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Santi Talaya que estás en los cielos

El periodista que quiso serlo y lo fue

Pepe Fdez
Pepe Fernández

He dejado pasar cuatro días con sus horas y sus noches porque, hasta hoy, no he sido capaz de plasmar en unas cuentas líneas las sensaciones personales y profesionales tras la pérdida de un amigo y compañero llamado Santiago Talaya Toresano y con el que compartí más de una década de trabajo y amistad.
Con cuarenta y dos años, padre de Victorio de seis, marido de Victoria, Santi Talaya nos ha dejado el pasado jueves día 28 de julio inesperadamente, por sorpresa, recibiendo todos la sensación de un mazazo que te sitúan en una especie de limbo lleno de interrogantes. ¿Por qué, por qué le ha tenido que tocar a Santi?  Esa misma pregunta se la hacían durante el sepelio en la abarrotada iglesia de Santo Domingo de Guzmán en Lepe, centenares de personas muy afectadas que allí nos congregamos. ¿Por qué?
No tuvo la suerte que hemos tenido otros cuando, asomados al balcón del más allá, la cirugía puede reactivar un corazón que a veces nos falla porque casi nunca le cuidamos. A Santi la vida no le dio la segunda oportunidad que merecía. Ni siquiera le avisó. Se nos ha muerto una gran persona. Si existe el cielo, allí está Santiago por méritos propios. Fijo.

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Santi Talaya, periodista ‘todoterreno’, captando imágenes para la web que ilustrarán las declaraciones que realiza Alfonso Gómez de Celis a Susana Valdés y Chema García en «Sevilla en la Onda».

Le conocí siendo Santiago un chaval cuando, junto a sus compañeros del Colegio Mayor San Juan Bosco en Sevilla, organizaban ilusionados cursos y jornadas dedicadas a lo que sucedía en la muy activa política andaluza en entonces y, también, al papel que en aquel contexto histórico desempeñábamos los periodistas y medios de comunicación en Andalucía. Incluso recuerdo que algunas de aquellas mesas fueron retransmitidas en directo por Radio Triana, una experiencia de radio local en Sevilla, hecha por la gente de Onda Cero y con Manolo Rodríguez al frente como director.
La nuestra fue una conexión rápida, natural, instantánea. Santi veía en mí al ya entonces curtido periodista metido hasta el tuétano en todo lo que sucedía en la Andalucia de aquellos años. Yo vi en él a un muchacho con ganas de aprender mucho y rápido, de ser algún día periodista, dedicarse profesionalmente a este oficio, tras haber terminado la carrera de Económicas que le había prometido a su padre que haría. Noté también que tenía cualidades, preparación, conocimientos, una vocación a flor de piel y, en el caso de que se dedicase al periodismo radiofónico, una voz que era capaz de transmitir, cualidad que suele pasar desapercibida muchas veces a los que mandan en las radios. No al oyente, desde luego. Santiago conocía y seguía a los grandes comunicadores del momento como Luis del Olmo, Iñaki Gabilondo, Martín Ferran, José Maria García o el joven entonces Carlos Herrera. Me llamó la atención como le quedaba tiempo para buscar en el dial y encontrar nuevos productos radiofónicos que, con el tiempo, acababan triunfando en audiencia. Talaya, además, tenía olfato.

En Madrid con Enrique Beotas

No supe más de de él, salvo que como otros muchos jóvenes andaluces, se fue a Madrid a buscarse la vida y, en el fondo, intentar convertirse en un periodista todoterreno como así acabó sucediendo. Alguien capaz de contar de forma comprensible la crisis de Delphi o Abengoa y, también, retransmitir La Madrugá de Sevilla y que le entiendan perfectamente en Oviedo, Zarauz o Tarragona.
Un sábado por la tarde, escuchando el programa sanitario La Rebotica en Onda Cero, que presentaba y dirigía Enrique Beotas (fallecido en el accidente del tren Alvia en la curva de Androve) oigo en la radio una voz que me resultó muy familiar. Era la de Santi Talaya al que llamé nada más acabar el programa para felicitarle y comentar su nueva situación. Estaba feliz, muy feliz de aquel trabajo junto a Enrique que le había permitido estar ante un micrófono verde de Onda Cero. Su vieja y apasionada aspiración.

