The news is by your side.

¿Vuelta a la conscripción?

La potencial vuelta de la conscripción daría, es su caso, mucho juego en Europa. Particularmente en España, que cuenta con solo 3.016 reservistas voluntarios (20% mujeres)

La movilización de hasta 300.00 reservistas, decretada por Putin, el pasado miércoles, es un fenómeno de muy largo alcance. Rusia cuenta con unas Fuerzas Armadas de alrededor del millón de efectivos, de los cuales 250.000 son de reemplazo y que, tras una “mili” de un año, pasan a reservistas hasta los 50 años. En ese marco, aquellos 300.000 no parecen un volumen excesivo. Sobre todo, teniendo en cuenta que el saco de reservistas útiles sobrepasa los 5 millones de personas. 

Pero tal movilización, aunque sea parcial, consumirá su tiempo antes de ser afectiva. No se prepara “todo” un ejército de un día para otro. Ahora, en el país más extenso del mundo (17,1 millones de k2), hay que, entre otras labores esenciales, repartir la leva entre distritos, seleccionar a quienes han de ser movilizados, llamar a éstos a filas, incorporarles a centros de clasificación, concentrarles en los lugares de preparación, equiparles, armarles, adiestrarlas y todo un montón de actividades más, hasta dotarles de un nivel suficiente de eficacia como combatientes. Hacerlo de otra manera sería, simplemente, fabricar carne de cañón.  

Un gran problema añadido es la creciente repulsa popular hacia la movilización para ir a la guerra. En Europa, salvo error u omisión, solo se mantiene la conscripción, con distintas modalidades y tiempos, en Austria, Chipre, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Grecia, Lituania, Noruega, Suecia y Suiza.  La guerra en Ucrania ha venido a cuestionar la ingenua creencia de que eso de la guerra era algo pretérito y, en todo caso, labor exclusiva de militares profesionales. Una extendida convicción que habrá revisarse más pronto que tarde. De momento, las vías de escape desde Rusia parecen colapsarse y los billetes de avión, por ejemplo, están alcanzando precios descomunales (por encima de los 7.000 euros, solo de ida). En mi tertulia ―donde todos sus miembros son bastante púas―, piensan que, con esos precios, las posibilidades de eludir la movilización están, mayormente, solo al alcance de los hijos de los poderosos quienes, en buena medida, forman parte del “establishment”  ruso, que es el que más presiona para tomar medidas radicales contra los prófugos 

La potencial vuelta de la conscripción daría, es su caso, mucho juego en Europa. Particularmente en España, que cuenta con solo 3.016 reservistas voluntarios (20% mujeres), siendo éste un tema que nunca fue, y ahora menos que nunca, de especial atención por parte del ministerio de defensa. Ello revaloriza el servicio militar ―suspendido, pero no suprimido―, que es un valioso factor de igualdad y cohesión nacional y, consecuentemente, sugestivos objetivos bien que no sean primordialmente adorados en algunas zonas del tercio norte de nuestra Patria. Eso me lleva a  recordar ―porque el Pisuerga pasa por Valladolid―, que, en Cataluña, los dirigentes más radicales en la presión para impedir la enseñanza del castellano en las escuelas públicas suelen enviar a sus hijos a las privadas, donde el castellano también es lengua vehicular. Cosas de la vida.  

No está claro si la decretada movilización parcial rusa ―una maniobra de enroque―, es muestra de desesperación o de determinación. Tal vez sea las dos cosas. En todo caso, significa el reconocimiento de que la “operación militar especial” de Putin no se desarrolla como éste esperaba, así como  que tal escenario, de prolongarse, ni le  permitirá ganar  la guerra ni, tan siquiera, no perderla.  Asimismo, es un mensaje omnidireccional sobre la intención de Putin de perseverar (otra cosa es que lo logre) en sus objetivos de mínimos: la línea Járkov―Dnipropetrovk―Zaporiyia―Jersón hasta consumir, en su caso, el total de sus capacidades que, todos lo sabemos, todavía son demasiadas.