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Intrahistoria de la Operación Poniente

Así arrancó la Operación Poniente, contada por uno de sus protagonistas que acabaría ejerciendo como abogado de la Acusación.

 

Eran los primeros días de 2007 cuando Rosalía Espinosa, a la que Juan Enciso y sus huestes hostigaban a diario con acusaciones de traición por no haber querido unirse a esa loca aventura que fue el PAL (y su alianza con el PSOE en contra del PP, por lo que entonces creíamos que era una lucha de poder), me contó ciertas informaciones que le habían llegado sobre un saqueo que estaba haciéndose de las arcas de El Ejido.

Empezamos a investigar para confirmarlas. Hablaban de unas subcontratas, negocios de Juan Enciso con proveedores del Ayuntamiento y ELSUR y el cobro de comisiones por parte del sempiterno interventor municipal accidental, a través de una “empresa”. Y donde esperábamos encontrar una maraña societaria de gran complejidad nos encontramos todo muy a la vista.

Efectivamente, había una sociedad donde se juntaba Enciso con varias personas que tenían adjudicados importantes contratos con el Ayuntamiento y a ELSUR. Tampoco costó encontrar la sociedad del interventor, y confirmar las abultadas cifras de negocio, pese a contar con una sola empleada.

A partir de ahí, tirando de un hilo y otro, tuvimos toda la información que nos permitió trazar el esquema de gran parte del entramado que ahora se plasma en la sentencia que condena al exalcalde, al exinterventor, a la cúpula de ELSUR (directivos de Abengoa y Agua y Gestión) y a varios empresarios relacionados con el Ayuntamiento de El Ejido y ELSUR.

En poco días, se dio forma a una denuncia que tardó en presentarse por la Gestora del PP de El Ejido, a sabiendas de que, con ello, se abría la caja de los truenos, ya que los denunciados, una vez fue pública la misma (a la que luego se unirían la presentada por el que fuera abogado del Ayuntamiento, Paco Sánchez Ramón -el gran perdedor en toda esta feria, porque renunció a la comodidad en que estaba y se jugó todo para que se hiciera Justicia-, y otra de Izquierda Unida), redoblaron sus ataques a todos los que tuviesen que ver con los denunciantes y su entorno. El fuego desde el Ayuntamiento y la Radio Municipal era grueso, granado e indiscriminado.

 

Topolino al desnudo

Recayó la denuncia en el escritorio del Fiscal Don Jesús Gázquez (que en Paz descanse, una persona que hizo gala de una tremenda valentía al atreverse a ir contra el establishment), cuyo exceso de celo (justificado, como se comprobó más tarde) hacía a veces desesperar a los que se habían atrevido a alinearse contra el poder y, a ratos, incluso dudar de que toda esa investigación fuese a llegar a término, pues no olvidemos que el enemigo era tremendamente poderoso: un PAL aliado con el PSOE en la Diputación de Almería, un grupo Abengoa omnipotente y personas muy bien relacionadas.

No tardaron en organizarse movimientos ciudadanos (lo que un amigo bautizó como “La Resistance”), en convocarse actos de protesta y en acumularse las peticiones de dimisión a Enciso y su equipo. Y los aires de esperanza en que triunfase la Justicia hicieron que la gente se fuera sumando, cada vez más. Tímidamente al principio, pero más a cada convocatoria de un acto de protesta.

En esas trincheras nos conocimos todos los que estábamos dando la cara para intentar que los que habían robado pagasen. Y de ahí surgieron amistades fuertes y para toda la vida, como los diamantes.

Gracias a esa lucha tengo en mi vida a gente como Eva Liria, persona íntegra y con unos principios que valen millones, luchadora y cabal, periodista entonces Delegada al frente de la emisora local de Onda Cero de El Ejido, que le echó más coraje que nadie, dando voz en la radio a las acusaciones que había contra el Alcalde, ELSUR y demás. Y encajando como nadie, también, todo ese acoso que se le hacía desde todo el entorno del Ayuntamiento y a través de la radio municipal, donde no se dejaban en el tintero ni siquiera una serie de falsas y gruesas (que nada veladas) falacias y ataques a su honor.

O a Pepe Fernández, con el que la distancia me impide un contacto más continuo, pero con el que, cada vez que hablo (a veces pasan meses), es como si no hubiese pasado el tiempo. Pepe, a la sazón, Director Regional de Onda Cero en Andalucía, que apoyó siempre a Eva Liria y que es un periodista de raza, de esos que ya no hay. Comprometido con la verdad y la noticia, de verbo ágil, certero y eficaz, como un dardo bañado en curare lanzado con una cerbatana; y con un corazón que no le cabe en el pecho. También tuve la suerte de conocerlo en estos lances y tengo la de que siga siendo amigo mío después de todos estos daños.

Para todos ellos, para muchos otros que no voy a seguir desglosando, pero que tengo en mi corazón, y para mi, la intervención policial del 20 de octubre de 2009 (llevada a cabo bajo las instrucciones de Doña Montserrat Peña, Juez que había estado llevando en el más absoluto secreto, durante 6 meses, la investigación de todos los hechos denunciados, en un proceso que en ese momento quedó bautizado como “Operación Poniente”) fue un tremendo alivio, pues nos hizo ver que el sistema funcionaba, también contra los poderosos.

Y aunque los ataques se hicieron más virulentos, fue más leve, porque sabíamos que eran los últimos coletazos de esa bestia corrupta antes de sucumbir a la acción de la Justicia y a la propia Democracia.

Llegaron en mayo de 2010 las elecciones municipales, y en ellas, los ciudadanos de El Ejido descabalgaron a Juan Enciso del Ayuntamiento.

Los mercenarios que perpetraron, pagados con dinero público, tanta felonía contra los ciudadanos que luchábamos contra los saqueadores, cuando la bolsa de sus señores dejó de poder pagarles sus soldadas, huyeron como ratas, y a día de hoy ignoro dónde están. Espero que, como dicen los gitanos, todo lo que hayan ganado se lo gasten en medicinas.

Y un servidor, que ya estaba personado con el PP, como acusación popular, fue requerido por el nuevo Alcalde, Paco Góngora, para asumir la dirección letrada de la acusación particular que hubiera de ejercer en la causa, como perjudicado, el Ayuntamiento de El Ejido, una confianza que quiero agradece públicamente.

Ahí empezaron 13 años de intenso trabajo que ayer culminaron con la sentencia que todos conocemos. En este punto, quiero pedir perdón públicamente a mi familia por mi ausencia durante todo ese tiempo. Han sido miles de horas dedicadas a este asunto. Para estudiar los miles de folios; para escuchar las horas y horas de conversaciones telefónicas intervenidas; para redactar el escrito de acusación; para preparar el juicio… y no digamos ya cuando llegaron los 6 meses que duraron las vistas.

Cierto es que, a todos los que hemos luchado en este bando, nos queda un sabor agridulce, pues las demoras en el procedimiento (debidas, en gran medida a la carencia de medios con que cuenta la Administración de Justicia para luchar contra trama complejas) han permitido que las penas queden algo rebajadas.

Pero lo importante es que ha quedado demostrado que era verdad que nos estaban robando, que nada de esto fue una maniobra política para desbancar a Juan Enciso, que se llevaron el dinero a manos llenas; y que se va a recuperar el dinero robado.

También hay que subrayar que los principales artífices de ese desfalco pagan todos, pese a que algunos parecían intocables por estar en esferas muy altas del poder (como los directivos de Abengoa y Agua y Gestión).

Hoy, para mi, El Ejido luce más brillante y su aire se respira mejor.