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Rogelio Mena obligado a dejar la alcaldía de Albox

Pepe Fdez
Pepe Fernández

Hoy viernes, día 4 de marzo, entrará por última vez como alcalde en el ayuntamiento de Albox Rogelio Luis Mena Segura. Cuando salga ya no será nada, más que un simple ciudadano de a pie, sin Audi oficial, sin suculentas dietas ni kilometrajes que justificar, con la particularidad de estar condenado judicialmente, inhabilitado durante dos años y medio para cargo público.

Tras el pleno que se celebrará hoy en Albox, obligado por la Audiencia Provincial que ordenó ejecutar la sentencia hace dos semanas, se pone un punto y aparte a la historia política de los últimos años de aquella población almeriense.

Concluye, políticamente hablando, una etapa de prácticas caciquiles en un gobierno municipal en la provincia de Almería, encarnado el papel en esta ocasión por un socialista, sindicalista de UGT, con formas dictatoriales. Un hombre clave en el PSOE de Almería durante años en virtud de sus mayorías como alcalde de Albox.

Mena Segura llegó a tocar la gloria tras ser nombrado por Susana Díaz miembro de la Ejecutiva Regional del PSOE-A como Secretario de Ideas y Programas, cargo que también desempeñó su antecesor en la alcaldía de Albox, hoy investigado y con varios frentes judiciales abiertos. De esta Secretaría fue obligado a dimitir Rogelio Mena tras una investigación desde la regional del partido en la que confirmó una ristra de viajes injustificados de Albox a Sevilla y Madrid, con cargo al ayuntamiento. Precisamente ahora la Justicia está indagando esos gastos. En la memoria de los miembros de la regional del PSOE  de Andalucía, queda la tarde en la que Mena se enfrentó a las tesis de Susana Díaz defendiendo que ni Chaves ni Griñán debían dimitir si eran imputados por el Supremo en el caso de los Eres. Lógico, en esas fechas él estaba también en capilla y no quería para los demás lo que no deseaba para sí mismo.

Mena, sin embargo, no logró su ansiado sueño de integrarse con pleno derecho, como Secretario de Ideas y Programas de la CER, al Patronato de la Fundación Alfonso Perales, desde donde se marcan las líneas ideológicas a seguir por el partido, especialmente en Andalucía. Libró una gran batalla interna, ayudado como siempre por su amigo Sánchez Teruel, pero el veto a Mena fue bastante unánime entre numerosos miembros de la Fundación Alfonso Perales, Pepe Griñán entre ellos.

Un Monago en Albox

A vueltas del verano de 2014, estaba en plena polémica el ‘caso Monago’ y el PSOE-A confirmó que también Mena se había echado una novia en Madrid, abogada, a la que acabó contratando en el ayuntamiento de Albox, con gastos de estancia y desplazamientos, además de su minuta como abogada. Su romance madrileño fue seguido con cierto alucine y sorpresa por los albojenses a través de los muros respectivos de la pareja en facebook, con fotos y reiteradas expresiones de afecto y cariño. Un romance publicitado en toda regla.

Cuando el Secretario General del PSOE de Almería le propuso a Susana en el congreso de Granada el nombre de Rogelio Mena como el socialista almeriense que debía ocupar una Secretaría en la nueva ejecutiva regional, lo hizo en consideración a “su empaque, su presencia y su categoría personal, Rogelio es un tipo capaz de empatizar con las altas esferas regionales de Sevilla, el hombre que Almería necesita en Sevilla”.

Así, con estas palabras, recuerda un testigo que lo justificó Sánchez Teruel cuando varios miembros de la delegación almeriense le pidieron explicaciones ante la sorprendente propuesta del sindicalista Mena para la dirección regional. El mismo Rogelio Mena que prestó su rostro y su voz para hacer llamamientos a través de spots de UGT a la huelga general contra el gobierno de Zapatero. Mena  arremetía contra el gobierno socialista con gran desparpajo, pero al mismo tiempo que encabezó piquetes en el Carrefour, seguía cobrando como diputado del PSOE en la Diputación.

Tras el nombramiento de Mena como miembro de la dirección regional socialista en el congreso de Granada, el secretario del PSOE de Almería, su mentor Sánchez Teruel, recibió en su despacho del partido a un veterano militante, catedrático por más señas en la Universidad de Almería, que le hizo entrega de un completo dossier con el contenido de gran parte de la documentación que la oposición venía reclamando a Rogelio Mena y este le negaba. Se la habían hecho llegar «compañeros del partido de Albox». Le explicó la gravedad de los posibles delitos cometidos en el ayuntamiento, alertándole y recordándole los nuevos vientos anticorrupción que decía Susana Díaz que quería impulsar en su partido en esas fechas. Aquel dossier fue guardado en un cajón y el máximo dirigente del partido en la provincia siguió confiando y apoyándose en Mena, llegando a tener contemplado, en el supuesto de haberle ganado el PSOE al PP las municipales y lograr la diputación, colocar a don Rogelio de presidente.

