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Siguió pariendo la abuela andaluza

De los reales fastos napoleónicos de Juanma, a la sentencia de los ERES

 

No pude imaginarme la pasada semana, cuando publiqué en este medio la segundo parte de mi artículo («El desierto y los gatos panza arriba») donde abordaba la situación poselectoral de Andalucía, e insinué la posibilidad, si proseguía la atmósfera kafkiana que reinaba, de volver a la carga tras las elecciones municipales, en vez de lo que sería deseable: efectuarla dentro de cuatro años coincidiendo con el acabose de la legislatura andaluza, que bien pronto, ante lo que  marxianamente observo, me fuera a ver obligado a corregirme para platicar de nuevo en el árido páramo.

« ¿Percibe usted el aroma de lo absurdo?», le preguntó el ínclito huevón Mariano Rajoy al censor Pedro Sánchez en el debate de la triunfadora moción que lo descabalgó de la presidencia del Gobierno. Ocurrió antes de abandonar el Congreso de Diputados cuando haciendo dejación de sus funciones se marchó a almorzar prolongando la tarde a base de cubatas, -las amarguras con gin-tonic son más digestivas- descubierto finalmente, con la estupefacción de su propio grupo parlamentario, al ser localizado de forma fortuita en inesperado paradero bien ajeno a su enclave monclovita.

No traigo a colación este artículo por esa frase ni tampoco por el que también, salvo algunas otras cosas más, haría célebre el inventor de un nuevo sistema electoral basado en que el alcalde elige a sus vecinos. Ni tampoco porque su sucesor Alberto Núñez Feijoo, tras el fiasco de fraCasado, nativo del mismo terruño como su espejo bis, lo haya emulado con la nueva definición que ha ideado para definir lo que son los catalanes: « (…) españoles que somos catalanes con independencia de dónde vivamos, igual que los catalanes son gallegos y andaluces, vivan donde vivan». Quizás lo haya efectuado aún colocado por la cremita de polvo de la marca «yate Marcial Dorado», cuando contemplaba el horizonte celeste recibiendo la misma sensación que ya tuviera sin entrar en éxtasis presenciando la Alhambra de Granada, que los atardeceres del delta del Ebro no lucen la misma belleza que los del cabo de Finisterre.

Lo traslado aquí, insisto, no por lo descrito, que ya tiene mandanga, sino por el surrealismo que sigue envolviendo políticamente a Andalucía con la amenaza de quedarse para distracción de los votantes.

Como esta vez, por la mayoría absoluta obtenida por el PP de Juanma Moreno, no iba a ser objeto de atención las negociaciones para la constitución de su Gobierno, había que promover unos faustos que impresionaran. Ha consistido en vestir su toma de posesión de un rosado napoleónico con tratamiento de realeza andaluza, propio de figurar en las portadas de las revistas del corazón o en los anales de la historia para la desmemoria y el olvido por bochornoso.

Con las manos libres por el sobrado de diputados, ha formado un gobierno de mayoría de mujeres porque han alcanzado al fin cierta capacidad, antes no hubiese sido posible, no estaban preparadas. Pobres malagueñas, como Victoria Kent o María Zambrano, si hubiesen podido estar presentes en la comparecencia del tuerto en el mundo de ciegos en que está convertido el liderazgo en la política andaluza. Para más inri, suprime la Consejería de la Mujer, pasa a ser Familia, como en los tiempo de Pilar Primo de Rivera cuando en 1942 todavía, según Juanma, la mujer no gozaba de capacidad ni de talento («Las mujeres  nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios a los talentos varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan por hecho»)

Asimismo, elimina la de Igualdad, y Cultura pasa a ser una modalidad más dentro del recurso Turístico-Deportivo. Esta reestructuración donde aumenta las Consejerías de once a trece, mal número como inicio, contradice los propios postulados de Juanma de reducir el tamaño del Gobierno, con los que ha venido desgañitándose en su tiempo de oposición, principalmente cuando no tiene que repartir prebendas con coaligados. Igual que le ocurrió con los pisos gratis para Altos Cargos a cuenta del erario público. Como dijera la doctora estadounidense Estelle Rosemary Ramey, endocrinóloga, fisióloga y feminista: «La igualdad real llegará cuando una mujer tonta pueda llegar tan lejos como puede llegar hoy un hombre tonto».

