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5 años, 2 meses y 25 días 

Susana Díaz no ha conquistado, no ha transmitido. No ha convencido. Ni siquiera al partido que representa. 

 

El pueblo vota. Los hombres y las mujeres mayores de 18 años participan en las elecciones. El proceso en el que ciudadanos eligen con su voto, entre una pluralidad de candidatos a quienes ocuparán los cargos políticos, convirtiéndose en los representantes del pueblo, no lo olvidemos, en una democracia representativa.

Sufragio universal. El siglo XXI ha alcanzado su mayoría de edad. Llegaron las nuevas tecnologías. La información fluye de forma rápida, veloz. Se comparten pensamientos, inquietudes, necesidades y principios. Aquí hemos llegado. Llevamos tiempo diciéndolo. Entre amigos. En la mesa con la familia. Escuchando al cuñado que viene advirtiendo y nadie le hace caso.

 

Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender”

Charles Dickens

 

Subirse a la nube siempre es un error. La historia ha escrito fracasos y triunfos. Como el de Hatshepsut, la mujer faraón más importante de toda la Historia. Su reinado fue brillante, y la época de la que gozó Egipto con ella, muy prolífica. La faraón se dedicó a restablecer y crear nuevos templos por todo el país, embelleciéndolos. Así nació Deir el Bahari.  

Se autoproclamó Faraón de las Dos Tierras y primogénita de Amón correinando junto a su hijo Tutmosis III con el que hizo un pacto para alcanzar el poder. Poco a poco se fue quedando sola, mientras su hijo crecía y aumentaba su dominio. Gobernó durante 22 años. Su hijo mandó borrar de los templos toda referencia a la Faraona, condenándola de este modo al olvido eterno. 

 

“Cuando se alarga el viaje, aumentan las mentiras”

 Proverbio árabe

 

Se ha luchado mucho por defender principios a lo largo de los siglos. Un ejemplo es Juana de Arco, la legendaria guerrera. Ayudó a expulsar a los invasores ingleses tras la Guerra de los Cien Años aliándose al ejército del rey Carlos VII de Francia en 1429. Tras terminar con el asedio de Orleans en nueve días, Juana se convirtió en todo un terror para el ejército enemigo. 

 

Una de sus grandes habilidades fue crear estrategias. 

 

A pesar de que Francia le debía mucho a Juana, fueron unos borgoñones (franceses leales a Inglaterra) los que acabaron con su vida quemándola viva en la hoguera. Sus estrategias, años después de su asesinato, han influido en el modelo de batalla francés.

Y poco a poco, la mujer ha ido pidiendo su espacio, exigiendo sus derechos y tomando el mando en diferentes etapas. A veces de forma acertada y otras sin recursos. En momentos apropiados o en ocasiones desatinadamente. Recordemos la hazaña de María Estela Martínez de Perón, más conocida como Isabelita Perón. Asumió la presidencia constitucional de Argentina tras la muerte de Juan Domingo Perón, y se convirtió, no sólo en la primera mujer en América, sino también en la primera en presidir una República en el mundo.

Mantuvo el control político con intervenciones a las provincias, a las universidades, a los sindicatos y a los canales de televisión privados; reforzó la censura contra libros, diarios y revistas. Su viraje político a una posición de derecha extrema comenzó a provocar el rechazo dentro de sectores del peronismo y del país.

Fue depuesta en 1976 por un golpe de Estado cívico-militar. Durante los cinco años siguientes Isabel conocería la prisión. Una vez liberada en 1981, fijó su residencia en España y enterró las memorias de los 632 días de sangre y caos en los que fue presidenta. Vive en Madrid. Tiene 87 años. 

 

“Un persona no es desdichada a causa de la ambición, sino porque ésta la devora”

Montesquieu

La historia se repite una y otra vez. El pueblo da lecciones. A veces buenas, a veces malas. Pero es el que da y quita. El que se levanta para crear grupos que tomen los mandos cuando los mandos no están siendo bien llevados. Así nacen las Hatshepsut, las Juanas de Arco y las Isabelita Perón. En la lista de mujeres luchadoras y defensoras está la sevillana María Fernández Coronel, más conocida como doña María Coronel. 

Importante aristócrata sevillana fundadora del Convento de Santa Inés de Sevilla (España). Huyendo del acoso a que la tenía sometida el rey Pedro I, buscó refugio en la ermita de San Blas trasladándose después al convento de Santa Clara de Sevilla. Para librarse de su persecución, se arrojó aceite hirviendo en la cara y en el pecho.

Se afanó por recuperar todo el patrimonio que le había arrebatado “El Cruel”. 

En sus últimos días, firmó un acuerdo con Fernando I de Aragón, (con el que mantenía una gran amistad), en el que cedía sus bienes y con el que sellaba el compromiso de terminar el Convento, además de donar una renta anual a sus monjas. 

Un siglo después, mientras se hacían obras en el lugar donde estaba enterrada, se encontraba su cuerpo incorrupto. Sevilla la venera con una piedad que nunca ha decaído. Murió un 2 de diciembre de hace 600 años.

 

Vivimos dejando nuestra huella en la historia que se escribe. 

 

Hacemos la historia en nuestro paso por la vida. Elegimos a nuestros gobernantes y le damos el sitio del reconocimiento y la admiración a los ilustres. El pueblo no olvida. El pueblo siente su idiosincrasia y la defiende. Decide y despoja. Ahora y siempre.

