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Lo que revela el WhatsApp de la exviceconsejera Isabel Balbín

En su despedida a los amigos cuenta que iban a ser tres los miembros del ‘Comando Antifraude”.

 

«Hoy me he dado de baja en Ciudadanos, difícil paso para alguien que creía que otra forma de hacer política era posible. Me voy con la conciencia tranquila y la seguridad de haber hecho lo correcto siempre. Mi cese en la Consejería se decidió en febrero igual que el de Miguel Guijarro o los tres del comando antifraude, el tercero no llego y era el más importante. Todo por “las enormes presiones que estoy recibiendo” (palabras textuales de la Consejera). Empleo es hoy una Consejería dirigida por el PP , del mismo modo que Igualdad lo es por el PSOE . Y todo ello ante la despreocupada inacción o quizás impotencia de nuestros principales dirigentes que son unas marionetas en las manos del PP».(Isabel Balbín)

 

Este es el texto que fue enviado por Isabel Balbín, exviceconsejera de Empleo, hace unos días a sus amigos y conocidos a través de la mensajería instantánea. Detrás de estas 124 palabras se ocultan algunas cosas en clave política, intuiciones que vienen a confirmar la existencia de un pacto no escrito entre el bipartidismo para no agredirse más de la cuenta a través de los escándalos judiciales de corrupción y que, todos, miren Uds. por donde afectan al dinero de los impositores tributarios.

Si el PSOE hizo durante 35 años algo con habilidad fue no abusar del sectarismo a la hora de repartir trigo, millones de pesetas y euros a selectos núcleos de poder social, económico o religioso de la derecha en la región y fuera de ella. (Los del PSOE, mientras, gloria bendita, de grana y oro). Todo bajo el mantra de la paz social y el gobernamos para todos, frase ésta que queda muy institucional pero que casi siempre es mentira. Si el PSOE solo hubiese repartido para su red clientelar, marginando a las grandes empresas o corporaciones de Andalucía, el socialismo no hubiese durado en el poder tantos años. De ahí la vieja acusación al PP de haberse instalado, con Arenas de presidente, en los confortables escaños de la oposición durante tres décadas largas bajo el lema ‘dame pan y dime tonto’. Pero no nos engañemos, no solo estaban cómodos y bien cebados los diputados de la oposición del PP, también los líderes sociales, empresarios e influencers, arrimados todos al panal de rica miel del billón de presupuesto anual.

Omertá, pacto de silencio, pero un secreto en definitiva que empieza a ser voceado por las esquinas, siendo la magistrada Mercedes Alaya la primera en dar la voz de alarma sobre la existencia de un pacto político por arriba entre PP y PSOE para que no se siguieran buscando los millones públicos de los fondos de la formación continua. Todo ello en el ámbito judicial donde, ciertamente, han empezado a pincharse globos sumariales de escándalo, de hoy para mañana, como el caso de la Trama Amat en Roquetas que afecta al PP.

Aquella declaración de la polémica jueza Alaya quedó aparcada, fue algo así como el desahogo lógico de alguien que llevaba un lustro rodeada de mierda y a la que se quería hacer responsable de una instrucción tachada de partidista, singular, muchas veces caprichosa y en demasiadas ocasiones vapuleada por la Audiencia. Todo ello sin tener en cuenta las presiones brutales a las que estuvo sometida por amigos y enemigos. Varada definitivamente en una Sala de la Audiencia, Alaya fue, sino la primera una de las primeras voces en alertar sobre la complicidad supuesta entre los dos grandes partidos con el objetivo de tapar la corrupción de ambos para que no se investigase en el ámbito judicial.

 

Y ahora sale a flote, gracias a un mensaje de texto, con toda su crudeza, que esa complicidad no ha desaparecido, pese a estar el PP gobernando con quienes se comían a los niños crudos cuando blandían la escoba y el recogedor de la basura, equidistantes y pulcros frente al PSOE y a la Gürtell. El hombre fuerte del PP andaluz, Elías Bendodo, que cada día que pasa recuerda más al Gaspar Zarrías borracho de poder, es el armazón que sostiene la vigencia del pacto.

