The news is by your side.

Legislar de cintura para abajo

Que me expliquen por qué se divulga, precisamente ahora, el tema de la corrupción en el futbol tras muchos años de presunta untadura.

 

En pleno escándalo de la llamada ley del “solo sí es sí”, por los indeseables efectos “excarcelatorios” y aliviadores de penas para los convictos sexuales, nuestro parlamento acaba de pasar dos nuevas leyes también del bajo vientre. Una es la nueva del aborto para, entre otros, garantizar el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en la sanidad pública, así como eliminar la exigencia del permiso paterno para abortar en las menores de 16 años. Qué logro tan moderno.

La otra es la ley “Trans” que oficializa la autodeterminación de género, patrocina la transexualidad y, además, permite cambiar oficialmente de sexo a menores de edad en cuanto lo soliciten en el registro civil. Asimismo, entra a saco en el Código Civil, vigente desde 1889, que regula las relaciones civiles o privadas de las personas. Y, con el rollo del idioma inclusivo, desaparecen, por ejemplo, los hermosos términos de padre y madre. Y virguerías similares. Tanto desmadre legislativo desprecia, por otra parte, los efectos nocivos e incluso irreversibles de los tratamientos correspondientes. Así, los heterosexuales aparecemos como antiguallas y fondos de museo. Solo nos queda la esperanza de que la naturaleza, que es muy sabia, tomará su venganza antes o después.

Mientras tanto, todo lo demás, se arrincona. Al menos, hasta después de echar el cierre a este año electoral. Ahora toca aguantar a pie firme todos los señuelos, imaginables o insospechados, para apartar la atención del respetable sobre tanto bodrio como está fabricando la coalición gubernamental y sus socios. SI no, que me expliquen por qué se divulga, precisamente ahora, el tema de la corrupción en el futbol tras muchos años de presunta untadura en el mundo del arbitraje. Quizás sea porque el juego de entrepiernas ―también de cintura para abajo―, resulte fundamental en ese deporte.  Así las cosas, nada extrañaría la aparición de más escándalos que desborden la afónica regla de la  política, de no entrar en los asuntillos entrepernares de los rivales políticos. En fin, hoy todo parece girar alrededor de los temas de cintura para abajo. Es la modernidad que nos toca vivir y la que prima en política, medios y redes…