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Tres mariachis políticos, un condenado en Nueva York y los señores Aznar y Albares

Felipe Calderón  pretende establecer en Madrid la base de su actividad académica en España.

 

Genaro García Luna, encargado de dirigir la lucha contra el narcotráfico durante el Gobierno de Felipe Calderón, ha sido declarado este martes en Nueva York culpable de conspiración para la distribución internacional de cocaína; conspiración para la distribución y posesión de cocaína; conspiración para importar cocaína; delincuencia organizada y dar declaraciones falsas en su solicitud de naturalización al declarar que no había cometido ningún delito. Hasta ahora ningún antiguo funcionario mexicano de su perfil había sido llevado a juicio en Estados Unidos ni había sido condenado por narcotráfico y delincuencia organizada. El veredicto del jurado, después de tres días de liberaciones y cuatro semanas de declaraciones, pone fin a un juicio que ha probado con cientos de testigos y documentos las relaciones entre las autoridades y los criminales y el poder omnímodo con el que estos gozan. México aguarda ahora las consecuencias políticas y diplomáticas del veredicto.

La condena a García Luna, de 54 años, oscila entre los 20 años de prisión a cadena perpetua. La sentencia es para el próximo 27 de junio. Felipe Calderón, expresidente de México de 2006 a 2012, obtuvo el pasado mes de octubre de 2022 permiso de residencia y trabajo como profesional altamente cualificado. La autorización, requiere una cualificación de enseñanza superior y un contrato de trabajo, que ha efectuado el expresidente del Gobierno José María Aznar en el Instituto Atlántico de Gobierno, la institución académica que fundó en 201. Felipe Calderón  pretende establecer en Madrid la base de su actividad académica en España, aunque viajando a Francia y Oriente Medio. Afirma el ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares, durante su segunda visita oficial a México que la decisión de España de conceder permisos de residencia a los expresidentes mexicanos Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y la nacionalidad a Carlos Salinas de Gortari fue administrativa, y no política ni “discrecional”. El concepto del señor Albares sobre la comprensión inteligente de los ciudadanos españoles roza el supino desprecio.