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Belén Esteban y Moreno Bonilla, precampaña de Lux

En el mundo 'Sálvame' se sabe cómo se entra, pero no como se sale.

 

Desde hace tiempo el presidente Juanma Moreno Bonilla no da un paso sin que su equipo de asesores en materia de imagen lo consideren y se lo aconsejen. Un encuentro casual en un avión con Belén Esteban, la exesposa del torero Jesús Janeiro, (Jesulín de Ubrique), ha sido uno de esos momentos a los que se ha querido sacar su indudable rentabilidad electoral y cuota correspondiente de popularidad, con la llamada ‘princesa del pueblo’ dándole su calor y apoyo públicamente. Coincidirán conmigo en honor a la verdad que esto no parece haberlo buscado el presidente, ha sido un regalo que le ha caído casualmente como agua del cielo. Los que tanto criticaron a Pedro Sánchez por llamar a Jorge Javier Vázquez al ‘Sálvame’ y cargarse ‘el toro de la Vega’,  hoy les parece perfecto que el mandatario andaluz sea piropeado por ‘la Esteban’. 

Y es que parece que hay apuros por rebañar votos en otoño.  Más bien pánico tras analizar los posibles efectos colaterales que tendrá en el PP andaluz la cama redonda que acaban de inaugurar PP y Vox gobernando juntos en CyL. Pero siendo política y democráticamente grave sentar a la extrema derecha en un gobierno contra el que lucha – deberíamos repasar a don Manuel Azaña– no lo será menos comprobar el comportamiento de un presidente de parlamento autonómico que pertenece a un partido que defiende cargarse ese parlamento y dieciséis más. Se avecinan tardes tremendas y tristes para la democracia española, el presidente y candidato andaluz a la reelección sabe que le va a tocar responder como si fuera un procurador castellanoleonés más a cada sobresalto que estalle en Valladolid.

Desde luego se comprende mejor que se aprovechen todos los resquicios  que sirvan para sumar votos, que bastante negatividad empieza a reinar en el ambiente. Eso parece cuanto menos tras comprobar cómo se ha encargado el propio presidente  de publicitar el encuentro casual en este tuit que nos anuncia una precampaña de Lux:

Sebastian Torres, que fue periodista en El Mundo de Andalucía, uno de los que capitaneó el arranque de las investigaciones periodísticas del escándalo del Caso Eres, es hoy el responsable de la imagen del primer presidente que la derecha, sumando con la extrema derecha, ha colocado en la Junta de Andalucía. Uno de sus grandes aciertos en estos tres años como Director de Comunicación de la Junta ha sido su discreción ejerciendo como corresponde en un segundo plano. Torres no es del perfil de Iván Redondo, de ahí su lógico sofocón cuando Moreno Bonilla, en un gesto poco elegante y nada protocolario, le llamó la atención en público.

El hombre que llegó inesperadamente a presidente en diciembre de 2018 con solo 26 diputados en la mochila, -menos escaños que los que obtuvo Antonio Hernández Mancha con AP-, es consciente de lo mucho y electoralmente bueno que su propia figura política aporta en estos momentos al PP andaluz. Y lo más importante, se ha ganado una imagen aparentemente mas centrada que la de su propio partido, especialmente frente al icono de moda Isabel Diaz Ayuso, señora que no muestra el más mínimo temor en dormir con la serpiente ovípara y ayudarle a calentar los huevos que incuba. Bonilla para poder gobernar tres años en Andalucía, se ha limitado a darles a cambio pequeños infernillos para misas, toros, monterías y poco más. 

Líderes y partidos

Quizás hayamos meditado poco sobre el fenómeno político, bastante singular e inquietante por cierto, que llevamos tres años viendo crecer en Andalucía, particularmente en los dos partidos que formalmente integran el gobierno de coalición de la Junta. 

Las figuras de Moreno Bonilla y Juan Marín son super promocionadas a machamartillo desde la  RTVA (radio y tv) y por los editores de prensa enrolados en la cau$a  (no es errata) gubernamental, mientras que las siglas del PP y Cs o no aparecen o solo se emplean para la agresión pura y dura al contrario desde las cuentas oficiales en las redes. Cabe recordar que es muy difícil, por no decir imposible, que en la cuenta oficial de un partido se cuele un mensaje de calado que no tenga la aprobación del líder correspondiente. Son ellos mismos, pero embozados como en Carnaval.

Sin duda estamos ante el culto al líder constante y permanente. El presidencialismo que aglutina todo el poder en una sola firma, (sobre todo cuando tienes el BOJA) se impone por encima de las siglas de partido, convertidas sus sedes en oficinas de colocación de pareja, parientes y militantes, por este orden. Desgraciadamente fue, es y será así por lo que se ve en nuestro penar histórico de años. Al líder siempre le gusta tener a todos bajo control, cueste lo que cueste.

