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ETA, ¿perderá o ganará?

No sabemos qué trató Sánchez con Soros en su entrevista en Moncloa “fuera de agenda”.

 

El presidente del Gobierno de España tiene un director de gabinete mezcla de Rasputín y Goebbels. Experto en juego sucio sin reglas morales y propaganda. No hace prisioneros. Por su consejo se convocaron elecciones para no pactar con los bolcheviques, esos que quitarían el sueño a media España incluyendo a Sánchez. Viendo peligrar el poder tras el resultado electoral, en 24 horas se abraza al mal sueño y se introduce en el gobierno del país. Un vicepresidente asustadizo, mentiroso y tramposo que no sabe qué inventar para erosionar la democracia, con un obsceno número de efectivos dedicados a protegerlo en un país con millones de personas bajo el umbral de la pobreza. 

 

No sabemos qué trató Sánchez con Soros en su entrevista en Moncloa “fuera de agenda”. No sabemos qué hacía el ministro Ábalos en Barajas recibiendo a la vicepresidenta venezolana, ni la carga que traía ese avión, ni donde está. No sabemos cuántos muertos hay por la pandemia; el gobierno da una cifra oficial de 28.000 y otros organismos del mismo gobierno señalan que son más de 50.000. No es un dato que afecte al gobierno, que en esa situación se fue de vacaciones. Apoyar una comisión política de investigación por el caso Kitchen que afecta al PP, la oposición, y a la vez negarla a Podemos, el gobierno, por la caja B, la fundación Neurona o la denuncia falsa del teléfono es inmoral. Es la evidencia de que PSOE, UPodemos, BNG, ERC, PNV, JxCAT, Compromis, PNV y +Madrid no tienen límites éticos. Un sistema donde el gobierno controla en el Congreso a la oposición y no al revés no es una democracia. 

 

El problema es que no hay alternativa. En frente está el PP, el de Kitchen, Gürtel, Lezo, Púnica o de casos nunca investigados, como el chivatazo a tres comandos de ETA llevado a cabo en Francia a principios de 2012, que quienes vieron las grabaciones de los elementos técnicos instalados para controlar los domicilios dicen que eran miembros de las fuerzas de seguridad (dos hombres y una mujer). Que ETA ya hubiera dejado de matar no exime de investigarlos porque hay más de 300 asesinatos sin esclarecer. Brutales en la oposición contra policías en los casos “Faisán”, “ácido bórico” o insinuando complicidades de policías en el 11M y autistas cuando gobiernan. No merecen hoy mejor consideración que el actual gobierno bolchevique. 

 

Entre tanta basura, el CNI, un servicio secreto todopoderoso, descontrolado, el que más de todos los países democráticos (por sus directores, que hay héroes entre sus miembros), que lo mismo vigila a un extesorero del PP en España que amenaza a una querida del Rey en el extranjero. 

 

En esta cloaca ETA puede ganar después de muerta por la complicidad del PSOE. Lamentar, simulando estar compungido, el suicidio de un miembro de ETA es tomar partido por ellos y despreciar a miles de víctimas y a millones de españoles. Es una indignidad que en un país democrático costaría el cargo al político de turno. Aquí no pasa nada porque España es una partidocracia, gobierno de élites políticas. Un terrorista que sigue defendiendo la lucha armada ¿qué hacía en Martutene y no en Tenerife? Un miembro de ATA -los escindidos de ETA- utilizado por el presidente para traficar con votos y aprobar los presupuestos. Votos que chorrean sangre de niños, policías, militares y compañeros de su partido. Este es el Rubicón que convierte a Sánchez en un político indigno por despreciar a las víctimas de ETA. Un miserable. Esto lo echará del poder o, si él sigue ahí, ETA ganará.