Repasemos también al principal partido de la oposición, el PSOE-A, a ver si, aprovechándose de este primer pifiado del PP de Juanma, empieza a levantar cabeza. Adelantemos que, en la casa del que por demérito propio, al despilfarrar el ingente capital acumulado, se ha convertido en pobre suele durar poco la alegría.

Malestar interno como resaca poselectoral es lo que existe, agudizada por parecer que su máxima dirección, la que tiene que cambiar las cosas, sigue instalada en otra dimensión: la de ignorarlo en tanto acumula cargos para ausentarse de donde debe de estar desde el primer día ejerciendo la leal oposición, en el Antiguo Hospital de las Cinco Llagas, sede parlamentaria, recuperándose del revolcón sufrido y del nuevo absceso surgido por mor del Supremo, no yendo y viniendo al Senado donde no tiene fijada su residencia Juanma. Y si es por no dejarle la representación andaluza a Susana Díaz, que la quite, que no es electa sino designada por el grupo socialista andaluz, que ya está bien de compensar a perdedores y en denigrar la Cámara Alta con dirigentes políticamente jubilados. Y si es por presidir también la Cámara Territorial, que piense que todos tenemos limitaciones horarias porque como seres imperfectos tenemos que dormir para recuperarnos y de vez en cuando ir al baño.

Por si fuera poco, llega el fallo judicial que raya en lo manifiestamente político, (la justicia en nuestro país no es ciega sino tuerta del ojo izquierdo) Tres votos, pues contra dos en el Alto Tribunal Supremo, ratifican la polémica sentencia condenatoria que emitió el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía sobre los ERE, previo calendario electoral de nueve años diligenciadas por la jueza Mercedes Alaya que antes de estas últimas elecciones se anunció su cercanía con VOX. Nada demostrado sobre enriquecimiento personal, ni cuentas en Suiza ni tutía, sino todo en base a que lo debían saber. ¿Tuvo que haber habido concurso público para ver cuáles de las empresas en crisis eran merecedoras de ayudas públicas de cara a ser salvadas junto al empleo, aunque al Tribunal no entre a valorar que en ese procedimiento administrativo esas empresas hubieran podido desaparecer con sus puestos de trabajo?, ¿y que no era de recibo por las razones de urgencia esgrimidas para llegar a tiempo a salvarlas, obviar la fiscalización previa por la intervención cuando podía realizarse a posteriori y depurar responsabilidades en base a irregularidades detectadas?

Pero llegado hasta aquí, observemos algunas contradicciones por ser suave con la resolución adelantada. ¿Por qué la sentencia no obliga a anular las leyes de presupuestos de Andalucía aprobadas por su Parlamento por contener cuentas con partidas que eran sujetas a modificaciones que luego aprobaba el órgano legislativo con contenidos de ilegalidad manifiesta según el tribunal?, ¿por qué si los pagos a los beneficiarios eran ilegales, producto de malversación de fondos públicos, la sentencia no demanda la devolución de los importes a quienes realmente cobraron, empresas y trabajadores por causar un menoscabo al erario de Hacienda?, ¿por qué si esas ayudas eran ilegales, el Gobierno PP-Cs que continuó a «los desmanes de los gobiernos socialistas», las ha seguido abonando y sin que tan siquiera las denunciara Vox? 

¿Estos que ahora gobiernan no contraen igualmente condenas por seguir efectuando pagos ilegales?, ¿por ser presuntamente «afines políticos»? …¿«La respuesta está en el viento», como nos decía Bob Dylan?, ¿o es que ha sucedido porque estamos ante una justicia derechosamente politizada, cuyo máximo órgano de gobierno, el CGPJ, es ilegal e inconstitucional porque anda de okupa tras cuatro años de haber finalizado su mandato?

No obstante, independientemente de lo emitido por la controvertida justicia, lo que queda claro es que como manifesté en mi artículo anterior, el PSOE-A ha tocado políticamente fondo y ya no valen más paños calientes. No debe perder el tiempo. Esto solo lo salva, con borrón y cuenta nueva, el rigor, la excelencia, el liderazgo y una nueva forma de hacer política, ejemplar en honestidad y en eficiencia, presidida por una nueva dirigencia, pegada a la gente, que es la que al final se debe toda opción con futuro por más contaminación que le vierta la red mafiosa de la desinformación, de la mentira y del odio.

Ánimos a la ciudadanía andaluza de progreso, que más se perdió en el 36, y a pesar de todo, en peores circunstancias, la recuperación fue factible.