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Juanma y Susana: tras los abrazos y besos, las puñaladas

La historia se repite, PP y PSOE quieren controlar desde Madrid a sus respectivos partidos en Andalucia.

 

Mientras nos pertrechamos ante la cuarta ola de pandemia, que ya está aquí, en los cuarteles generales de los dos partidos ‘de gobierno’, PP y PSOE, andan preparando los botiquines para cuando se produzca un parece que irremediable choque de trenes en Despeñaperros, frontera política y geográfica que separa Andalucía del Poder permanente del centralismo radicado en la capital del Reino.

Observando con cierta distancia nuestra historia reciente, se llega a la conclusión de que la Andalucía de los años ochenta fue mucho mas autónoma que ahora. Una época en la que aquí se tomaban decisiones, aunque Madrid tuviese que bendecirlas por guardar las formas. El 28F fue un ejemplo. Pero eso ya es historia.

No solo pasa en la política, si se fijan, el panorama mediático andaluz, televisiones, radios, periódicos, están dirigidas desde sus sedes centrales madrileñas (incluso alguna catalana), obligados a dar la imagen de Andalucía que en cada momento interesa al poder de Madrid o al que paga en Sevilla. Como fondo, la misma artimaña que hicieron los socialistas con el dinero público durante décadas, repartirlo con subjetivos criterios; millones de euros a sumisos grupos mediáticos que operan e influyen con sus medios y sus concesiones administrativas, cuyas renovaciones están en manos del poder político.

Como guinda a este panorama tenemos Canal Sur TV que sigue siendo una televisión generalista, compitiendo con el resto de las del Estado, pero sin los mismos medios y con pésimos resultados de audiencia. Programas que parecen refritos o calcos de los de Mediaset, con sus  personajes incluidos. La tele pública andaluza por imposición de Vox ahora se plantea cambiar el nombre por el de ‘Canal Andalucía’. Una millonada a gastar que no servirá de nada ni a corto ni a medio plazo. Después de treinta años será muy difícil que los andaluces no sigamos llamando Canal Sur a Canal Sur, la rebautice como la rebauticen los extremistas de derecha que, en realidad, lo que quieren es cerrarla o privatizarla. Curioso, Vox tirando dinero público, como parece que hizo con las subvenciones que recibió su ex líder, el juez Serrano. Y ahí tienen al gobierno de derechas del centrista Bonilla tragando carros, carretas y carretones con imposiciones, pura dinamita ideológica, propia de los años cuarenta, cuando se le ponían avenidas, paseos, calles o glorietas al dictador Franco, algo que acaban de proponer los de Vox en Badajoz esta semana. Pero volvamos a la realidad de hoy.

 

Susana y Juanma, bajo el volcán y la pandemia

Siguen los andaluces contagiándose de Covid según las alarmantes estadísticas diarias, tan preocupantes como el riesgo de colapso sanitario que podemos padecer en breve de confirmarse la tendencia. La cuenta es fácil dado lo padecido en las tres olas anteriores: un 10% de los infectados acabarán ingresados en los hospitales, la mayoría en las UCI´s. Hagan cuentas.

El gobierno de la Junta, que acertó de lleno al no permitir la comunicación entre provincias en esta Semana Santa, ha metido la pata hasta el corvejón encabezando procesiones inversas para ‘estar’ con decenas de veneradas imágenes titulares, confinadas en sus iglesias desde hace dos Semanas Santas por la pandemia.

La Junta solo tiene capacidad para decidir lo que hay que hacer con sus amplias competencias, aunque se ha demostrado impotente a la hora de hacer cumplir lo que ordena desde el BOJA.  Y para colmo, con una excesiva exposición de las autoridades en las visitas a iglesias, reiteradas imágenes televisivas que invitaban a hacer lo mismo a muchos creyentes, tras pensar quizás que si van las autoridades no habrá tanto peligro de contagio.

Por no hablar de la tele oficial ‘invitando’ a los sevillanos desde las portadas de sus informativos a acudir a la Calle del Infierno de la no Feria de Abril de este año. Salid, salid a las calles, pero con seguridad y mascarillas, era el mensaje subliminal que se ha proyectado a la gente.

Las declaraciones de los empresarios de la restauración en estos días recuerda mucho a lo que manifestaron en diciembre tras el “éxito” del puente de la Constitución y la pre Navidad con calles engalanadas de lucecitas. Después llegó enero, febrero y todo lo que sabemos que nos trajo la tercera ola: desesperación, muerte, dolor y llanto.

Mientras todo esto pasa en la realidad de la calle, que no es poco, en el PSOE y en el PP, en los mas altos niveles, andan enzarzados en una pelea interna por el poder orgánico que, si no son capaces de dialogar y pactar, acabará  debilitando seriamente a ambas formaciones  en Andalucía y posiblemente arrumbando a sus actuales líderes regionales Susana Díaz Pacheco y Juan Manuel Moreno Bonilla. Todo ello sin olvidar la pérdida de cierta estabilidad política de la que se presume en Andalucía desde hace tiempo.

 

A Susana le llegó el primer aviso serio de Sánchez

Nada más conocerse a través de la periodista Isabel Morillo en  El Confidencial la noticia del relevo de Sandra García como Delegada del Gobierno, fui de los que en Twitter contextualicé el cambio como un primer aviso serio – disparo en la línea de flotación- de Pedro Sánchez a Susana Díaz para que se echara a un lado y dejase paso a un nuevo tiempo y liderazgo en el PSOE-A. Cuando hace un año el Gobierno nombró a Sandra García como delegada, se vendió como una especie de armisticio entre Sánchez, Diaz y pelillos a la mar. Fue cuando Susana empezó a contar en privado que hablaba mucho ‘con Pedro’ cada semana. Así al menos lo interpretaron muchos militantes socialistas, inquietos por la deriva del partido en su debilitada oposición parlamentaria en Andalucía. Es muy complicado opositar cuando los sillones a fiscalizar están aún calientes después de décadas de gobiernos socialistas.

