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La nueva religión

El pensamiento 'woke' de mediados del siglo pasado en EEUU ha ido instalándose y ya condiciona la política y la vida en la UE y España.

El pensamiento woke de mediados del siglo pasado en EEUU ha ido instalándose y ya condiciona la política y la vida en la UE y España. Allí es identificado como la política de la cancelación o la censura y en Europa y España se traduce como lo políticamente correcto (o pensamiento único talibán). El movimiento woke pretende imponer una forma de ver la vida, desde la cultura hasta la política y son varias las líneas estratégicas que aplican para cambiar las sociedades a su conveniencia, entre ellas: a) favorecer la inmigración y la integración multicultural; b) el ecologismo radical, que los ríos desemboquen al mar incluso con restricciones de agua para uso humano; c) el cambio climático como excusa para acelerar procesos de ingeniería social, y d), la ideología de género.

Algunos países en la UE (Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Francia, Reino Unido…) ya han empezado a frenar o cambiar alguna de sus políticas wokes que llevan aplicando desde finales del siglo pasado, por ejemplo, la de inmigración, porque no hay integración y sus nacionales apoyan en las urnas a quienes se oponen a ese proceso. Lo de fronteras abiertas y multiculturalidad ha fracasado. Partidos socialdemócratas europeos plantean acabar con las subvenciones y ligarlas a alguna actividad, y otros partidos conservadores plantean una política de firmeza en las fronteras y la expulsión de quienes accedan al territorio ilegalmente. El Reino Unido planea un barco donde mantener a los ilegales hasta su expulsión y ha llegado a acuerdos con Ruanda para enviar allí a los solicitantes de asilo.

La política de fronteras abiertas y la multiculturalidad falla por la base, por la igualdad hombre-mujer al existir culturas donde la mujer es subordinada o esclava del hombre, y aunque lleven años o hayan nacido en Occidente, esa cultura, normalmente religiosa, se ha tolerado e instalado con ellos en nuestras ciudades. Como sus mujeres son mucho más prolíficas pariendo que las occidentales, en algunos países como Francia ya constituyen un grave problema por el número de ciudadanos franceses y sus hijo/as que no aceptan los valores de la República sino los del islam. Ese rumbo a largo plazo acaba con la república francesa de “Liberté, Égalité, Fraternité”. En España ese fracaso es evidente y notorio ya porque el 12% de los inmigrantes ilegales comete casi el 50% de los delitos, porque hay miles de ellos cobrando subvenciones y residiendo en Marruecos, pero estamos todavía en la fase de manipular las estadísticas y ocultar la realidad sin reconocer ni afrontar el problema.

Escribir esto significa que el pensamiento único talibán, la nueva religión, te coloca etiquetas. fascista, racista, xenófobo son las más habituales. Pedro Sánchez, que señala con el dedo a VOX cuando habla de controlar la inmigración ilegal en España, acude a Italia y dice que coincide con su presidenta, Giorgia Meloni, que plantea lo mismo desde antes de nacer VOX. La razón por la que lo que aquí te convierte en un fascista es una razonable política de Estado con Italia es de ciencia infusa.

Donde todavía ningún país ha rectificado la política woke es en el ecologismo radical. Pronto, si no llueve, tendremos restricciones para consumo humano mientras se han destruido más de 300 presas y represas en los dos últimos años en España y recientemente se ha dado la orden de demoler la de Valdecaballeros. Ecologismo radical porque es más importante que el rio desemboque en el mar que aprovechar su caudal para uso humano, agrícola o ganadero. Esto puede entenderse en Noruega, con miles de millones de litros de agua en glaciares y en otros países lluviosos, pero es un suicidio en España y más con el egoísmo político territorial que nos impregna en políticas de agua. Lo mismo en montes sin cuidar, sin pastar y ardiendo con fuerza incontrolable lo que sin duda es culpa del cambio climático… aunque en Asturias haya 5 identificados detenidos y 10 sospechosos de provocarlos. Un pirómano siempre ha sido un tipo aislado; que coincidan 15 en prender decenas de fuegos en Asturias al mismo tiempo es sin duda otro producto de ciencia infusa imposible de entender, y menos si no se investiga en la dirección adecuada. Cuestionar el ecologismo radical, las fronteras abiertas o el uso del cambio climático con fines políticos te convierte en un apestado, no se puede cuestionar porque los ayatolás lo han prohibido.

En 1974, cuando la capa de ozono comenzó a reducirse se dijo que podía acabar con la vida en el planeta. Este fue el motivo principal abordado en la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de 1987 firmándose el Protocolo de Montreal. Años después, por razones que si se conocen no se han explicado, el agujero que se había abierto comenzó a cerrarse y se olvidó. Ya no era útil para el proceso de ingeniería social contra las democracias occidentales de las que se pretende que rebajen su nivel de vida y consumo y con ello, todas las garantías para ser sociedades de personas libres con capacidad de decidir sobre los destinos de sus naciones y modelo social. La cronología del apocalipsis climático lleva en danza 60 años. En la década de los 70 del siglo pasado se pronosticaba la edad de hielo en el año 2000. En la década de los 90 era la subida del nivel del mar y ahora, el calentamiento de los océanos. Creo que hay cambio climático; que ha habido muchos antes, que son procesos de siglos o milenios y que posiblemente estemos ahora en el comienzo de uno, pero es evidente la intención de corporaciones poderosas, fondos de inversión y sus capataces (la OMS, ONU, FMI, UE, gobiernos occidentales…) de utilizarlo como excusa para cambiar el modelo de vida y sociedad en Occidente.

