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Sirena Inmigrante

Por mantener su sueño a veces piensa que las putas son la democracia viva.

Cuando entra al baño ve en el afiche que Europa es bonita, más bonita esta noche donde un gallego le dijo: “…sirena”. Atravesar el mar y soñar que tendría “frigidaire”, aquí dicen otra cosa: frigorífico, suena a mundo glacial, pero en fin… Tener un camino si no recto más bien sin inundaciones era la mejor recompensa, vestirse como Marta Sánchez y juguetear con su cabello escuchando a Miguel Bosé la ponía loca, así llegó llena de sueños.

De niña, su maestro de religión le habló de la Virgen del Rocío, soñaba con llegar a las marismas y cantar en voz alta la salve de las dos: ¿Y se salvó? No importa que fuera gringo quien le rompió su blusa amarilla en esa fiesta de Marines, no importa que fuera francés el señor que le enseñó a cobrar por decir amar, no importa que fuera de un chino su primer aborto. Seguía la estela de su estrella fugaz, pasear por las calles de Madrid y su madre fuera la patria. Los sueños tienen precios incalculables y de seguir así podríamos decir que lo sueños engullen todo, como el vacío rotundo que se tragó al Titanic, el agujero negro de la Guerra de las Galaxias o la sordidez infinita de abrir las piernas por 2000 pelas. Por mantener su sueño a veces piensa que las putas son la democracia viva.

 

Aunque gorda y en minifalda, siempre atrae y siempre tiene leche para dar de mamar a los desgraciados. La globalización es una tontería al lado de su itinerario. Pasajeros de un rumbo donde el placer es mentira, pero distrae.

 

Ilustración: Isabel Chía

 

 

Jugar con los vellos púbicos de un turco, bañarse con un judío confundido, escuchar la tristeza de un sevillano, cortarle las uñas a un jubilado italiano. Un crisol de razas para cocinar su sueño. Ni las amenazas de esas nuevas habitantes del desasosiego, las putas rumanas, la hacen ver una Europa fea. Solo siente a veces que alguna parte de su corazón lo tiene congelado y le da rabia sentir que la nevera la han instalado a golpes de tristeza, pero sigue. Y esa noche de la reunión de los globalizados trabajó como loca con los guardaespaldas de los distinguidos miembros de la asamblea. Se folló a toda la humanidad esa noche y cuando su sexo le ardía hasta confundir el llanto con la alegría se fue al Rocío para cantarle borracha a su virgen. Para decirle que ella también recibe flores y que su noche es larga y tenebrosa .Que podríamos hacer un cambio y eliminar las listas de los omitidos.

 

Que también hubieron costas en los países donde hubieron admitidos, donde se recibía con alegría a los fugados del territorio del hambre! Virgen sálvame de esa nueva orgía, no entender a los ricos, no es pecado madre mía!

 

“Hay viene mi caporal con su caballo jovero, se parece al mal ladrón, capitán de bandoleros”. Decía la marinera… y aunque peruana, china, española, turca o lo que sea, líbranos del mal de parecer sumisas, de seguir la huella de ese sueño absurdo donde antes de nacer están condenados los sueños de los desprotegidos. Esa noche vio en medio del vómito y la compasión más fallida

Europa aun así no era fea. La fea era su pobreza cargada de sueños infinitos.