La Sra. Balbín, que dimitió como viceconsejera por ‘razones personales’, nos ha contado ahora que su marcha en realidad fue por razones políticas y de peso, que todo se fraguó allá por el mes de enero, prácticamente con el gobierno empezando a rodar.

 

“Mi cese en la Consejería se decidió en febrero igual que el de Miguel Guijarro o los tres del comando antifraude, el tercero no llegó y era el más importante. Todo por “las enormes presiones que estoy recibiendo” (palabras textuales de la Consejera). Empleo es hoy una Consejería dirigida por el PP , del mismo modo que Igualdad lo es por el PSOE «.

 

Miguel Guijarro, Cs, es el exdelegado de la consejería en Málaga que tuvo que dimitir tras revelarse la existencia de intereses económicos incompatibles con el cargo público que desempeñaba.

 

Los del ‘comando anti fraude’, por lo que dice Balbín, iban a ser tres y no dos como al final quedó resuelto. Se trata de los funcionarios Luis Escribano y Antonio Barreda, grandes conocedores de los bajos fondos de la administración socialista, denunciantes desde hace años de casi todas las tramas corruptas de la región, quienes aceptaron la invitación de Balbín para integrarse en el gabinete de la Consejería de Empleo en calidad de asesores. Balbín les había conocido coincidiendo con las investigaciones del Caso Edu. Precisamente la prensa empezó a hablar del ‘comando antifraude’, dada la trayectoria de los elegidos como denunciantes. Pero el comando iba a ser de tres miembros ¿quién era el tercero y por qué no fue finalmente nombrado? ¿por qué lo considera Balbín el más importante?

Según todos los indicios el tercer hombre anticorrupción en Empleo iba a ser un policía –“el más importante”- en concreto el inspector que llevó directamente la investigación de la Operación Edu en Málaga, profesional íntegro y capaz al que conoció bien Isabel Balbín en aquella investigación codo con codo quien, desde su puesto en la Seguridad Social de Málaga, levantaron las vergüenzas del Caso Edu.

Cuentan quienes dicen conocer lo sucedido entre bambalinas que el nombramiento de Escribano y Barreda fue lo que hizo saltar las alarmas en el PP, a los que hicieron llegar por ‘vías amigas’ la barbaridad que suponía poner a ‘dos locos’ a levantar papeles sucios en Empleo, con la de cosas (y nombres) que iban a salir.

 

Fue cuando se celebra una reunión urgente a la que asisten Elías Bendodo, Antonio Sanz y la consejera de Empleo Rocío Blanco, considerada persona cercana políticamente a Bendodo, pese a ser consejera por la cuota de Ciudadanos.

Y es en esa reunión donde el PP logra desactivar la bomba de relojería que se había puesto a funcionar en la consejería de los Eres y de las subvenciones para cursos que, como se ha dicho, regó convenientemente al personal afecto y sin fronteras ideológicas.

Fruto de aquella reunión llegó el inesperado cese de Escribano y Barreda y la decisión de no traerse de Málaga al policía que sabría husmear de otra manera distinta los expedientes. Todo el aparataje anticorrupción quedó desactivado. La última entrevista que celebró ‘el comando’ fue con Teodoro Montes, el testigo protegido al que persiguió el gobierno y el PSOE por sus denuncias.

Aquel volantazo suponía algo más; nada más y nada menos que echar por la borda las escasas ilusiones que tuvo la gente el 2D confiando no solo en echar a Susana, sino que para que los que llegasen limpiasen la casa a fondo. Que hicieran algo más que hartarse de comer bien gracias al catering de Master Chef en San Telmo, por cierto  catetismo en estado puro.