 

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Celebración del XX aniversario de la fundación de Onda Cero en Sevilla en Abades Triana.

 

Un reencuentro que marcó su vuelta

Aquel reencuentro tras haberle tratado en el Colegio Mayor San Juan Bosco años antes, realmente marcó en cierta forma el destino profesional de Santi. Entre otras razones porque, sabiendo yo que quería volver a su tierra, no dudé ni un minuto en ofrecerle la Jefatura de Informativos de Granada que había quedado vacante a donde se fue encantado, realizando por cierto una gran labor en los años que allí estuvo y logrando integrarse en la sociedad granadina donde dejó buenos recuerdos y amigos.
Claro que Lepe, familia, sus padres, su tierra, quedaban aún lejos. En cuanto se abrió la posibilidad de traérmelo a Sevilla se lo propuse y aceptó encantado. Claro que era un roto para la emisora de Granada, pero hacía meses que Talaya me había comentado que vitalmente necesitaba acercarse, después de tantos años alejado, a Lepe, Huelva. Además, me dijo, que quería estar cerca de sus padres porque se hacían mayores, les echaba de menos y creía que debía cuidarles lo más cerca posible en esta etapa de sus vidas.
La formación académica de Talaya, amén de sus inmejorables capacidades profesionales ante un micrófono, me animaron a nombrarle Jefe de la Sección de Economía de la redacción de Onda Cero en Andalucía en Sevilla. Era, evidentemente, una apuesta a caballo ganador y a los resultados me remito. La puesta en marcha del programa “Andalucía capital” fue un acierto de Santi, donde semanalmente escrutaba de la mano de expertos del mundo de la economía y la empresa, todo aquello que sucedía en la economía y el mundo del trabajo en Andalucía. No faltaron premios y reconocimientos al programa durante los años que permaneció en antena. Mérito fue de Santi, sin duda. Gracias a programas de calidad como el que hacía Santiago, Onda Cero pudo presumir durante años de poseer una programación regional que hacían muy rentable su cuenta regional. Y también desde el punto de vista de la audiencia, en segunda posición tras la SER en el tramo andaluz según los EGM de la época.

