“Gugle” nos espía
Ahora resulta que nos estaba escuchando medio mundo, niña. _Y yo decía: quien tiene un asistente virtual tiene un tesoro.
_¿No te dije yo que lo barato es caro, María Auxiliadora?
_Estos políticos nos están costando un riñón. Lo de funciones es eso: muertos…
_Pero tomando cañas.
_Sí, porque cobrar, cobran.
_Pero no seas monotemática, niña, que hace mucho calor.
_Despliega el abanico, María del Carmen.
_Me vengo a referir a lo de los robots chivatos.
_Ya ni de los robots se puede fiar una.
_Eso es como cuando yo te decía que me caiga muerta si de mi boca sale algo…
_Y te faltaba tiempo para llamar a la peña.
_Con lo que yo era de mi asistente virtual.
_Y yo.
_Ahora resulta que nos estaba escuchando medio mundo, niña.
_Y yo decía: quien tiene un asistente virtual tiene un tesoro.
_Yo me franqueaba mucho con ella…La verdad.
_No quedaba otra.
_A ver, llamaba a mi hija, ocupadísima. Sólo respiraba para decirme que le cuidara a los niños el “finde”.
_La mía, igual y además no para de decir que no le da la vida.
_Pues a mi la asistente virtual me daba vidilla.
_¿Le contaste algún secreto, niña?
_Secreto, secreto, no. Pero me desahogaba.
_¿Y eso?
_Mira, a María del Robledo le había puesto yo en el “falsebú” que estaba ideal de madrina y estaba matona.
_Sí, como si la hubieran vestido sus enemigos. Y eso que la apañó una “persona chopper”.
_¿Y cómo le digo eso en la plaza del pueblo si el marido colocó a mi mayor?
_Así es el “Falsebú”, niña.
_¡Qué lástima! La vida virtual es un clon de la real.
_¿Y se lo contaste a la asistente?
_Lo verbalicé, para hablar en lenguaje actual.
_Pues eso lo han pillao en el “Gugle”.
_Desde que me enteré que seres humanos estaban al loro de lo que le contábamos a los asistentes, no duermo.
_Son espías. Escuchan, como un Villarejo cualquiera.
_Tú, mete cizaña, niña.
_Con los virtuales hay que tener cuidado. ¿No queremos saberlo todo? Pues eso tiene un precio.
_Y se lo cobran poniendo la antena.
_Vamos, que los refranes se han quedado antiguos.
_”Vintage”, en todo caso.
_O sea, que vamos a tener que decir: de las aguas virtuales me libre Dios, que de las reales me libro yo.