Andalucía es la región más poblada de España, con 8.400.000 habitantes. Con una extensión de 87.000 km². La historia de Andalucía es el resultado de un complejo proceso en el que se fusionan a lo largo de los tiempos diferentes pueblos y culturas. Cultura forjada por el paso de de civilizaciones que han ido conformando nuestra identidad.

 

“Buscad lo suficiente, buscad lo que basta. Y no queráis más. Lo que pasa de ahí, es agobio, no alivio; apesadumbra en vez de levantar”

San Agustín

 

Estos últimos días del año 2018 marcará un hito en la historia de Andalucía.

Otra mujer ha querido dejar su impronta y grabar su huella en la historia. Susana Díaz Pacheco, la primera mujer presidenta de Andalucía. Concejala, senadora, diputada y consejera antes de dirigir el gobierno andaluz. 

 

“Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis”

Mateo 7, 15-20

El pueblo es soberano. Aquel país o región que elige un gobierno independiente tiene plena potestad para ejercer la autoridad suprema dentro de su territorio. Los andaluces y andaluzas que han depositado estos últimos días de 2018 su voto en las urnas, se han unido para elegir  a quien les va a gobernar los próximos cuatro años como marca la Ley. Susana Díaz no ha conquistado, no ha transmitido. No ha convencido. Ni siquiera al partido que representa. 

Los ciudadanos y ciudadanas escogen. Dan su voto y lo quitan. Quieren respuestas. Quieren soluciones. Quieren que defiendan la singularidad y la particularidad de las necesidades próximas mirando por el bien común. Bajo el paraguas de una nación que tiene su pasado, su presente y trabaja por el futuro. Cada país tiene sus apuros. Está hecho de sus memorias. De los sucesos que ha sufrido. De los que ha disfrutado y recuerda con orgullo. De los errores se aprende. O se debe aprender. 

 

“El primero en disculparse es el más valiente. El primero en perdonar el más fuerte. El primero en olvidar el más feliz”

Proverbio chino

 

Se debe entender cuando estar y cuando retirarse. Si te caes, te levantas asimilando que debe ser en otro sitio. Porque a veces elegimos un camino equivocado y no se tienen las capacidades para estar en él. Porque hay banderas que son levantadas por personas que no las merecen. Excelentes actores y actrices secundarios que no tienen carisma para ser protagonistas. 

El pueblo quiere leyendas. Hombres y mujeres que hagan historia en el deporte, en la cultura, en lo social, en lo económico y en lo político.

En Andalucía admiramos a Carolina Marín, a Manu Sánchez, a Dani Rovira, a Juan Pérez Mercader, a Tomatito, a Sara Baras, a Felipe Reyes, a Carmen Galán Soldevilla, a Cosentino, a Curro Romero, a Joaquín Sánchez, a Estrella Morente, a Miguel Ríos, a Pablo Alborán, a Mª Teresa Campos, a Paz Vega, a Antonio Banderas, a Cristina Hoyos y a María Jiménez. 

A Manuel Losada Villasante, Antonio Muñoz Molina y a Elvira Lindo. A José Luis García- Pérez, a Juan Casado Cordón y a un centenar de hombres y mujeres más, que por su currículum están haciendo la historia. 

Y a todos los que pasaron y nos dejaron su legado en todos los campos.

No olvidemos que agredir a una mujer es inaceptable. Que debemos defender los derechos humanos. El feminismo. El respeto hacia los que piensan diferente bajo el paraguas de la libertad y la tolerancia. Vivimos en un mundo globalizado.

 

“los verdaderos alquimistas no cambian el plomo en oro sino el mundo en palabras” 

William H. Gass

 

Exijamos buenos gobiernos. Buenas políticas que nos ayuden a avanzar. Hoy se entrega el primer Balón de oro femenino, si el primero en la historia, en 2018. A los andaluces y andaluzas les gusta el fútbol, los toros, el teatro, tomar cañas, esquiar y nadar en sus excelentes playas. Pasear por sus impresionantes Sierras.

Las andaluzas y andaluces se sienten orgullosos de sus monumentos, sus ciudades repletas de belleza y sabiduría. Se sienten orgullosos de sus pintores, escritores, poetas, periodistas, de empresarios y empresas andaluzas que levantan cada día la persiana con ilusión. De jueces y juezas que luchan por la democracia. 

De homosexuales que pueden profesar su sexualidad sin ocultarse. De niños y niñas que sueñan con crecer en una tierra que les de oportunidades y puedan viajar por el mundo sintiéndose orgullosos de sus raíces.

Andalucía es una tierra inteligente y no va a permitir dictaduras ni imposiciones que resten sus libertades. Así lo canta en su himno. Porque está hecha de Hafsa bint al-Hayy al-Rakuniyya, de Blas Infante, de los Hermanos Machado, de Murillo, de Picasso, de Celestino Mutis y Bosio, de Mariana Pineda, de Paco de Lucía y Camarón, de Aníbal González, de Andrés de Vandelvira, de Catalina de Mendoza, de Emília Llanos, de Falla, Lorca, de Victoria Kent y de miles de andaluces inolvidables.

Alejandro Sanz, un andaluz de corazón y alma acaba de escribir “para no olvidarme, lo único que quiero es que tú me nombres y que todos los miedos se me vayan”. El soliloquio que, ante el espejo, Susana Díaz se repite desde la noche del 2 de diciembre. Ha gobernado en Andalucía 5 años, 2 meses y 25 días, un periodo que bien puede inspirar a Joaquín Sabina, otro de nuestros grandes andaluces.