En la madrugada del 10 al 11 de agosto de 1936 y en aplicación del llamado ‘Bando de Guerra’, el notario Blas Infante Pérez fue fusilado en la Carretera de Carmona por pistoleros a las órdenes del Gobierno golpista (en Sevilla) del General Gonzalo Queipo de Llano y el Gobernador Civil Pedro Parias González.
Según testimonio de su hija mayor, Luisa Ginesa, a la familia de Infante sólo regresaron -a través de José Martínez Luna, procurador del notario nacido en Casares- la sortija matrimonial, el reloj de pulsera ‘Movado‘ y una pluma estilográfica ‘Parker‘.
Pero en la casa de Infante en Coria del Río, ‘Santa Alegría’ o ‘Dar Al-Farah’ habían quedado decenas de testimonios directos y autografiados del paso de Infante por este valle de lágrimas (entre 1885 y 1936). ‘Confidencial Andaluz’ ofrece hoy a sus lectores imágenes y extractos seleccionados de la edición del ‘Korán’ que era lectura habitual de Blas Infante y que él mismo acotó de su puño y letra, con lápiz y a pie de página. Esta edición del Korán ‘infantiano’ está editada en París por Garnier Hermanos y fue impresa en enero de 1920: ‘1-20’: así reza el pie de imprenta que cierra el Sagrado Libro. Infante ligaba la historia y vínculos sentimentales de Andalucía a los emires que reinaron hasta 1492 en Sevilla, Córdoba o Granada.
¿Qué nos queda del Islam? se preguntaba Infante en 1930
«¿Qué nos queda del Islam?», se preguntaba Infante en 1930, antes de responderse… «Nos quedan del Islam el sentimiento de poder de Allah y su equilibrio. El Islam no es solo espiritualidad, es también movimiento». «Movimiento», ‘Movado‘: su reloj de pulsera. Y Al-Ándalus siempre habita en esta travesía vital como la gran referencia histórica, donde Andalucía se expresó con mayor nitidez. Va a ser una constante en el programa de Infante y sus 34 Centros Andaluces: «Restitución a Andalucía de la conciencia de su personalidad cultural, creadora en lo pasado de las más interesantes culturas de Occidente». Se detiene, de nuevo, en la constante modernización: «La reafirmación consciente de las aspiraciones esenciales de Al-Ándalus, traducidos con criterios modernos o actualistas».
Al abrir el Korán de Blas Infante -cuyas imágenes reproducimos- ya nos damos de cara con notas del puño y letra del notario ejecutado, asesinato del que se cumplirán esta semana 82 años. Es a partir del dorso del mismo forro o tapa de pasta dura. Ahí ya va anotada la que se intuye como lista de lecturas para una semana concreta. Esta: «1-Domingo-Evangelios. Mat. 6-11-«Jesús lo crea cuando es bautizado» (cabe inferir aquí una referencia al PadreNuestro. Mateo 6:11 es exactamente ‘El Pan nuestro de cada día dánosle hoy’). 2-Lunes- Alkorán. 3-Martes- Laot-Sé. 4-Miércoles-Confucio. 5-Jueves- Hechos (de los Apóstoles).- 14. 6-Viernes- Biblia- Génesis, 11.7-Sábado- Pitagóricos».
Tras esas anotaciones arranca lo que es el Korán de Garnier Hermanos, algo deteriorado si bien en aceptable estado. Hay un prefacio más un compendio de 127 páginas sobre La Vida de Mahoma. Antes de iniciarse el Capítulo o Sura I, Infante escribe de su puño y letra lo que es la Básmala: Bensellah elrohman elrahim, En el Nombre de Dios (Allah), Clemente y Misericordioso’. Al lado del Versículo (Aleia) 45 del Capítulo II, La Vaca, Infante escribe de puño y letra: “Admirable”. Esa “admirable” Aleia 45 (o Alhaya) reza así: “Temed el día en que un alma no satisfaga a otra, el día en que no se esperen ni intercesión, ni compasión ni auxilios”.
“Él ha oído la voz de los que han dicho: ‘Dios es pobre y nosotros somos ricos”. “¡Magnifico!” escribe Infante.
Pasando sobre innumerables notas manuscritas del Padre de la Patria Andaluza, se llega al Versículo 177 del Capítulo III (La Familia de Imrán), que Infante escritura ahí mismo como “magnifico”. Es este: “Él ha oído la voz de los que han dicho: ‘Dios es pobre y nosotros somos ricos”. En el Capítulo VIII, El Botín, surge una de las anotaciones más importantes, entre las aleias 59-62, que se refieren a los suplicios para el “infiel” (“… que no crea poderse sustraer a la venganza divina… aterroriza con sus suplicios a los que lo sigan… el Señor odia a los tramposos”) o para “aquellos de quienes temes el fraude”. Ahí comenta Infante, con enérgicos trazos en lapicero rosa, corriente en la época:
“Un Código religioso que ha de ser generalmente aceptado ha de contener prescripciones para todos los gustos”.
En la navegación del Korán de Blas Infante Pérez se llega a otra nota manuscrita a lápiz, con la anotación: “Se ruega la entrega” y una firma en la que se reconoce claramente el apellido Morales: casi con certeza, Morales sería el librero al que se le adquirió el ejemplar: que se trataría, en aquellos tiempos, de una compra expresamente solicitada. Era en esa época, los años 20 del Siglo pasado, cuando Blas Infante viajaba a Aġmāt y vivía su propio camino islamista (Din) con bastante discreción. En realidad, él interpretaba la vida, la religión y el mismo Islam como ese constante movimiento o ‘Movado’. Al reverso de esa nota del librero (?) Morales, Blas Infante Pérez garabatea unos signos alfabéticos -‘Alfa’- en este no tan ignoto idioma esperanto, que él dominaba a fondo. Al final de la página 304 y del capítulo XVI (Las Abejas), Infante acota:
“En todos nace la criatura nueva. Aquellos en quienes permanece, estos son los elegidos”.
No cabe ir mucho más lejos. El final del recorrido vital del hombre que escribía notas en su Korán editado en París sobrevino -trazado a balazos- en la madrugada del 11 de agosto de 1936. A partir de las 03:40 horas se había detenido el movimiento rítmico del eje-volante del ‘Movado’. Dios, Allah o el Profeta sabrán dónde acabó el cadáver de Blas Infante Pérez, que dejó viuda a Angustias García Parias, con sus cuatro hijos de menos de diez años. Si él terminó o no en la fosa común del Cementerio de Sevilla, parece que la Junta de Andalucía piensa invertir varios cientos de miles euros en averiguarlo. Y, evidentemente, aquí no toca esa frase de Jesús que se cita en el Evangelio de San Mateo (8:22).: “Dejad que los muertos entierren a sus muertos”.