El PP, en Andalucía, tiene encefalograma plano y parece incapaz de ganar el poder
Con Moreno al frente, el partido ni despega en las encuestas ni parece capaz de acceder al poder.
El PSOE está agotado y desprestigiado y los andaluces empiezan a soñar con un cambio, pero el PP no parece capaz de aprovechar la coyuntura favorable y no despega en las encuestas. La historia reciente demuestra que el PP no sabe ganar el gobierno en Andalucía, ni siquiera cuando el prestigio de los socialistas está por los suelos, como ocurrió tras el nefasto mandato de Zapatero. Hoy, de nuevo, los socialistas están postrados por los errores de Susana Díaz, el peso de la corrupción y por el cansancio general de la población, que no sale del atraso, pero el PP, una vez más, es incapaz de ilusionar, de concitar adhesiones y de capitanear el esperado resurgimiento andaluz.
Eternamente dividido en Andalucía, donde la sombra de Javier Arenas sigue actuando en el partido, el PP,ante la evidencia de que no despega ni consigue que los andaluces le apoyen, en lugar de reflexionar y corregir sus fallos, que son enormes, emplea sus escasas fuerzas en afilar los cuchillos, en pequeñas conspiraciones y agudizar la vieja lucha intestina entre los bandos, que ahora son los de Arenas y del ministro Zoido.
La torpeza del PP andaluz se reveló como enorme y casi eterna porque uno tras otro, sus líderes regionales caen víctimas del fracaso.
El desastre de Zapatero y el rechazo general desatado en España contra aquel torpe e inepto gobierno que nos arrojó de lleno en brazos de la crisis, casi garantizaban la victoria de Javier Arenas y el fin del gobierno socialista, pero los andaluces, ante las urnas, reaccionaron de manera inesperada y prefirieron seguir soportando el yugo socialista a entregar el poder a los que todavía, en muchas zonas rurales y entre las clases más humildes, son «los señoritos».
La torpeza del PP andaluz se reveló como enorme y casi eterna porque uno tras otro, sus líderes regionales caen víctimas del fracaso. El actual, Juan Manuel Moreno, no despega y su bagaje para derrotar a la maltrecha Susana parece insuficiente, a juzgar por lo que dicen las encuestas y se respira en el partido, donde abundan cada día más los desencantados y al que le están afectando los reflejos del deterioro de Rajoy y del auge de Ciudadanos, un partido que en Andalucía también está mermado de fuerzas porque muchos demócratas y andaluces decentes no entienden su apoyo a los socialistas en el gobierno.
Significa resignarse a seguir condenando a los ciudadanos a vivir en un pasado que nunca se hace presente y en un presente que huele a podrido.
Pensar que Andalucía, la tierra con más opciones de toda Europa para protagonizar un despegue económico espectacular, si estuviera bien gobernada y supiera aprovechar sus valores y ventajas, siga estando gobernada por el partido que la ha suscrito al atraso, a la mediocridad y a un socialismo silencioso pero implacable, que espanta a las empresas y al dinero, convierte el desempleo en endémico, cobra impuestos injustos y crueles, como el de sucesiones y donaciones, impone la baja calidad en la enseñanza, la sanidad y otros servicios básicos y ha construido el gobierno más intervencionista de toda Europa, significa resignarse a seguir condenando a los ciudadanos a vivir en un pasado que nunca se hace presente y en un presente que huele a podrido.