En estos últimos meses también hubo mensajes previos, como el golpe de mano desde Madrid para hacerse con el control de la agrupación de Huelva, “cosas de los de Ferraz”; ahí ha estado Alfonso Rodríguez Gómez de Celis como gran muñidor de campo, el mismo que salió elogiando el paso atrás dado por Miquel Iceta en Cataluña proponiendo a Salvador Illa como candidato / líder del PSC. Y como Susana no tomó nota entonces bajó José Luis Ábalos después a Sevilla y se lo dijo en persona y en su cara.

Y Díaz siguió recordando peligrosamente a Sánchez aquella voz del sur – «Pedro, no mientas cariño»- de cuando las primarias, aquel tono desafiante e hiriente, difícil de olvidar para Sánchez. En este video de entonces hallarán el lanzamiento de un ramillete de dardos envenenados entre ambos, heridas que parece que aún no están cicatrizadas.

‘Cosas del partido’, gente que tiene que justificar el sueldo, se ha oido en estos meses en el susanismo para restar importancia al más que evidente ruido de sables proveniente de Madrid.

 

 

Pedro Fernández, el hombre de Sánchez para reforzar a Juan Espadas.

Poner a Pedro Fernandez de delegado en Andalucía, en teoría perteneciente a la misma sensibilidad  política que la granadina cesada, revela que el subsuelo del PSOE andaluz se mueve últimamente más que la tierra en Santa Fé. Sánchez nunca habría nombrado su delegado a alguien que no vaya a remar en la dirección del cambio que pretende el presidente en el socialismo andaluz. O sea, Juan Espadas, un socialista al que también vota mucha gente de derechas en Sevilla, porque ese es el segundo objetivo tras el relevo de Susana, el cuerpo a cuerpo con el PP para atraer a los votantes – los huérfanos de Ciudadanos- que les dé fatiguita tanta cama redonda del PP andaluz con la derecha neofranquista. 

Si Susana sigue desafiando hasta el final al aparato de Ferraz significará que tiene amarrados los avales y votos que le permitan seguir en la S.G. Muchos creen que, estatutos en la mano, Díaz tiene muchas posibilidades de mantener el poder, aunque deba compartirlo. ¿Habrá juego limpio? Ya veremos. El nombramiento de Pedro Fernández, con largo recorrido en el partido desde abajo,  es un mensaje directo del propio Pedro Sánchez y Díaz sabe perfectamente qué significa eso en su partido y en esta encrucijada. Unos y otros empiezan a estar convencidos de que habrá un irremediable choque de trenes.

 

A Moreno no le gusta la derechización del PP de Casado

No cabe duda que el PP de Pablo Casado está demostrando unas excelentes tragaderas al aparecer sin careta como prisioneros políticos de Vox. El espectáculo de Murcia define muy bien lo que está dispuesto a tragar este PP, con una consejera negacionista en Educación y Cultura, expulsada de Vox en su día y fichada como independiente por el PP de García Egea y Casado, cuya primera decisión ha dicho que será imponer el llamado ‘Pin parental’. Esta señora, por cierto, es una de las tres que evitó la moción de censura murciana. El PP le ha pagado con una consejería.

 

Un PP al que Juanma Moreno no quiere parecerse y que le comparen, porque le estropea su cartel de dirigente centrado y dialogante que sube en las encuestas, de ahí que al verse acosado para quitarle el control orgánico del PP en Andalucia desde Génova 13, haya reaccionado tarde, a la defensiva y con torpeza.

Lo sucedido en el XV Congreso del PP de Sevilla hace un par de semanas ha sido la gota de agua que ha colmado paciencias y ha hecho estallar de los nervios a las fuerzas vivas del partido. Las cosas se han puesto de tal manera que lo que hace un mes parecía imposible, hoy se ha convertido en una necesidad táctica y estratégica para destacados cuadros andaluces del PP. Hay que posicionarse, con los de Génova o con los de San Telmo, tú eliges, allá tú. La figura del doble agente, en esta ocasión, parece que cotiza a la baja y de eso se encargarán Teo y Bendodo, cada uno en su cuartel.

Cuando este tipo de situaciones se viven en el seno de un partido – no es el primero ni será el ultimo- cambian mucho las cosas si estás en el gobierno o calentando escaños en la oposición. En este caso, Pablo Casado está actuando como oposición, frente a un Juanma Moreno que es presidente de un ejecutivo autonómico que gobierna el mayor territorio de España. Cuesta imaginar de presidente del Gobierno de España a un líder como Casado que no cuente con el apoyo pleno de los suyos en Andalucía, como también resulta increíble que no tenga en cuenta que su partido no ganó las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018. Las ganó el PSOE, pero no gobernó ‘la lista mas votada’, sino una ‘suma de perdedores’ en palabras acuñadas por el propio Bonilla cuando ni en sueños se veía de Presidente.

Estos dos videos, su contenido, son la demostración palpable de que el argumentario político varía según la conveniencia, la oportunidad y los intereses personales de cada uno. En ambos casos, tanto Susana Díaz como Juanma Moreno, se comprometían a cosas que, con el paso del tiempo nunca han cumplido ni cumplirán.

 

Moreno debe cuidarse si no quiere acabar como Escuredo y Borbolla