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Primero Bendodo y ahora Garzón, harán de Olona un sol

Aquí la delincuencia acreditada es tarea de los jueces, no de los ministros de Gobierno.

El señor ministro de Consumo del gobierno de España fue elegido coordinador general de IU en una votación en la que participaron 8.548 militantes del total de la membresía de la organización que es de 22.300 personas, es decir el 40,2 del colegio electoral. De ese 40,2 votaron a favor del candidato un 74,7% de lo 8.548 electores. 6.382 personas.

El señor ministro de Consumo del gobierno de España en una sesión de formación de su organización ha afirmado que toda España sabe que el rey emérito es un ladrón y un delincuentes acreditado. Como individuo español que ejerce la abogacía me molesta que el señor ministro de Consumo me incluya en su sabiduría sociológica del toda España sabe. Yo se que las fiscalías de Suiza y de España, la cual de aquí, depende del Gobierno de turno guste o no, no han acusado al emérito y por tanto el señor ministro de Consumo debería cuidar su lenguaje. Aquí la delincuencia acreditada es tarea de los jueces, no de los ministros de Gobierno.

El señor ministro de Consumo que está, a lo que parece, encantado de haberse conocido a sí mismo y de seguir en su ministerio mientras el señor Iglesias se inmolaba en la hoguera de las elecciones madrileñas pasadas, debería examinar que ha hecho su organización y las de su firmamento para romper el cuadro legal que desde los tiempos del general Franco constituye el muro defensivo de la monarquia. Estamos en época de elecciones en Andalucia, donde IU corre serio peligro de hundimiento por la proa.

Que se sepa, salvo algunas manifestaciones puntuales y poco concurridas con banderas republicanas, ningún empeño sostenido a lo largo de los cuarenta y cuatro años de esta monarquia heredada se ha llevado políticamente a cabo.

El señor ministro de Consumo es muy libre de decir los que se le ocurra. Y los demás de pensar que las palabras que no se compelen en acciones políticas eficaces son tan infantiles y vacuas como para proporcionar en toda España – y estas semanas en Andalucía- votos a VOX, cuyos votantes, alguno más de los que lo eligieron a él, apoyan de la cruz a la raya a Juan Carlos I. Hay que pensar antes de hablar.