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Cambio climático sí, calentamiento global no

Hay científicos cancelados por discrepar de la doctrina del cambio climático

 

El cambio climático está siendo utilizado por organismos internacionales, Fondos de Inversión, gobiernos de democracias (EEUU, Canadá, Australia, Reino Unido, la UE…) para cambiar la forma de vida de sus ciudadanos. Todas las demás políticas (ecológicas, industriales, rural, animalistas…) están subordinadas a la del cambio climático que llevan décadas imponiendo. Los científicos que lo cuestionan son censurados.

Los líderes de opinión, políticos, periodistas, informativos de todas las TV, documentales, tertulianos y diarios más leídos hablan de emergencia climática por calentamiento global como si fuera un hecho científico acreditado, sin posibilidad de error. Quien dude de esa doctrina es un friki, antisistema o fascista. Hay mucho dinero invertido para convertirnos en fanáticos del cambio climático. Es el discurso políticamente correcto, una religión de creencia obligatoria. Ese fanatismo lleva a que un país de 48 millones de habitantes como España que representa el 0,6% de la contaminación mundial, perjudique a millones de sus ciudadanos más pobres con las zonas de bajas emisiones (ZBE) donde no pueden acceder sus viejos vehículos mientras China, India, Rusia y otros países en desarrollo siguen quemando fósiles, creando centrales térmicas, creciendo en la venta de coches sin zonas de exclusión y sin restricciones, aunque suman el 50% de la contaminación mundial. En un planeta que estuvo cientos de miles o millones de años poblado por dinosaurios quieren acabar con la ganadería en Occidente porque contamina. Hay gobiernos como Reino Unido reaccionando contra la imposición de políticas que perjudican a sus ciudadanos (ha cambiado su estrategia energética y seguirá quemando combustibles fósiles) o Francia (construirá centrales nucleares).

Existen informes de meteorólogos que señalan la erupción del volcán Tonga en 2022 como un elemento que ha podido incrementar el calor en el planeta. El vapor de agua expulsado se calcula en 150 millones de toneladas métricas que alcanzó la estratosfera, sigue flotando en la actualidad en gran parte de la Tierra y puede añadir algunas décimas de temperatura. Ha sido noticia también que la circulación del agua de los océanos puede interrumpirse a partir de 2025 y provocar una glaciación en Europa. Así lo afirma en la revista científica Nature Comunications un estudio de la Universidad de Copenhague y del Instituto Niers Bohr de Noruega, que culpa de este posible efecto a los gases de efecto invernadero, esos que llevamos años combatiendo para impedir el calentamiento global. Según sus previsiones, el colapso oceánico es previsible al 95% entre 2025 y 2095 y el año más probable es el 2057. El IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) dice que es poco probable. Estos cobran para decir lo que quiere el poder económico (como los medios de comunicación de masas).

Es recurrente culpar al cambio climático de la sequía. Datos oficiales de la AEMET recogen que la diferencia de lluvia en precipitación media anual entre 1981, 640,9 l/m2, y 2020, 640,1 l/m2 es insignificante. Es imposible y ridículo analizar en unos pocos años humanos la evolución del clima que lo hace en cientos de siglos o milenios. La utilización interesada es evidente y obscena para crear alarma tratando de imponer su doctrina. Porque de eso se trata. Usar el cambio climático natural que se producirá durante siglos o milenios con un calentamiento global urgente para cambiar la forma de vida hoy en los países desarrollados. La variación que señala la AEMET puede deberse a decisiones de los responsables gubernamentales por seguir la agenda 2030 (que aplican PSOE, PP y la mayoría de partidos políticos) con la excusa del cambio climático. Si se tuviera el dato de la capacidad de embalsamiento de agua en 1981 y ahora en España donde se han destruido miles de presas y azudes, posiblemente conoceríamos la verdad con datos objetivos. Quedaría en evidencia que la sequía está más relacionada con decisiones de los gobernantes que con el cambio climático, como los incendios y otros efectos que se adjudican al proceso evolutivo natural del planeta. España está en el Sur de Europa frontera con África, es región árida y seca en la mayor parte de su territorio y no tiene las reservas hídricas del Centro y Norte continental, pero nuestros políticos, sus científicos y ecologistas no parecen valorar ese “pequeño” detalle. Están aplicando la misma política de Noruega que almacena millones de toneladas de agua en forma de hielo. La gestión del agua la hizo mejor el régimen de Franco.

Los arqueólogos señalan etapas de glaciación que duran miles de años, el desierto del Sáhara fue antes un océano y el Mediterráneo un desierto porque el clima es cambiante, siempre está en evolución solo que sus ciclos menores son de varios siglos o milenios y los normales, de miles o millones de año. Se han producido siempre desde que existe la Tierra hace 4.500 millones de años y ahora han decidido utilizarlo para rebajar el nivel de vida en Occidente. La revista Nature Geosciencie calcula que la próxima glaciación podría comenzar en unos 1.500 años, que es el equivalente a unos segundos en la vida de la Tierra. Las glaciaciones y los periodos interglaciares son cíclicos. Un estudio en el que han participado científicos de varios países ha proporcionado nuevos datos sobre el proceso de repoblación de Europa al término de la última glaciación. Sus descubrimientos se han publicado en la revista American Journal of Human Genetics. La historia geológica de la Tierra indica que los períodos recientes entre edades glaciales han durado alrededor de 11.000 años y ya han pasado 12.000 desde el último invierno glacial según investigadores de la Universidad de Cambridge. El último periodo glacial comenzó hace unos 25.000 años y mantuvo la mitad del planeta congelado durante más de 60 siglos.

Hay científicos cancelados por discrepar de la doctrina del cambio climático. Premios Nobel despreciados y vetados por rebatir con sus conocimientos la doctrina que pretenden imponer. El último, John Clauser, premio Nobel de Física en 2022 que teniendo prevista una conferencia en el FMI, ha sido censurado y su intervención anulada al conocerse que sus ideas no apoyan sino rebaten el cambio climático. Muchos científicos se están uniendo contra esta doctrina que dicen ellos no se sustenta en datos científicos y más de 1.500 han firmado un documento contra el falso calentamiento global. ¿A que no han oído nada de este documento? ¿Por qué? ¿Les extraña?