Esa forma de conducirse la actual política nos lleva irremediablemente a preguntarnos ¿cuál es el futuro de la democracia interna que, por ley, debe regir el funcionamiento de los partidos políticos en España? ¿Democracia real o un simple paripé? Lo sucedido con Alberto Núñez Feijóo es suficientemente clarificador al respecto. No han celebrado el congreso de abril en Sevilla y Feijóo ya está más que aclamado y proclamado como nuevo presidente del partido y, por supuesto, ejerciendo como presidente in pectore a los pies de Santiago Apóstol, que para eso es el Patrón de España. Y en este mismo contexto no se pierdan el vergonzoso y cutre desfile en las rrss de cuadros y dirigentes del PP de algunas provincias andaluzas, hasta antier servidores de confianza colocados manu militari por García Egea -‘no me toques los cojones’- se apresuran a mostrar su incondicional apoyo al nuevo líder Feijóo con textos que parecen homenajear más la nómina personal por la que pelea el firmante que al nuevo líder que llegará en unas dos semanas.

Los cambios trascendentales que están afectando al PP estatal auguran cierta felicidad y estabilidad en el equipo andaluz con Moreno a la cabeza. Ya no habrá excusas, todo el partido es nuestro, como la calle fue de Manolo Fraga. De momento no es baladí recordar que Moreno Bonilla mantiene una vieja relación de amistad personal con Núñez Feijóo – ay, esas cenas en Marbella, con Elias Bendodo– y tiene mucha más confianza personal y política con él que la que logró con el defenestrado Pablo Casado y sus ruteros de chusco y petaca. La clave estará en saber si esa felicidad orgánica actual que se huele desde fuera a distancia logra ser transmitida ¡al doble! de electores andaluces, cincuenta escaños como dicen que vaticinan los sondeos ‘satisfyer’ que manejan en San Telmo. 

La confección de las listas al Parlamento de Andalucía ofrecerá muchas claves sobre los efectos en Andalucía del golpe de mano de las baronías del PP el pasado 23F en la sede de la calle Génova 13.

Se equivocará el presidente andaluz si no mide bien sus pasos a la hora de aplicar las correcciones que el PP andaluz necesita en la mitad de las provincias en las que Madrid no hizo las cosas a su gusto. Ni el método ni el resultado final podrá parecerse al empleado en el pasado por García Egea y su lugarteniente Alberto Casero. Solo la transparencia y la democracia interna inocularía la vacuna que acabaría con la enfermedad que se come la libertad de los militantes de un partido, pero será muy difícil que se cambie el modelo de democracia digital por el que la política española circula hace tiempo, bordeando sin recato lo que manda la Constitución.

Moreno Bonilla se ha traído a Sevilla el congreso de abril del partido, que para eso dice tener el 40% del cónclave en el que el PP entronizará a Feijóo como hizo en su día con José María Aznar, ‘Ni tutelas ni tu tías’ había vaticinado Fraga. Por fin Bonilla verá cumplido su viejo deseo, que abortó la irrupción de Soraya en primarias, de ver a su amigo Alberto presidiendo el PP.

Quienes conocen bien el partido en Sevilla no tienen dudas sobre la influencia que Javier Arenas vuelve  a tener en la nueva situación, tras varios años en un discreto segundo plano y sin poder aparente, aunque a veces se le viesen las manos manejando los guiñoles.  Arenas, eslabón imprescindible en la historia del PP, solo ha sido visto en estos años acudiendo a comisiones parlamentarias como esta y comparecencias judiciales también relacionadas con el caso Gürtel donde su viejo amigo de pádel en San Pedro de Alcántara Luis Bárcenas es la estrella principal implicada en la causa.

El gobierno andaluz y el partido que mayoritariamente lo sustenta, tras despejarse el panorama interno en su partido activan la segunda fase de la que parece que será una muy larga precampaña electoral hasta el otoño. Todas las herramientas que según se ha demostrado puedan influir y sumar en los resultados serán empleadas sin complejos de ningún tipo. Un voto es un voto. 

Entrar en el mundo ‘Sálvame’ tiene sus ventajas pero también sus riesgos, sobre todo cuando en tu gobierno pueden encontrar carnaza y de la buena, de esa que tanto explota Mediaset en sus formatos televisivos de carne picada. Porque en democracia los placeres personales se los paga uno de su propio bolsillo, no concediendo un cargo, con coche, chófer, despacho y bandera.

Por cierto, no se ha visto el corte de la Esteban en las telenoticias de San Telmo de Canal Sur Tv, que raro.