Podemos

Dicen los versados en la columna política que Pedro Sánchez se Rajoyiza. Vengo a sostener, sin embargo, que tal no es su carácter.

Casi dos millones y medio de personas que votaron a la formación política morada han aprendido a desconfíar de ella y han dejado de votarla.

Aplaudir dicha donación es aplaudir a un gran empresario, máximo exponente de la Economía libre que ellos pretenden destruir.

Hay que reconocerle a Pedro Sánchez una capacidad de supervivencia que para sí la querría Isabel Pantoja y sus compañeros del “reality” de la isla hondureña.

Con el PSOE como ganador indiscutible, la lucha por el liderazgo de ‘la’ oposición, se anuncia encarnizada.

Salvando las distancias, la figura de Julio César (cuya belleza física, como la del líder del PSOE, era mítica) tiene bastantes similitudes con Sánchez.

Y de repente, el Valle de los Caídos, al que no iba ni la madre que los parió, se llenó de colas ingentes de fanáticos.

Da la impresión de que el empate entre el llamado “trifachito” y el puzle socionacioetarra va a dirimirse por un escaso número de votos.

Fanáticos del odio se creen con derecho a decidir qué partido puede o no practicar la libertad política que consagra la Constitución.

Los medios y las estrategias utilizados por los partidos distan mucho de jugar en un campo puramente ideológico.