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El taxista de Revilla

Que la corrupción y la mentira sigan galopando sin freno por las instituciones es tan culpa de los políticos como de la sociedad

 

El presidente cántabro Miguel Ángel Revilla contó públicamente hace poco tiempo una anécdota que le ocurrió con un taxista. Viajaba a entrevistarse con Zapatero y al decirle al taxista que lo llevara a Moncloa este se despachó con insultos gruesos contra el presidente del Gobierno.

Revilla le dijo que si se comportaba con educación se lo presentaba y podría saludarlo. Tras la inicial sorpresa el taxista aceptó, y antes de llegar a Moncloa sacó colonia, se perfumó y se peinó. Según Revilla iba algo zarrapastroso.

Revilla presentó a Zapatero al taxista, que le dio un afectuoso apretón de manos, lo trató de señor presidente y sus insultos y animadversión de minutos antes habían desaparecido. Es la definición de lo que comúnmente se conoce como bocazas y que pululan por la vida sin saber que lo son.

 

Exposición Universal de 1992.

Corcuera anuncia visita a la Barriada Santo Ángel donde viven policías, cercana al cuartel policial Blas Infante de Sevilla. Había un ambiente enrarecido. Policías allí residentes anunciaron que se opondrían a la visita del ministro de Interior con una sonora protesta, cacerolada, etc. si aparecía.

Malas condiciones de alojamiento, baja dieta salarial y exigencia de los policías para que sus familiares pudieran entrar gratis en la Expo, fueron el detonante para ese mal ambiente laboral. Algunos policías introducían a familiares en el autobús policial que los llevaba a la Expo pasando los controles de entrada sin pagar, pero se prohibió.

El primer día los policías que con familias esperaban a subirse al autobús, al serles prohibido se fueron andando de uniforme, algunos familiares también, y el relevo se produjo con bastante retraso. Un policía fue sorprendido tratando de introducir a su pareja en una furgoneta de guías caninos, en el habitáculo del perro, para no pagar la entrada.

No hubo expedientes disciplinarios por estos incidentes y otros varios por la intervención del responsable sindical en Sevilla, Tejero, y del jefe superior de Policía, “Chato” Morales.

Corcuera visitó la barriada, los bocazas no aparecieron y si lo hicieron, fue para hacer cola con sus parejas y hacerse fotos con el ministro, que degustó, sin pagar, buen vino y jamón en el bar de la asociación de vecinos de la barriada policial.

 

Olimpiadas de Barcelona.

Terrible mal ambiente por las condiciones de trabajo, alojamientos y baja dieta salarial. Clamor unánime. Un sindicato policial convoca manifestación dejándose llevar por quienes tienen mucha fuerza en la boca, acudiendo 100 de los 10.000 policías trasladados en Barcelona.

El mismo comportamiento bocazas del taxista y de los policías de Corcuera y las olimpiadas es el que tienen la mayoría de políticos en este país. Predican sin dar trigo, mienten. 

Basta ver cómo se comportan los líderes de los tres mayores partidos políticos de España.

 

El movimiento 15-M fue usurpado por Podemos.

Comunistas teóricos de tercera fila, asalariados de Irán y Venezuela, reconvirtieron la esperanza de una parte de la sociedad española en un partido familiar, el cortijo del burgués del casoplón y su señora, la heredera.

Los secundan otros matrimonios que tienen y aspiran a mantener sus cargos en Podemos, dispuestos a barrer los suelos del infierno por sus pesebres. Estos comunistas de países occidentales que viven en casoplones y con salarios muy por encima de los de los trabajadores ya no engañan a nadie.

Si de verdad los países comunistas fueran el paraíso que ellos pregonan se irían a Corea del Norte, Cuba, Venezuela, China…, y vivirían allí como la mayoría de su ciudadanía, sin libertad, sin derechos, con estrecheces y con múltiples carencias.

Aquí, en estos odiosos países occidentales capitalistas viven como lo que son, miembros de la Casta política privilegiada. No dan mejor ejemplo que Iglesias Pablo Casado, con su carrera sprint y su máster, o Pedro Sánchez, con su máster, despilfarros, nepotismo familiar y de amigos y opacidad.

Ninguno de ellos podría ser político en países democráticos de nuestro entorno, allí donde aplican una ética de comportamiento que prohíbe mentir y exige coherencia entre lo que se dice y se hace.

 

En España todo es impostura, hipocresía, mentira, falsedad.

Que las cosas en nuestro país sigan siendo así, que se forme un Gobierno de España con partidos políticos que desde su existencia trabajan por la desaparición del Estado-nación, que la corrupción y la mentira sigan galopando sin freno por las instituciones es tan culpa de los políticos como de la sociedad. Es tan culpa de Iglesias, Casado o Sánchez como nuestra.