Además de la apertura de fronteras, recibir e integrar (lo que nunca se consigue) a la inmigración ilegal de países musulmanes y el ecologismo/cambio climático, el cuarto vector de estos cambios de ingeniería social que se pretenden es la ideología de género. Pensando en complacer a sus amos o por seguimiento de ideologías ajenas a la realidad, el resultado lo tenemos aquí con la ley de “solo sí es sí” y la cantidad de violadores en libertad o con condena reducida. Es la ideología de género la que lleva a computar el número de hijos asesinados por los padres y a ocultar el de los asesinados por la madre, usándolo profusamente con gran coro mediático (todos obedientes porque la mayoría vive de subvenciones públicas o publicidad institucional), hasta que un error respondiendo a una pregunta parlamentaria desenmascara que son más los menores asesinados a manos de sus madres que de sus padres.

Se hace una ley contra la Violencia de Genero (uno de los peores crímenes que pueden cometerse en mi opinión), donde no hay denuncias falsas porque las mujeres son seres de luz según esta nueva doctrina, pero más de 100.000 quedan cada año sin resultado, sin investigar, archivadas. ¿Cómo permite esta ideología feminista que 100.000 maltratadores queden impunes? Porque saben que sus chiringuitos aconsejan denuncias falsas como medida preventiva para iniciar una separación y que en cuanto se investigue en ellas aparecerá su falsedad. Incluso los jueces, cuando es evidente la falsedad, no declaran la inocencia del acusado, sino que archivan provisionalmente, lo que impide proceder contra la falsa denunciante. Esto hasta lo puedo entender porque la mujer denunciante a veces es dirigida a hacerlo por abogados de la misma catadura moral que esas alimañas que pululan en todas las profesiones.

Esta ideología consigue que todo el parlamento (excepto el antisistema VOX, la ultraderecha radical que ya gobierna en Italia y amenaza con hacerlo pronto en Francia), decide que un menor cuyo padre ha sido asesinado por la madre debe tener menos ayuda que un menor cuya madre ha sido asesinada por el padre. Doctrina de afectación a los hijos de lo que hacen los padres que es un invento español desde la perspectiva de género.

Existen otros meandros en estas estrategias y uno de ellos es la política criminal o de justicia. El problema de criminalidad no es de ineficacia policial. Pocos criminales peligrosos (asesinos, violadores, pederastas, narcos…) que son detenidos carecen de antecedentes. Lo normal es que tengan muchas detenciones y no se les detiene cada vez que cometen un delito. Los policías son eficaces incluso dedicando la mayor parte de su tiempo (también la Guardia Civil) a hacer de policía administrativa sancionando a ciudadanos que no cometen delitos e identificando ilegalmente al servicio de la estadística del mando, contra lo dispuesto por el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo. Es la casta política quien debe legislar sobre la reincidencia y multirreincidencia con medidas eficaces, por ejemplo, quien tenga un hecho pendiente de juicio, dependiendo de la gravedad del asunto, si es detenido de nuevo queda en prisión provisional. Claro, para ello hay que triplicar el número de jueces, personal de justicia y la inversión para hacer que funcione, que no sea como la justicia de hoy, un carro con bueyes circulando por las autopistas del siglo XXI. Y, aun así, el cambio más importante es de la filosofía a aplicar por Instituciones Penitenciaras. Un condenado a prisión permanente revisable hoy puede empezar a salir con permisos en ocho años. Seguro que muchos de quienes lean este artículo no lo saben. Hemos visto dos casos recientes de un asesino de una anciana y un asesino y violador que llevaban años en libertad y han vuelto a cometer crímenes (los asesinos de Laura Luelmo y el del menor en Lardero, La Rioja) y no son los únicos. Hay violadores con decenas de condenas que siguen en libertad. Somos una pantomima como Estado a estos efectos. El Estado y las normas penitenciarias están pensadas para favorecer al criminal despreciando los derechos de las víctimas y sus familias.

Otro signo característico de la nueva religión es que tolera mejor al islamismo que al cristianismo. El sector progresista woke, lejos de reclamar acabar con las imposiciones de los ayatolás y emires sobre las mujeres, no desaprovechan ocasión de usar el pañuelo en su propaganda. Eso es moderno. Si sale una mujer con un crucifijo al cuello, una carcoma del pasado. Hay elementos en los que PSOE y PP discrepan, pero en el cambio climático o la ideología de género son lo mismo. Hay diferencias en cómo tratar el fenómeno okupa, la ley de bienestar animal, la de Memoria histórica o la del Menor (de hace 25 años) que merecerían una revisión rigurosa. Las prisiones con tv, piscinas y gimnasios y los enfermos sin poder costearse la tv en su habitación, o cinco millones de pacientes en listas de espera reciben la misma consideración por la izquierda y la derecha española. Sus disputas son por ocupar el cargo, no por mejorar la vida de aquellos a los debían servir.