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Yo voto nulo

Escépticos y hastiados, muchos hemos pensado que no merece la pena hacer nada porque volverá a ganar el PSOE.

  

Tengo que confesarlo. Desde hace unos años, en todas. Generales, Europeas, Municipales. Pero tengo especiales motivos para hacerlo en estas Andaluzas. Sin equivocaciones. Me desplazo incluso a Huelva, donde estoy empadronado, para ejercer mi derecho, que no mi obligación, como piensan algunos… Sucede que en esta campaña floja, donde las energías se agotaron antes de tiempo en la previa de la previa, las opciones no se ajustan a la realidad de las necesidades de los andaluces. Escépticos y hastiados, muchos hemos pensado que no merece la pena hacer nada porque volverá a ganar el PSOE, como hace siempre desde décadas. ¿Por qué? Porque ha erigido una auténtica dictadura en esta región. Es hora de decir la verdad alta y clara. A base de comprar votos, de ejercer presiones sobre los sectores más desfavorecidos de la sociedad, de engañar y adoctrinar en las escuelas hasta extremos difíciles de cuantificar y de manipular los concursos públicos para enchufar a los suyos. El PSOE en Andalucía lleva años mostrando lo que en realidad es: un partido político que fomenta la pobreza y la mediocridad para mantenerse en el poder, salpicando su gestión corrupta con alguna que otra medida populista que no deja de ser una limosna para que los comprados se consuelen pensando que les están regalando el cielo.

 

Escépticos y hastiados, muchos hemos pensado que no merece la pena hacer nada porque volverá a ganar el PSOE, como hace siempre desde décadas.

 

Años y años de socialismo han dejado una Andalucía asolada por la corrupción y la desesperación de saberse incapaz de liberarse de los grilletes del socialismo más gris y cínico. Incluso los que lo saben votan lo que creen que deben porque entienden que sólo existe una forma viable de progresar de verdad en Andalucía: entrar en la estructura de robos y chanchullos de las huestes de Susana. Esta es la verdad. Como también lo es que el resto de opciones políticas son de un perfil tan bajo y con tan poca credibilidad que no pueden, por mucho que se esfuercen, ofrecer una opción de cambio creíble. El Partido Popular con Juanma Moreno a la cabeza, debe recurrir a promesas disparatadas de bajadas masivas de impuestos para que los ingenuos vuelvan a caer en la trampa de Rajoy, que prometió lo mismo y lo primero que hizo nada más llegar al Poder fue subirlos y amordazar a los manifestantes para que no le estorbaran en su ya histórica singladura. Con el toque de diana de la Gürtel, que provocó algo inédito en nuestra historia parlamentaria, que el Jefe del Ejecutivo cayese víctima de una Moción de Cesura después de que los tribunales diesen por demostrado que el Partido Popular ha encabezado una red criminal de bastas proporciones que nada tiene que envidiar a la de su rival socialista. Con estos precedentes, nadie en su sano juicio puede creerse que los populares vayan a librarnos de la corrupción, el robo y el tráfico de influencias a los sufridos andaluces. Porque la corrupción, roja o azul, corrupción es. Y estamos un poco hasta las narices.

 

Las nuevas alternativas tienen de ‘nuevas’ lo que su propaganda quiere hacer creer, pero nada más. CIUDADANOS debe cargar con la losa de que los socialistas han gobernado en Andalucía otra vez gracias a ellos. Y que gracias a ellos también el Gobierno corrupto de Mariano Rajoy se sostuvo en el Poder todo lo que pudo y más hasta que los hechos lo tumbaron con contundencia inmisericorde. La debilidad, la indefinición y el oportunismo cínico de los naranjas se ha puesto de manifiesto cuando desede hace aproximadamente casi un año decidieron en secreto retirarle el apoyo a Susana y se lanzaron esquizofrénicamente a ampliar sus bases sociales y su militancia para cuando llegara el momento. Si este iba a ser el desenlace, ¿por qué no lo hicieron antes y antepusieron por una vez el interés de su región y de su país a sus propios cálculos electorales? Sabemos la respuesta. Son iguales que ellos. Al apoyarles se convirtieron en sus cómplices. Y los andaluces tomamos nota.

 

La debilidad, la indefinición y el oportunismo cínico de los naranjas se ha puesto de manifiesto cuando desde hace aproximadamente casi un año decidieron en secreto retirarle el apoyo a Susana

 

Finamente, PODEMOS y sus confluencias satélite, el eterno esfuerzo por camuflar bajo una sopa de siglas complejas y rimbombantes su ideología totalitaria. Lo que no logran camuflar, por mucho que se esfuercen, es su carencia de un programa viable y su odio furibundo a España, hasta el punto de que tienen que cambiar cuando cantan el Himno de Andalucía después de sus actos la palabra ‘España’ por ‘Pueblos’. Porque España es rancia, fascista, colonialista e inquisitorial. Razonamiento proveniente de quienes se van a la cama con los proetarras vascos y navarros y con los golpistas catalanes. Previas manifestaciones en homenaje a asesinos como Lenin y Stalin mediante. ¡Ah, sí! Y de quienes se llevaron años apoyando al PSOE en el gobierno andaluz durante la etapa que ahora arrastra sus miserias por los banquillos. Tan radicales y sectarios como el oxigenado VOX, atrapado en la nostalgia del pasado Imperio Español Cristiano y bienaventurado, gráficamente expresado en el hilarante spot de la formación en el que se puede observar a Santiago Abascal, como buen señorito andaluz, a lomos de un valiente corcel, presto a reconquistar la Patria de sus enemigos al son de la banda sonora del Señor de los Anillos. Pero para romper la separación Iglesia-Estado, para derogar toda la legislación en materia de aborto y libertad sexual y para criminalizar arbitrariamente a los no nacidos en España, ignorantes de que la inmigración legal nos será necesaria a largo plazo para sostener los Hucha de las Pensiones.

Estas son las opciones. Y ninguna la que merece Andalucía. Aunque con toda seguridad cada cual sacará su parcela del Poder. Para seguir otros cuatro años igual. Crucemos los dedos por lo menos para que sean capaces de pactar y no tengan que sacarnos de nuestros bolsillos el gasto de unas nuevas elecciones.