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La interrupción matrimonial de la Realeza

Hay ducados que traen desgracias en la corona ducal.

Conocidos los hechos, cabía esperar la nota de la infanta y del excarcelado alavés, ex duque y ex todo. La nota que anuncia que se ha interrumpido el matrimonio ya ha visto la luz.

 

La duquesa de Brunswich-Wolfenbüttel, bautizada Carolina, casó en las décadas finales del siglo XVIII con Jorge, príncipe de Gales, hijo del rey Jorge IV de Gran Bretaña y fue acogida con enorme simpatía por sus futuros súbditos. Adquirió pronto un gran popularidad. Pero su vida sentimental, lejos del control exigible a la realeza en su tiempo, consiguió que la aristocracia y la alta burguesía del reino le hicieran un cerca de aislamiento que la llevó a dejar Gran Bretaña. El príncipe de Gales decidido a divorciarse y a punto de hacerlo, se encontró con que la muerte del rey Jorge III , le obligó a ocupar el trono. La duquesa regresó desde las tierras de su ducado, donde se había refugiado tras los pasos que la llevaron al divorcio, para asistir a la coronación del nuevo rey, pero se encontró con la férrea prohibición de entrar en la abadía de Westminister. Regresó a su ducado y a los 19 días falleció y fue enterrada en su ciudad.

 

 

Si visitan aquellas tierras y esa ciudad ducal busquen su lápida y podrán leer: Carolina, agraviada reina de Inglaterra. Hay ducados que traen desgracias en la corona ducal. Por eso Frank WILCZEK, Nobel de Física, que acaba de publicar “Las 10 claves de la realidad” nos aconseja que debemos aprender a pensar algo y su opuesto, a la vez. Es el único modo científico de comprender lo que ocurre en el seno de la Casa Real española.