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Gobierno, no. Papa, tampoco

El cónclave que quieren los enemigos de este señor Papa duraría unas horas como ocurrió en 1503.

 

En 1956 C. Wright Milss escribió “La elite del poder”, en la que describe la existencia de una poderosa minoría, de jerarquías, que controlan el Estado, las empresas económicas, la judicatura y el ejército y se arrogan en exclusiva las grandes decisiones. Como puso intelectualmente a la vista Karl Polanyi en “La gran transformación”, el liberalismo económico promocionó el progreso al precio de la dislocación social. Así la  sociedad se convertía en una simple función del sistema económico y flota sin rumbo en un mar agitado por los intereses y las pasiones. El sistema de mercado ha deformado nuestra visión del hombre y de la  sociedad, que se han visto convertidos en simples mercancías para ser compradas y vendidas.

Esas visiones deformadas constituyen hoy uno de los principales obstáculos que impiden resolver los problemas de nuestra civilización. La elite del poder que describe Wright promuéve la inversión de capitales incontrolados por las estructuras estatales nacionales, asegura a los inversores la obtención de excedentes del trabajo, del consumo, del comercio internacional, garantiza el abaratamiento de la mano de obra, empuja al alza la contratación temporal y eleva y sostiene las exenciones fiscales a los capitales volantes y limita los derechos laborales y sindicales.

Opino que esta es la almendra de lo que afecta y ocurre en la política española y en la crisis de la Iglesia católica. Ambas cosas traen a los lectores  y escribidores de diversas publicaciones a mal traer y son causa de que nos dejemos embobar.

La dislocación social a que me he referido y sus consecuencias en el trabajo, la precariedad, y el abaratamiento de la mano de obra con  visibles u ocultadas miserias y desbarajustes familiares y sociales están en la raíz, creo, de la lucha política para que no se constituya un gobierno de izquierda en España y del ataque al señor Papa por la derecha conservadora norteamericana y europea, clerical y laica, cardenalicia o de magnates seculares.

Tengo claro lo que quiero decir y estoy escribiendo. No confundo churras con merinas. A la elite del poder no le conviene un gobierno de izquierda sólida en España. No me engaño. El PSOE que ha gobernado Andalucía cuarenta años y veintitantos España, ha permanecido impasible en el abordaje de la dislocación social y humana provocada por el liberalismo. Solchaga y los otros ministros y consejeros encargados de la economía eran y lo decían, liberales y veían el liberalismo alemán y sajón como panacea de los males sociales cuando era en buena parte causantes de ellos. Otro tanto ocurre ahora. Y, estimo, que ahí está la razón de más peso de los quiebros de capa que el PSOE, no solo Sanchez ¡cuidado¡, hace a Podemos, IU y PC. Si se molesta uno en leer el análisis de Polanyi, y le pone noticias de 2015 acá y al tiempo oye los inanes discursos de Lastra, Calvo, Abalos, y el propio Sanchez, entenderá que al PSOE no le interesa ni por soñacion deambular por esos caminos exigentes. No es que no se fíen de la izquierda parlamentaria más allá de ellos, es que le tienen más miedo que una vara verde. Basta ver y oír a la ministra portavoz para salir a escape a ver al presidente Matarella y aceptar una grappa para recomponerse.

El señor Papa, por su parte, volando a Mozambique,  se ha marcado un tango fané y descangayyyyado y les ha dicho a la derecha conservadora  americana que para él es un honor que traten de quitárselo de en medio. Monseñores con cuentas en Berna, cardenales ahorradores por confianza en la divina providencia, gerentes y asesores vendedores de humo de empresas con afanes de traer por el ronzal al Padre Eterno para que no sea adorado en justicia y verdad sino con cerdos, toros y corderos sacrificados al dios del dinero, pero pagados antes en mercados sin libros de cuentas sino sólo en excel de Mac que harán ir en peregrinación a millones de personas tras clérigos y pastores enriquecidos y alabando a Jesús como si fuera el novio de Bilhie Eiles cantado Bad Guy.

Este señor Papa que ha puesto el dedo en la llaga de la economía mundial de la opresión de los miserables y que en lenguaje del padre Smith de Bruce Marshall está recuperando la fe callada en Jesús y la exigencia ética de seguirle personalmente, no se arredra por Steve Bannon y compañía. Hace y actúa como dice Neumann en “Theory of Games and Económico Behavior”: “La vida real consiste en ir de farol, en pequeñas tácticas y embustecillos, en preguntarse qué va a pensar el otro jugador qué quiero hacer yo”.

Urbano VII fue Papa sólo siete días entre el 15 y el  27 de septiembre de 1590. Este señor Papa va para siete años. Esteban II fue elegido el año 757 pero murió cuatro días después de la eleccion, sin llegar a tomar posesion. No así Francisco, que está vivo y coleando. El cónclave que quieren los enemigos de este señor Papa duraría unas horas como ocurrió en 1503 en la eleccion de Juli II, pero el Santo Espíritu les puede hacer la puñeta y tener a los electores 27 meses, como se las gastó entre 1292 y 1294 cuando eligieron a Celestino V.

Ya lo dijo Leo Durocher, jugador americano de béisbol: “El béisbol es como la Iglesia, muchos asisten, pocos entienden”.