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Arenas recibe de su propia medicina

El estallido de la Gürtell ponía a cualquiera con las orejas tiesas, desconfiando todos de todo.

 

Normalmente suelen mentir los altos dirigentes políticos cuando en las filas de su partido estallan escándalos de corrupción de diverso tipo y confiesan no saber nada. Y una vez más, esa mentira a veces piadosa y la mayoría de ocasiones interesada, va quedando al descubierto en el caso del PP conforme continúa el goteo de audios grabados por Villarejo con micrófono oculto durante años. Quizás el abandono del escaño por parte de Cospedal amortigüe ligeramente la presión ambiental reinante contra ella, pero los audios van a seguir saliendo escalonadamente para sonrojo de medio país.

Que la Secretaria General del PP le encargase a un comisario de Policía, más o menos en activo y más golfo que condecorado, investigar a Javier Arenas ex Secretario General del PP, visto con los ojos de 2008-2009, efectivamente, es de lo más normal; cumplía Cospedal con su obligación, lo mismo que es de imaginar que hacen en otras formaciones cuando se encuentran un garbanzo negro en sus filas y sale en los titulares, (no antes). De ahí que resulte poco creible que quienes mandan en los partidos no dispongan de fichas, vulgo dosieres, con vida y milagros de personas muy concretas a las que promocionan alegremente haciendo el más espantoso de los ridículos. Pues los ponen y eso que para recabar datos, algunos, hasta invitan a buen vino  que hacen afloran secretos de jugosas confesiones.

 

Que la Secretaria General del PP le encargase a un comisario de Policía, más o menos en activo y más golfo que condecorado, investigar a Javier Arenas ex Secretario General del PP, visto con los ojos de 2008-2009, efectivamente, es de lo más normal…

 

Al ‘jefe’ de la Sra. Cospedal le salió aparentemente rana el tesorero que él mismo promovió al cargo, con decenas de millones en Suiza, tantos millones que era impensable que Luis Bárcenas no tuviese cómplices en la estructura orgánica del partido heredado de Aznar y carcomido por la red gurteliana. Y en aquel momento, recuérdese, Arenas efectivamente ya era histórico dirigente del PP como SG que había sido, pero no tan amigo de Rajoy como se visualizó después del Congreso de Valencia frente a las huestes liberales de Esperanza Aguirre a las que frenó Arenas con Andalucía detrás.

Puestos a analizar la cuestión la Sra. Cospedal evidentemente hizo lo que hizo porque su jefe Mariano Rajoy se lo permitió. Si de algo están al cabo de la calle quienes conocen a la ex número dos del PP es de su lealtad absoluta al mando, y están convencidos de que ella se lo tuvo que comentar a Rajoy sin entrar en demasiados detalles.  El estallido de la Gürtell ponía a cualquiera con las orejas tiesas, desconfiando todos de todo. Y Rajoy es desconfiado y ejerce de gallego, miren como ha recurrido al «¡Que escándalo, aquí se juega!»

Mirando hacia los damnificados por la filtración, en concreto a la supuesta víctima Javier Arenas, éste tras digerir  una buena dosis de su propia medicina, ha optado por un cómodo silencio “para no perjudicar al partido”, la única frase que lograron arrancar los periodistas al político sometido a investigación por los suyos, según se ha sabido ahora, hace diez años. Dar pocas o ninguna explicación ha sido su postura, algo muy habitual en Javier Arenas últimamente al que es muy difícil arrancar una idea o una opinión con consistencia política en un pasillo.

 

Puestos a analizar la cuestión la Sra. Cospedal evidentemente hizo lo que hizo porque su jefe Mariano Rajoy se lo permitió.

 

Mientras, su cara, medio en broma medio en serio, intentaba disimular que no era primerizo en este tipo de prácticas. Que la música le sonaba, como si quisiera decirle al periodista ‘si yo le contara’ sobre investigaciones patrimoniales. Él mismo, Arenas, fue conocedor y partícipe de otras cacerías similares de las que, quizás ya ni se acuerde de lo sucedido hace casi dos décadas, pronto lo recuperaremos en alguna crónica ambiental. Pero sus víctimas seguro que no lo han olvidado.

Este tipo de prácticas, investigar al amigo o al adversario en el partido,  siempre por intereses supremos que nadie determina a quien benefician, no es una novedad para que ahora todos se rompan la camisa escandalizados. Husmear en las basuras del contrario es algo que hasta hace bien poco ha estado sucediendo en el propio PP de Sevilla. También en otras formaciones. Aunque parezca mentira hasta los asuntos de alcoba son comprados a día de hoy  ‘por si hicieran falta’ en el detectivesco y nauseabundo mercadillo que rodea una campaña. Los puteros son una especie animal muy cotizada, pero al mismo tiempo muy protegida.

 

Él mismo, Arenas, fue conocedor y partícipe de otras cacerías similares de las que, quizás, ya ni se acuerde.

 

Atribuido al entorno del entonces ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, se realizó una exhaustiva investigación sobre Beltrán Pérez el candidato de la actual dirección provincial del PP a la alcaldía en Sevilla, avalado por el propio líder Javier Arenas. Beltrán fue sometido a investigación tan pronto su nombre empezó a circular como candidato en Sevilla y lo único que le encontraron, su gran pecado original, fue que su padre era amigo desde la infancia de Ángel Ojeda Avilés, exconsejero de la etapa de Borbolla imputado en el caso de los cursos de formación.

Pasado el tiempo las amistades peligrosas no son ya pecado mortal ni venial en el PP sevillano.  Gregorio Serrano, hombre de Zoido, coincide trabajando actualmente para el potente Despacho Sandino con Manolo Marchena, la bestia negra con Monteseirín contra la que embistió Zoido, Serrano y el PP entero a través de la juez Alaya en el caso Mercasevilla, del que todos quedaron libres y absueltos. Y no pasa absolutamente nada, la vida sigue y la memoria es débil.