El 2 de Mayo del Mariscal Bolaños
Intentó avasallar las instituciones madrileñas, para “okupar” un lugar preminente en la tribuna al paso de las tropas.
Ya entrados en mayo, doble mes electoral (autonómico y municipal), el clima político se está encrespando mucho más de lo razonablemente previsible. El sanchismo, tras el batacazo sufrido en las últimas andaluzas, ve peligrar ahora su posición en ciudades y comunidades donde creía estar firmemente asentado. Y, naturalmente, se rebela frente a la posibilidad de cambio de ciclo político nacional tras las generales de final de año. Casi diariamente, desde la Moncloa y sus terminales se vomitan drones políticos con ocurrencias, engaños y patrañas sobre magnos proyectos futuros, tratando de movilizar e inducir al cuerpo electoral a reafirmar, el próximo 28-F, su confianza en el sanchismo. Solo para refrescar la memoria, hay que recordar aquellos embustes capitales de Sanchez, en la campaña para las últimas elecciones generales, voceando que nunca negociaría con Bildu, así como que tampoco se coaligaría con Iglesias. Estafas electorales que convirtieron la investidura de Sánchez en un acto tan aritméticamente legal como moral y éticamente ilegítimo. Porque el voto, para ser democrático, debe ser secreto, libre e informado y, desde luego, esta tercera condición, en el caso de Sánchez, nunca se dio.
Un día, la Moncloa fabrica el “arreglillo” de la nefasta ley de “solo sí es sí” que, en vez de endurecer el castigo a los delincuentes sexuales los protegía, siendo ya más de 1.000 los convictos que se han visto excarcelados o reducida su condena. Otro día, Sánchez inventa un acelerón financiero a la formación profesional bilingüe (¿). En otro momento, revistiéndose de promotor inmobiliario, promete generar decenas de miles de nuevas viviendas por doquier, llegando incluso a garantizar la promoción de más de “180.000 viviendas de titularidad pública para alquiler”. Mientras tanto, incentiva la protección a los “okupas”, trasladando a los propietarios la responsabilidad de solucionar problemas sociales, que corresponderían ser atajados por el Estado. Asimismo, acaba de anunciar la financiación al 50% del “Interrail” europeo, para que los que tienen entre 18 y 30 años viajen este verano por Europa. Y lo que nos falta todavía por oír hasta el día 28 de este mes. No es descartable que anuncie avalar hipotecas o sortear entre los “dieciochoañeros” billetes gratuitos para viajar a la luna el próximo otoño. Lo peor de todo es que, en este país de incultos políticos, aún hay gente que se cree las promesas electorales en general y, particularmente, las de Sánchez quien, durante cinco años de gobierno, se ha mostrado como el más fullero político español desde Godoy.
Tuvo su gracia que el pasado 2 de mayo, fiesta de la Comunidad de Madrid, el ministro de la presidencia, Bolaños, sin haber sido invitado, y usando como calzador a la ministra de defensa, Margarita Robles, se colara en los actos institucionales de la Puerta del Sol. Hasta ahí tragó la presidenta, Isabel D. Ayuso, que presidía los actos. Tras el “académico” y de “entrega de medallas” llegó el momento de presenciar el desfile de las tropas. Y se armó el follón. Bolaños creyéndose, tal vez, la reencarnación del mariscal Murat en los hechos de otro 2 de mayo, el de 1808, intentó avasallar las instituciones madrileñas, para “okupar” un lugar preminente en la tribuna al paso de las tropas. Provocador disparate que fue atajado intrépida y eficazmente por la jefa de protocolo de la Comunidad, Alejandra Blázquez Vilar, quien, enseñando buen camino, llegó a placar al intruso como si de un partido de rugby se tratara. Al sanchismo, este tiro le ha salido por la culata. Con su extemporánea y torpe actuación, el “mariscal” no solamente quedó a la altura de los tobillos de la “flamencona” Ayuso, sino que regaló a ésta muchas decenas de miles de votos madrileños. Los medios dicen que aquél ha sido operado. Lo siento mucho. Deseo que se mejore pronto.