Las presiones del PP “eran enormes” decía la consejera Blanco a su entorno, pero su equipo iba viendo día tras día, allá por los prolegómenos del 28F, como la nave iba girando gracias a la mano de la consejera dirigida desde San Telmo. A Juan Marín estas cosas le traían al pairo, no quiere guerra, confía plenamente en Bendodo. Allá él. El relojero de Sanlúcar ha cambiado mucho últimamente, dicen los que le conocen y le tratan.

Después acabó dimitiendo Isabel Balbín como número dos de la consejería, aunque se argumentó públicamente que lo hacía por “razones personales”.   

 

La ultima idea que lanza el mensaje de Balbín es demoledora para los intereses políticos de Ciudadanos:

 

Empleo es hoy una Consejería dirigida por el PP, del mismo modo que Igualdad lo es por el PSOE. Y todo ello ante la despreocupada inacción o quizás impotencia de nuestros principales dirigentes que son unas marionetas en las manos del PP»

Esta última afirmación echa por tierra el argumentario oficial del bipartido cuando relega el interés político de las doce dimisiones habidas en el ejecutivo en medio año. Claro que hay tensiones internas, lo dice quien ha sido víctima indirecta de las mismas, que denuncia presiones del PP sobre una consejería de Ciudadanos y deja en evidencia, más bien liquida, la voluntad regeneradora tan cacareada por los Riveras y Arrimadas desde las tribunas naranjas.

De paso la Sra Balbín ha puesto el foco en la consejería de Igualdad de la que dice está “dirigida” por el PSOE. No es la primera vez que se oye esa versión. De momento el equipo de Igualdad ha copiado la campaña de 2013 que hizo el PSOE contra la Violencia de Género, esa que ahora tanto critica el PSOE por haberse utilizado modelos en vez de mujeres maltratadas en las fotos de los anuncios.

Por lo que parece todo el problema radica en la improvisación de última hora para crear un inesperado gobierno sin tener la gente adecuada para los cargos. Esa es la triste realidad que hoy trasladan esas llamativas dimisiones, que no estaban preparados para gobernar y, ahora, se les nota algo peor, gobiernan como lo hicieron los socialistas en su último tramo, negando las evidencias.

El PP y su socio Ciudadanos – los otros callan como beatas en misa- están dejando claro que lo de la corrupción es uno de esos temas que no conviene airear ahora. Quizás lo dejen para más adelante, cuando convenga electoralmente, no cuando la Justicia debe actuar para que no prescriban los delitos que se hubieren cometido y que, antes de llegar al gobierno, el PP creía que eran muchos. Lease el Caso Cajasol.

De nada o de poco les vale al gobierno de derechas que hayan fichado a casi toda la vieja redacción de El Mundo de Andalucía, plagada de buenos profesionales, para su servicios de prensa, como tampoco les sirve Canal Sur TV, hecha unos zorros gracias a la no gestión de Joaquin Durán y ell PSOE-A, en la UCI de Urgencias en un verano de espera y transición no se sabe muy bien hacia dónde.

El gobierno de derechas empieza a estar más agobiado que el fontanero del Titanic, vende unidad y avances maravillosos en seis meses como permitir que la sanidad publica y privada vuelvan a estar conectadas, autorizando compatibilidades de los médicos y lo que eso supone, pero empieza a fallarle el armazón en puntos estratégicos  y vitales. Juanma Moreno Bonilla debe bajar de la nube, pisar con los pies en el suelo, creerse de verdad que ha llegado a presidente y que aquellos juegos florares entre tomates y pimientos de Roquetas es pasado, Que ahora toca gobernar y, a ser posible, sin dar el espectáculo.

O Bonilla y Marín retoman las riendas directamente de la situación y en serio o las dimisiones continuarán, aunque sean vendidas como «motivos personales» que, como se ha visto con Balbín, pueden ser políticos y de calado.