En una redacción plural

Claro que en una redacción tan ajustada en número como la de Onda Cero Sevilla, junto a Santi,  formaban todos un equipo de todoterrenos y, por tanto, las especializaciones se compartían. Sucesos, tribunales, política, gobierno, parlamento, sociedad… áreas generadoras de noticias de interés que Santi también cubría con absoluto rigor cuando le tocaba, amén de los temas económicos casi siempre en sus manos.
Siempre he pensado que a una redacción lo que hay que pedirle es eficacia y rigor en la producción informativa, nunca preguntarle por las ideas que cada periodista pueda tiene en su vida privada. Es más, creo que es muy saludable para una redacción que convivan personas con visiones diferentes de la vida y la sociedad. Eso enriquece y prestigia el pluralismo del medio. Así nos encontramos a una redacción plural con un Santi Talaya que nunca ocultó ser un hombre de centro derecha, al igual que otros mantenían otros posicionamientos en el centro izquierda. De igual forma que nunca escuché a Santi Talaya cuestionar ningún planteamiento profesional sobre cualquier asunto de actualidad que se discutiese. Al contrario, sus aportaciones siempre ayudaban a conformar la tesis definitiva que se llevaría a cabo. Llegamos a mantener muchas charlas sobre la función social del periodismo, sobre la independencia profesional de los politicos, la presión del dinero sobre los medios, las empresas, los políticos. Siempre coincidimos en los análisis, siempre tuve a Santi como un periodista libre e independiente, sin apellidos politicos, por mucho que algunos lo intentasen desde el equipo de comunicación de Zoido. Ah y aunque sobre decirlo, leal como el primero.
Creo que fue esta circunstancia, su perfil político personal y el enviarle a varias caravanas electorales con Javier Arenas y el PP por Andalucía, las que marcarían de nuevo su rumbo profesional. Por cierto, nunca recibí ni una sola queja desde el PSOE, IU, CCOO o UGT por alguna información elaborada por Santi Talaya. Los del PP sí, casi siempre protestaban por todo y contra todos. Nombrado Director Regional de Informativos de Onda Cero en Andalucia en el verano de 2012, sustituyendo a Susana Valdés, poco tiempo después Santiago Talaya decide irse a RNE donde actualmente trabajaba.
Conociendo a Talaya, a Santi le quedaban muchísimas cosas por hacer y, sobre todo, vivir junto a su familia y amigos. Especialmente tras haber superado aquella enfermedad rara de la que una noche, al salir de una tertulia en Canal Sur TV, me contó que le acababan de diagnosticar. Por cierto que en aquella tertulia estuvimos bastante de acuerdo ambos en los análisis de la actualidad del día. “Se te notan los años y la experiencia Santi” le dije en broma, a lo que él asentía con una singular sonrisa cómplice de niño pretendidamente malo.

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Tras la ‘Gala de Sevillanos en la Onda’ 2010. Santi Talaya y sus dos grandes pasiones. A su izquierda Victoria, su mujer y en la mano derecha el micrófono. Posan junto a Susana Valdes, Elena Manzano y los compañeros de La Razón Andrés Muriel y Paco Reyero junto a Pilar, esposa de éste.

 

Miembro de la generación del relevo

Su paso del sector privado al público en la comunicación, la experiencia que Santiago iba acumulando, le habían convertido en una de las figuras de esa generación que debe tomar el relevo y que está llamada a profesionalizar y sacar adelante con criterios periodísticos la red de medios públicos que financiamos todos en Andalucía. Santi tenía ese perfil , generaba confianza, y estoy convencido que además de su capacidad profesional, su tremenda vocación le habrían ayudado mucho en cualquier misión que le fuese encomendada institucionalmente en el campo de la comunicación.
Lo último que escribió Santi Talaya en su cuenta de Twitter fue el 20 de julio pasado. Y, casualidades de la vida, a propósito de la elección de la exministra de Sanidad, Ana Pastor, como presidenta del Congreso, Santi recordó a su maestro Beotas en estas líneas:
“Recuerdo cómo hace más de 15 años Enrique Beotas (DEP) me mandaba con el micro de La Rebotica a sacar totales de @anapastorjulian”.
Desde hace unos días, Santi y Enrique, seguro que comparten allá donde estén “las batallitas” de las que hablaba Santi al recordar su tiempo junto al “maestro Beotas”. Y, seguro, que a ellos se ha unido Juan Carlos Vélez y Ricardo Acosta con quien Santi compartió mesa de redacción, bastantes «batallitas» y madrugones en la calle San Fernando de Sevilla.

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Los modernos teléfonos que todos llevamos encima tienen, oculta, una aplicación que no se compra. Se instala sola con los años. Me refiero a la agenda de teléfonos. Entrar en ella, al menos para mí, supone recordar a tantos y tantas que se fueron para siempre. Esta mañana ví el nombre de Santi buscando un “taxi” por la «T». Este tampoco lo borraré, me dije. Es una forma de recordar de vez en cuando a la gente que has conocido, que has querido y que ha valido la pena tratar porque quedan para siempre en el recuerdo. Talaya es uno de ellos. Descansa en paz querido Santiago, en ese lugar del cielo que seguramente se parecerá a tu querida Antilla.