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Chaleco antibalas para el PSOE

Sánchez ha visitado Ucrania y se ha entrevistado con su presidente. Su jefe de gabinete llevaba un chaleco de protección con rótulo de Policía Nacional.

 

Pedro Sánchez ha visitado la capital de Ucrania y se ha entrevistado con su presidente. Fue acompañado por el séquito habitual y su jefe de gabinete, que llevaba un chaleco de protección con rótulo de Policía Nacional. No es coherente que ningún político use chaleco de protección policial cuando miles de policías de seguridad ciudadana no disponen del mismo. Los políticos rebasan los límites del sentido común y usan todos los recursos del Estado como si fueran propios.  

 

En ese viaje, Pedro Sánchez anunció que policías españoles irían a Ucrania para investigar si se han cometido crímenes de guerra, de lesa humanidad. La politizada policía española obedece órdenes políticas del gobierno de coalición con UPodemos, los “amigos” de Putin, pudiendo ocurrir como con las balas de la presunta amenaza a Iglesias recibidas por correo en Interior, que el servicio de seguridad del Ministerio (Guardia Civil) las entregó a Iglesias para uso electoral partidista. El Gobierno envía policías a Ucrania para investigar crímenes de guerra mientras en Europa se opone a considerar de lesa humanidad, que no prescriban, crímenes de ETA sin autor conocido protegiendo así la impunidad de los asesinos. Al no poder evitar la aprobación por falta de apoyos, en el último momento votaron a favor de la resolución en el parlamento europeo, que además de investigar los crímenes pendientes como de “lesa humanidad” se oponía a los homenajes a terroristas cuando salen de prisión; el PSOE votó a favor en Europa y el mismo día en el Senado español votaba lo contrario: no prohibir homenajes a terroristas. Quisieron enmascarar su catadura moral y se hicieron una fotografía para la historia. 

 

El 15 de mayo de 1980, tras prestar servicio de noche, desayunaban en un bar en San Sebastián tres policías nacionales. Tres terroristas y cinco disparos los incluyeron en los 379 crímenes de ETA todavía sin esclarecer que el PSOE quiere que no se investiguen. Allí murió José Manuel Rodríguez Fontana, 24 años, almeriense del barrio de Pescadería, con planes de boda para agosto y mi amigo en la academia policial de Badajoz. El Gobierno, su presidente, los políticos indignos son moralmente cómplices de los asesinos.  

 

En materia terrorista el PSOE siempre tuvo visión de Estado cuando el PP gobernaba. Zapatero suscribió el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo del año 2000 apoyando al Gobierno de Aznar en su intento de acabar con ETA. Cuando Aznar y sus ministros hablaban de ETA como Movimiento Vasco de Liberación, decían que no habría vencedores ni vencidos, que serían generosos mientras excarcelaban decenas de presos con muchos años de condena, todos callaron: periodistas, políticos, familiares de víctimas, sindicatos policiales… Después, sin que Zapatero hiciera nada de lo anterior, algunos “callados” dijeron que chapoteaba en la sangre de las víctimas. Existe hemeroteca y un libro recogerá ese comportamiento indigno de políticos, periodistas y familiares. 

 

En 2018 Sánchez dijo que España era una nación de naciones; solo quien ignora la historia de España en los dos últimos siglos puede decir eso; si además considera ejemplar a Largo Caballero, que pretendió derribar la República para imponer una dictadura comunista idéntica a la de la URSS el problema es grave. Ha pactado con Bildu, indultado golpistas, gobierna en coalición con el comunismo bolchevique, protege a terroristas criminales de ETA cuya identidad se desconoce y como Rubicón, plantea el acceso a secretos de Estado de independentistas y filoterroristas, que quieren destruir el Estado. ¿Tiene algún límite ético, por interés general o por defensa de la nación? Sánchez está escribiendo las páginas más sucias de la historia del PSOE.