equipo, aseguran que el desastre "se veía venir".

A Susana Díaz se le viene encima una rebelión interna de amplios sectores del socialismo andaluz, que la acusan de ser la gran responsable de la pérdida de la Junta de Andalucía. No se trata sólo de los «Sanchistas», sino de muchos sectores del PSOE andaluz, desde los sanitarios a los de la enseñanza, incluyendo a muchos alcaldes y cargos públicos en la tropa descontenta, que la acusan de haber cometido errores imperdonables y que temen que recuperar el poder sea algo difícil y lejano.

 

 

Esos sectores críticos exigen que Susana, como máxima responsable del desastre, dimita y de paso a un proceso interno de análisis, autocrítica y renovación, procesos que, según argumentan, serían imposibles con ella al frente del partido, ya que el oficialismo, reacio a reconocer el descontento interno que hizo que cientos de miles de socialistas y simpatizantes se quedaran en sus casas o se pasaran a Ciudadanos y a VOX, ha decidido culpar a los sanchistas y a VOX de lo ocurrido.

El vídeo que inunda las redes, en el que Susana asegura, años atrás, que ella dimitiría si un día se convirtiera en perdedora en una convocatoria electoral, es el punto de partida de la campaña, destinada a descabalgar a Susana de la cúspide del socialismo andaluz.

Muchos socialistas, hoy furiosamente críticos con Susana y su equipo, aseguran que el desastre «se veía venir» porque no se puede aspirar a la victoria cuando se ha sembrado el descontento en la sociedad y en muchos sectores vitales del partido. «La arrogancia ha podido con ella, y también la torpeza», me comentaba recientemente uno de los cabecillas de la revuelta, cuya tesis central es que «Susana se había creado demasiados enemigos internos y se la han jugado».

Desde Ferraz se ve con buenos ojos la debilidad de Susana, que representaba el principal adversario de Pedro Sánchez en el PSOE, pero no se despliega un activismo abierto contra la dirigente andaluza. Allí se piensa que caerá ella sola porque el socialismo andaluz, cuando se de cuenta de que ha perdido el control de la riqueza, además del poder, va a temblar y los que se quedan sin empleo, pivilegios y sustento van a revolverse con rabia contra la perdedora.

El PSOE es, desde hace mucho, un partido desideologizado y sin mensajes claros. Hace mucho que no tiene un modelo de España por el que luchar y su única gran ideología es el control del poder. Un partido así, incapaz de crear ilusión en torno a un proyecto, cuando pierde el poder y deja de repartir privilegios y dinero, se hunde irremediablemente.

 

El vídeo que deja a Susana en evidencia

 

 

Otro dirigente socialista me comentó hace una semana que la crisis que está arrasando con la socialdemocracia en todo el mundo tenía que llegar a España y a Andalucía, a pesar de que Sánchez, Susana y la mayoría de los líderes socialistas lo nieguen, confiados en que «España es diferente». «Pues no es tan diferente y el fracaso del socialismo en todo el mundo nos ha tocado también a nosotros, que ahora estamos obligados de cambiar nuestro estilo de gobierno, lejano del ciudadano, y nuestras ideas motrices, que han dejado de interesar a la sociedad».

Al interrogarle sobre quien puede suceder a Susana, me respondió que «María Jesús Montero, la actual ministra de Hacienda, aspira al cargo, pero lo tiene muy difícil porque su imagen de mujer dura, insensible y agria es la menos conveniente para una renovación del socialismo andaluz, además de que ha perdido muchos enteros en su absurda lucha por defender a ultranza el impuesto de sucesiones, odiado por los ciudadanos, que debe ser eliminado sin mas discusiones porque el criterio de los pueblos, aunque la vieja socialdemocracia lo ignore, tiene un peso decisivo en la democracia».

Culpar a los demás del desastre y arremeter con furia contra VOX, como están haciendo Susana y otros líderes socialistas, es una estupidez que se les volverá en contra porque el crecimiento de VOX, como ha ocurrido en otros países, es paralelo a la ruina de los viejos partidos hipócritas y mentirosos. VOX crece porque los ciudadanos quieren verdad, autenticidad y soluciones drásticas para los problemas, no falsedades, medias tintas y una forma de hacer política que es tiránica, pero que se presenta como de izquierdas y cercana al pueblo.