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Día de la Hispanidad

Si rompen la democracia y el Estado nación se acaban los derechos y las libertades.

 

La llegada de Cristóbal Colón al continente americano el 12 de octubre de 1492 es la efeméride del día nacional de España, día de la Hispanidad. Posiblemente seamos el único país del mundo civilizado donde usar los símbolos o la lengua nacional es considerado un acto fascista. Estamos ante un caso de ingeniería social llevado a cabo durante el último siglo por quienes quieren dinamitar la unidad de la nación y su Estado.

 

Se discute si España tiene 100, 200 años y hasta si es una nación. Existe una leyenda negra sobre el comportamiento de los descubridores y conquistadores de América, elaborada por líderes extranjeros cuyas tropas fueron infinitamente más crueles que las españolas, leyenda que creen los actuales enemigos de la nación. Su manipulación consiste en medir la actuación de las tropas españolas con parámetros de hoy, cinco siglos después, para concluir que eran salvajes y violentas, mientras se retrata a las tribus que sometía como benéficos ciudadanos de bien con las mejores costumbres, que salían cada mañana a su trabajo con la tartera. En tan falaz manipulación se oculta que esas tribus y sociedades hacían sacrificios humanos a sus dioses, personas a las que se arrancaba el corazón, desangraban o troceaban por unas creencias brutales, incomparables con las de los conquistadores españoles. Los españoles fueron solidarios en comparación con el trato que dieron a los nativos británicos y belgas. Se regularon sus derechos, se permitió el matrimonio mestizo y se hicieron leyes específicas para protegerlos. Sobre la antigüedad de España como nación, basta saber cómo llamó Colón a la primera isla americana a la que llego: “La Española”. 29 años después, en 1521, Hernán Cortés llamó “Nueva España” a las tierras conquistadas en México.

 

Hay españoles que por ideología, nacionalismo, ignorancia o adoctrinamiento nos odian. Odian nuestras instituciones, los símbolos, la lengua y todo lo que sea español, incluida la historia común que, con luces y sombras, nos trajo hasta aquí. En el gobierno coinciden hoy bolcheviques y sanchistas; cinco comunistas fanáticos de la dictadura del proletariado, (no eurocomunistas, que defienden el reparto de la riqueza en democracia sin imponer una dictadura que torture asesine ni impida la libertad de nadie), con el sanchismo, una evolución al bolchevismo de la hoy inexistente socialdemocracia del PSOE.

 

El líder del PSOE no disimula que para él lo más importante, más que España, la democracia, las libertades y la ciudadanía, es ocupar el poder. Por eso mintió en campaña electoral señalando que no podía pactar con ese comunismo bolchevique y 24 horas después, viendo que los necesitaba para alcanzar el poder, lo abrazó. Un abrazo que pasará a la historia del país como el beso de Judas a Jesús. En este caso los traicionados eran los valores democráticos, los españoles y la nación.

 

España es Estado-nación que hay que preservar y defender porque es una garantía para todos y en especial para quienes más lo necesitan. La casta política corrupta que nos gobierna (con excepciones) puede vivir sin esa cobertura; suelen ser gente adinerada que no ha trabajado nunca, y en su dictadura tendrían todos los privilegios (como ahora, solo que entonces ya no podremos echarlos sin hacer una revolución). Si rompen la democracia y el Estado nación se acaban los derechos y las libertades. Por eso hoy hay que defender los símbolos de la nación, la bandera, la lengua y la monarquía, y combatir a un gobierno que ya ha sellado la ruina de los más pobres, del pueblo, para las próximas décadas. Monarquía, Constitución, democracia, ley, derechos, trabajo y libertad. Esa es nuestra trinchera.