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Independence day and the right to revolution

La Declaración de Independencia es una denuncia de las condiciones en las que el Reino Unido mantenía a las colonias.

 

Cada año, el 4 de julio, se conmemora uno de los días más importantes en la historia de los Estados Unidos, el Día de la Independencia. Fiestas, desfiles y fuegos artificiales, para recordar como, tras un proceso militar, las 12 colonias lograron independizarse de Gran Bretaña mediante el Congreso Continental.

La firma de la Declaración, firmada el 2 de Julio de 1776, marca un antes y un después en la historia de los Estados Unidos, ya que a partir de ese suceso nació la nación que conocemos ahora. La Declaración, que justificaba la independencia, reconocía ciertos derechos naturales y legales, incluidos el derecho de revolución.

Doce de las trece colonias norteamericanas votaron por la separación de Gran Bretaña por múltiples razones, como la imposición de altos impuestos. Además, los colonos norteamericanos, vivían bajo una serie de leyes que les controlaba y no les permitía gobernarse. Las tensiones entre colonos y británicos aumentaron, lo que provocó el comienzo de una guerra, conocida como la Guerra de Independencia de los Estados Unidos o la Revolución Estadounidense. Fue en Filadelfia, cuando las colonias dejaron de reconocer el dominio británico y formaron una nación independiente. La Declaración que justificaba la independencia, reconocía ciertos derechos naturales y legales.

Cuando comenzó la Guerra de la Independencia –que finalizó con la derrota británica en la batalla de Yorktown y la firma del Tratado de París–, el principal objetivo de la lucha era reclamar derechos y libertades económicas, pero fue tomando fuerza entre los colonos la idea de cortar los lazos con Gran Bretaña. Tras más de una década de agitación contra las políticas inglesas y las primeras batallas, las trece colonias enviaron representantes al primer Congreso Continental celebrado en Filadelfia. Después de mucho debate acerca de cortar los vínculos con Gran Bretaña, los representantes votaron unánimemente por la independencia el 2 de julio de 1776. Dos días después, el Congreso aprobó la Declaración de Independencia.

La fecha del 4 de julio es considera como el día del nacimiento de una nación. La Declaración de Independencia, que reclamaba el derecho a la vida, la libertad y la consecución de la felicidad, es uno de los documentos fundacionales del espíritu americano. Fue escrita por Thomas Jefferson, con John Adams y Benjamin Franklin. Es un día de fiesta en todo Estados Unidos desde 1941, siguiendo una tradición que se remonta al siglo XVIII y a la Revolución Americana (1775-1783).

La Declaración se convirtió en una reivindicación sobre derechos humanos. En el texto aparecen una lista de demandas y cabe resaltar su preámbulo: «Todos los hombres son iguales, y han sido dotados por el Creador con ciertos derechos inalienables; entre ellos el derecho a la vida, la libertad y la consecución de la felicidad; y para asegurar estos derechos, los gobiernos se instituyen entre los hombres, derivando su poder del consentimiento de aquellos a quienes gobierna». Fue firmado por 52 representantes. Gran Bretaña no reconoció la independencia, hasta que con el Tratado de París de 1783 se puso fin a las hostilidades y consumó la Revolución estadounidense.

En el Tratado de París se reconocía la independencia de las Trece Colonias como los Estados Unidos de América y otorgó a la nueva nación todo el territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del río Misisipi. Gran Bretaña renunció al valle del río Ohio y dio a EEUU plenos derechos sobre la explotación pesquera de Terranova. El reconocimiento de las deudas legítimas debían pagarse a los acreedores de ambas partes, así como puestos en libertad los prisioneros de guerra de ambos bandos.

Los británicos firmaron el mismo día acuerdos por separado con España, Francia y los Países Bajos, que ya habían sido negociados con anterioridad. España mantenía los territorios recuperados de Menorca y Florida Oriental y Occidental. Por otro lado recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (Costa de los Mosquitos) y Campeche. Se reconocía la soberanía española sobre la colonia de Providencia. Sin embargo, Gran Bretaña conservaba la estratégica posición de Gibraltar. Londres se mostró inflexible, ya que el control del Mediterráneo era impracticable sin la fortaleza del Peñón.

El 4 de julio de 1776 iba a ser memorable en la historia de América. «Me inclino a creer que será celebrado por las generaciones descendientes», escribía John Adams a su esposa. «Debe ser conmemorado como el día de la liberación» Hoy es solemnizado con pompa y desfiles, como era su deseo con espectáculos, juegos, deportes, armas, campañas, fogatas e iluminaciones, desde un extremo de este continente a otro, de ahora en adelante para siempre. El 4 de julio también ha sido una fecha maldita para sus presidentes. Thomas Jefferson murió un 4 de julio de 1826, pocas horas antes de John Adams, en el cincuenta aniversario de la Declaración. James Monroe, también murió un 4 de julio de 1831, tercer presidente que murió en on independence day.

Estados Unidos, al lograr su independencia de Reino Unido, se convirtió en la primera república democrática representativa de la historia de la humanidad. Así comenzaba la Declaración firmada en el Congreso: «Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual». Se entiende como un antecedente directo de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, lograda tras la revolución francesa de 1789, que recogía las pretensiones democráticas anheladas durante siglos por los sectores más progresistas.

Para garantizar los derechos que se incluían en la Declaración (todos los hombres son iguales y tienen derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad), «los hombres eligen gobiernos, que pueden ser abolidos si no representan al pueblo». La primera república democrática representativa de la historia ya se sustentaba en los dos pilares básicos de toda democracia: el sufragio universal y secreto –que permite a la ciudadanía elegir a los que gobiernan–; y la total libertad de prensa, para asegurar que se conozca las cuestiones que afectan a la opinión pública.

La Declaración es una reivindicación sobre los derechos humanos: «Sostenemos como evidentes estas verdades: que los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad».

Los Representantes de los Estados Unidos de América, convocados en Congreso General, solemnemente declararon: «Que estas Colonias Unidas son, y deben serlo por derecho, Estados Libres e Independientes; que quedan libres de toda lealtad a la Corona Británica, y que toda vinculación política entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña queda y debe quedar totalmente disuelta; y que, como Estados Libres o Independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concertar la paz, concertar alianzas, establecer el comercio y efectuar los actos y providencias a que tienen derecho los Estados independientes».

La Declaración de Independencia es una denuncia de las condiciones en las que el Reino Unido mantenía a las colonias. Declaraba el derecho a derrocar a todo gobierno que no respete los derechos considerados inalienables, como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.