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¿Separación de poderes? ¿Para qué?

La nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, pactada entre el PP y el PSOE, limita los plazos de Instrucción por parte de los Jueces.

 

Esa es la respuesta que cualquier militante del Partido Popular, del Partido Socialista o de PODEMOS podría dar al instante nada más preguntarles dónde ha quedado la Separación de Poderes que con tanta grandilocuencia como desvergüenza pregonan en sus mítines. Reminiscencias de cuando Fernando de los Ríos, dirigente del PSOE y Ministro de Justicia con Azaña, se entrevistó con Lenin durante el Transcurso de la Revolución, sólo para que este, ante la incómoda pregunta de cuándo iba a dar su gobierno libertad a los ciudadanos, le espetara: “¿Libertad? ¿Para qué?”

Con los comicios a la vuelta de la esquina, no sé yo ya si merece la pena plantear la reflexión. Al fin y al cabo, el voto útil manda. No el mío, desde luego. Y es que todos estamos hartos de oír que Justicia, no funciona, que hacen lo que les da la gana, que los Jueces están a los pies de los poderes fácticos… Bien. Pues es verdad. Exceptuando a la honrosa cantidad de profesionales del mundo del Derecho que, alejados de las órbitas de Poder, aplican su leal saber y entender en su tarea de trabajar con la Ley por un lado y con vidas humanas por otro. Digo todo esto porque está la cosa caliente después de que todos los españoles hayamos tenido que comprobar estupefactos el desparpajo absoluto de los Partidos Políticos, pero especialmente del PP y del PSOE, a la hora de repartirse los miembros del Consejo General del Poder Judicial como si fuesen cromos de fútbol. A la vista de todos. Total. Es igual. Saben que van a votarles, escaños arriba o escaños abajo.

 

Y es que todos estamos hartos de oír que Justicia, no funciona, que hacen lo que les da la gana, que los Jueces están a los pies de los poderes fácticos…

 

Elucubraciones aparte, todo este armazón está en la Constitución de 1978. Es bueno leerla, toda vez que está en boca de muchos para decir que se incumple. En ella se dice:

 

  • Que el Congreso de los Diputados y el Senado son elegidos por Sufragio Universal.

 

  • Que el Presidente del Gobierno es propuesto por el Rey según la mayoría del Congreso de los Diputados, que deberá otorgarle su confianza.

 

  • Que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es elegido por el Congreso y por el Senado.

 

  • Que su Presidente, que también lo es del Tribunal Supremo, es elegido por el mismo CGPJ

 

  • Que el Tribunal Constitucional se elige, por si lo anterior no fuese suficiente, por el Congreso, el Senado, el Gobierno y el Consejo General del Poder Judicial.

 

Es decir, que son los órganos políticos, de contenido político, los que deben elegir a órganos supuestamente a-políticos, de contenido asimismo a-político. La Justicia politizada y el espectáculo lamentable que nuestra Clase Política está protagonizando están amparados por nuestra Constitución, por nuestra Ley y por nuestro Sistema Político. Esta es la verdad. Para quien quiera oírla. Por eso da exactamente igual que los Partidos, para ganarse el voto de incautos y desesperados, se lancen a una catarata de buenas voluntades y de propósitos de enmienda. Porque mientras la Ley Suprema les permita seguir parasitando las instituciones, no cabe la menor duda de que lo harán.

 

Son los órganos políticos, de contenido político, los que deben elegir a órganos supuestamente a-políticos, de contenido asimismo a-político.

 

De ahí la Separación de Poderes, que no está prevista para facilitar los deseos de hombres buenos, sino para evitar que la inclinación natural del Ser Humano hacia el Poder y el Dominio sobre sus semejantes convierta los Parlamentos y los Tribunales en meros agentes de las Tiranías domésticas. Nuestro Constituyente no aprendió la lección, ni nosotros tampoco ahora. El escándalo pasará y la vida seguirá. Lo saben. Por eso no han dado ni una sola explicación convincente. Sus equipos de Propaganda están ahora liados con el tema de las Elecciones en Andalucía. Que previsiblemente tendrán un resultado sabido a pesar de que tengamos a dos expresidentes del Gobierno de la Junta sentados en el banquillo y que la Juez Instructora del caso, María Ángeles Núñez Bolaños haya desimputado de forma masiva a altos cargos relacionados con los ERE y con el PSOE y además haya retrasado maliciosamente la investigación a la espera de la Prescripción de los Delitos para que los procesados puedan librarse de la que les puede caer encima.

La nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, pactada entre el PP y el PSOE, limita los plazos de Instrucción por parte de los Jueces. Una medida perversa hecha a la medida de la Clase Política para que sus delitos puedan diluirse sabiendo que son causas complejas que excederán por mucho los límites trazados en dicha ley. Así funciona amigos. Una Reforma de la Ley Electoral que nunca llegará confirma el monopolio de los partidos de siempre, en colaboración necesaria con las nuevas formaciones que tampoco van a plantear cambio profundo alguno al haber saboreado las mieles del Poder. ¿O es que acaso la mayoría que sirvió para sacar Mariano Rajoy del Gobierno no puede modificar el Sistema Electoral o tratar de aprobar leyes que democraticen en la medida de lo posible los Poderes del Estado?

Hasta que no se establezca un auténtico Poder de Control Político, hasta que cada uno de esos Poderes, incluido el Judicial, no sea elegido directamente por los ciudadanos, y hasta que no se apruebe una Ley Electoral que refleje de verdad las preferencias democráticas de la población, estaremos en las mismas.

Disfruten de lo votado.