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Pascua Militar-2022. Feliz año militar

No parece tener mucho sentido que la voz de las FAS sea, simplemente, la del cargo político titular del ministerio de Defensa.

 

El acto central de la Pascua Militar (PM-2022) se ha desarrollado hoy en el Palacio Real. Una festividad histórica que ha servido, durante más de 200 años, como lugar de encuentro y reconocimiento mutuos entre el soberano y sus Ejércitos. La ceremonia se ha desarrollado con la puntualidad, brillantez, seriedad y precisión de los actos castrenses.

 

Durante los actos, ha quedado bien claro que, en el año pasado, las FAS, además de desarrollar las misiones permanentes y las internacionales en el marco de las organizaciones de las que formamos parte, han demostrado su fácil disponibilidad e inagotable espíritu de servicio a Nación. No hubo territorios en los que unidades, centros o establecimientos militares  (incluida la Guardia Civil)  no operaran, en algún momento,  en “primera línea de apoyo” (Margarita Robles dixit) a la población, ya fuera en el combate contra la pandemia, en la extinción de incendios, en la lucha contra las inundaciones, en la detección de gases, en la lucha contra los efectos volcánicos en La Palma, en el transporte de enseres y mercancías y en tantas otras actividades que no son características de los militares.

 

Disciplina, corazones fuertes y entrega total fueron así desplegados por los militares (y guardias civiles, entre otros) armados de jeringuillas, extintores y, en fin, de “picos, palas y azadones” en una muestra suprema de servicio a España y los españoles. Lo cual, aun siendo un orgullo, no debe ocultar que, por bien que se realicen tales labores, éstas no constituyen los cometidos esenciales atribuidos a la FAS en la Constitución y la Ley Orgánica de la Defensa Nacional. Cometidos que deben ser prioritarios tanto para los mandos como para la Administración.

 

SM El Rey Felipe VI comenzó su discurso recordando que hoy se cumplía el 240 aniversario de la creación, por Carlos III, de la Pascua Militar. Recordatorio que debería servir para plantearse la conveniencia de actualización del rito ceremonial. Hoy, por ejemplo, no parece tener mucho sentido que, en un encuentro público excepcional entre el soberano y los Ejércitos (de los que el primero es su mando supremo), la voz de las FAS sea, simplemente, la del cargo político titular del ministerio de defensa. Y, desde luego, en ambiente tan respetable, la figura de Sánchez  desentonaba bastante. En fin: Felíz Año Militar.