Mena fue finalmente denunciado por la oposición del PP en el juzgado, cansados de solicitar al alcalde una serie de expedientes sospechosos de corrupción, documentación que nunca les entregó y por ello fue finalmente juzgado y condenado.

No entregó la documentación porque el Sr Mena debió pensar que iba a ser peor el remedio que la enfermedad. Entregando esos papeles a la oposición suponía acelerar lo que, inexorablemente, acabaría llegando después, la acción de la Justicia ante la sospecha de pringue generalizada. Mayúsculos escándalos con dinero público, falsificación de documentos y oscuras adjudicaciones de millones a un selecto club de amigos y compañeros de aventuras políticas. Todo ello junto a un escandaloso tren de vida de algunos de los personajes que merodeaban por esos expedientes y las operaciones en en ellos se contemplaban.  Ahí están asuntos, como el Caso Rambla – casi medio millón de euros– que ahora instruye la justicia y por el que se encuentra investigado el cinturón de seguridad de Rogelio Mena, algo parecido a lo que le está pasándole en Valencia a Rita Barberá.

Pelea por “dos o tres papeles”

En otoño de 2014 mientras en Albox se fabricaba una bomba de relojería para el PSOE con la poca transparencia de su alcalde, la presidenta de la Junta minimizó el asunto en Antena 3TV como una pelea de pueblo por dos o tres papeles. Nada más.

Rogelio Mena se presentó a las elecciones municipales nuevamente con la marca PSOE, incluso tras conocerse que estaba imputado y convocado a la correspondiente vista oral.

Ganó las elecciones y poco después perdió ante los tribunales, recurriendo a la Audiencia que finalmente no le dio la razón, confirmando la sentencia y apartándole definitivamente de la alcaldía.

El día de la constitución de los nuevos ayuntamientos ya se sabía que Mena había sido formalmente condenado. El PSOE en Sevilla ya no pudo aguantar más y forzó una crisis que, al final, acabaría tuneada por Sánchez Teruel y su mano derecha en estas lides  Adela Segura. 

Echaron a Mena y con él se marcharon solidariamente todos los concejales a los que les prometieron desde la dirección provincial que volverían «sin problema» en cuanto se sustanciase el recurso en la Audiencia y Mena quedase absuelto. El licenciado en Derecho Sánchez Teruel siempre confió que lo de Mena se quedaría en una cuestión puramente administrativa, no penal. Así los concejales parecía que se iban del partido, pero que se quedaban en realidad. Eso fue más o menos la promesa que les trasladaron desde Almería, según me confesó uno de ellos.

En las campañas electorales que siguieron los cargos provinciales del PSOE, aparentemente sin estructura en Albox, volvieron a tener como anfitrión al condenado Rogelio Mena. De hecho su esposa, tras la baja del partido del marido, se convirtió en la nueva responsable del PSOE en Albox. Una vez más todo quedaba en casa.

Punto y aparte pues a la historia política de Rogelio Mena en Albox y su comarca. Ahora es la justicia la que está escribiendo nuevos párrafos sobre la ejecutoria de Mena y sus correligionarios con las cosas públicas que han tocado en estos años. El pueblo es un hervidero de rumores con demasiados damnificados que, dicen, saben demasiado.

susana en albox con rogelio mena y elena cortes web

El PSOE no tomó la iniciativa

La gran moraleja que ofrece este caso es muy sencilla: sin denuncias de periodistas y oposición y sin la intervención de la justicia, el PSOE habría permitido que un personaje tan poco ejemplar como Rogelio Mena siguiera manejando a su antojo el dinero de los impuestos y el destino de los albojenses.

A raíz de mis primeras informaciones sobre los escándalos de Mena en Albox, a través de Ideal de Almería, el edil albojense se despachó con una insultante vomitona en forma de cartas abiertas, arremetiendo contra el periodista. En la primera carta abierta titulada Dar de comer al hambriento decía entre otras cosas:

“Huelga decir que siempre he defendido que el tiempo es inexorable y coloca a cada uno en su sitio. Ya antaño padecí ataques similares que superé, y a pesar de que siempre hay un ‘serVIL’ que utilizar para dañar a los demás por espurios intereses, Sr. Don Pepe, yo soy el Alcalde”.

Hasta hoy Sr Mena, hasta hoy mismo es Ud el alcalde, después le quitarán la vara de mando por decisión judicial.

Hoy, cuando salga del ayuntamiento de Albox, Rogelio Mena ya no será nada, en todo caso un candidato a colaborar con la Justicia en el esclarecimiento de los casos de corrupción que él pudiera conocer en el ayuntamiento del que ha sido pieza clave, incluso sin ser alcalde.