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Madrid ‘on the rocks’

Doña Filomena llegará Cataluña más blandita, dejando a Madrid tiritando de frío, como aquellos martinis helados de mis buenos tiempos: un Madrid “on the rocks”.

 

Este fin de semana, la borrasca Filomena ha vestido a Madrid de blanco rabioso. Ha soltado una nevada casi franquista; vaya, de las que ya casi no se recordaban. Y ahora se ha marchado hacia Cataluña. Aunque allí, ya se sabe, las cosas no son nunca lo mismo. Si no que se lo digan al todavía ministro de sanidad, Salvador Illa, quien, ante la potencialidad de entrar en el gobierno de Cataluña, se ha puesto a decir que Cataluña es una nación. En todo caso, doña Filomena llegará allí más blandita, dejando a Madrid tiritando de frío, como aquellos martinis helados de mis buenos tiempos; es decir: un Madrid “on the rocks”.

Para disgusto de envidiosos ―que hay demasiados―, se ha vuelto a demostrar que Madrid es el centro logístico del Estado. Cuando Madrid tose España se acatarra. Se han colapsado las carreteras, se han descuajeringado los transportes y se han desabastecido los supermercados. Tanto, que hasta el papel higiénico se ha revalorizado. Y, como si fueran los hermanos Tonetti, el dúo Marlaska-Ábalos (interior-transportes) ha salido al escenario para hacernos reír. Que no otra cosa ha logrado con sus  pases auto exculpatorios, cuando las fuerzas de la naturaleza les han pillado en mangas de calzoncillos. De poco valió que los meteorólogos llevaran, toda la semana, avisando que la Filomena venía a cantarnos las cuarenta.

Y menos mal que ahí estaba la UME, siempre en la vanguardia al servicio de los españoles (junto con la Guardia Civil y otras fuerzas). La UME es una unidad militar no siempre bien comprendida por algunos, pero de un fundamento jurídico muy sólido en las misiones de las FAS descritas en el art. 15 de la LO 5/2005 de la Defensa Nacional. Una unidad cuya demostrada eficacia es el resultado de la acertada conjugación de los (no exclusivos) valores militares, la disciplina, la  organización y los procedimientos operativos militares, cuando son aplicados al servicio inmediato del ciudadano en emergencias.  De ahí por qué es tan querida y deseada por la población civil. Es, además, una excepcional herramienta para extender la presencia y la acción del Estado sobre todo el territorio nacional, especialmente en momentos críticos.

En esta ocasión, ha sido el Batallón de Intervención en Emergencias I (BIEM I), de Torrejón de Ardoz, el que se ha arremangado a tope. El BIEM I no solo ha vuelto a mostrar su insuperable pericia con un alto grado de alistamiento, eficacia operativa y amor al servicio. Los madrileños, junto con los castellanomanchegos y los extremeños bien podemos presumir de la suerte de estar incluidos en la  zona de responsabilidad atribuida al BIEM I.  En este caso de la “filomenal” emergencia meteorológica, ha podido contar además con apoyos del BIEM IV (Zaragoza) y el BIEM V (León).

En fin, no puedo sino sentir, como español y militar  retirado, más que enorme satisfacción por la ejecutoria de la UME. Especialmente por su permanente mensaje de eficacia y utilidad. Porque el futuro de las FAS ―aunque algunos no se den cuenta―, está fuertemente ligado a la percepción que la sociedad tenga sobre la utilidad de sus Ejércitos.