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Un nuevo mundo, un nuevo orden social

Más del 50% de policías y guardias civiles siguen hoy, día nueve después del estado de alarma, sin mascarillas ni guantes.

 

El coronavirus covid-19 traerá un cambio de rumbo a la humanidad. Estamos atravesando la Tercera Guerra Mundial. Quizás nunca sabremos si ha sido decidida por un estado con capacidad para hacerlo o por la naturaleza. Sea una u otra causa, esto supondrá que seamos más conscientes que nunca de nuestra debilidad como especie y que los roles sociales, el trabajo, los estados y su organización pueden cambiar radicalmente.

 

En España hay un debate político por la actuación del Gobierno. Es evidente que no quiso intervenir ni alertar hasta que pasara el 8 de Marzo en su estrategia (de los dos partidos del Gobierno) de usar el feminismo torticeramente por interés partidista, y que eso llevó a que solo en la capital se celebraran 74 manifestaciones, además de eventos políticos (asamblea de Vox), actos deportivos con miles de asistentes etc. Que el Gobierno es responsable tiene poca discusión.

 

Una vez disparada la pandemia en el país y con el estado de alarma no es el momento de convertir la gestión del asunto en un campo de batalla política. Que los ciudadanos tengamos derecho a expresar nuestras opiniones en las redes sociales es una cosa y la discrepancia política entre partidos en esta situación, otra. A ellos les incumbe el principio de responsabilidad porque llevan las  riendas del Estado. La ciudadanía, como receptores de sus medidas, debemos acatar las normas y seguir opinando aquello que creamos según nuestro mejor saber y entender.

 

Hay que analizar con independencia ideológica y sin sectarismo lo que está ocurriendo para que los árboles no nos impidan ver el bosque. La responsabilidad del gobierno de España (PSOE y Unidas Podemos) por no alertar es evidente. Todos los países de la UE han reaccionado tarde, como España. Pero no vale culpar al Gobierno central de que no hubiera reservas de respiradores, camas de UCIs, mascarillas, guantes, gel… ni otros medios de la sanidad porque la sanidad pública española esta descentralizada en las comunidades autónomas desde hace años. Es a los respectivos dirigentes políticos autonómicos a quienes hay que pedir cuentas por no haber tenido una sanidad pública más robusta, más preparada para hacer frente a crisis como las que hoy asola España y se extiende por el resto del mundo.

 

Tres prioridades: a) predicar con el ejemplo. Iglesias y Sánchez no lo hacen. b) más protección al personal sanitario. Más personal y medios previendo que pueda haber nuevas guerras en el futuro. c) Fallamos como sociedad con las personas mayores. Y no solo con los ancianos que están muriendo en residencias con poca atención sino con los que están muriendo solos en casa sin que el Estado haga nada para socorrerlos. El Estado, gobierno central, comunidades autónomas, diputaciones, cabildos y ayuntamientos deberían tener ya organizada una red de auxilio, con personal civil voluntario que dispusiera de los medios de protección y autorización pertinente, para contactar y visitar a esos millones de ancianos solos, llevarles compra, medicinas y combatir su soledad en una situación como ésta. Y si fuera preciso, un despliegue de las fuerzas de seguridad, estatales, autonómicas, locales y soldados para auxiliar a los ancianos. Fuerzas de seguridad con mascarillas, guantes y sin mandos cabestros que les impidan usarlas. Estos mandos cafres, cesados. Más del 50% de policías y guardias civiles siguen hoy, día nueve después del estado de alarma, sin mascarillas ni guantes. Esto si es responsabilidad del Gobierno central. Superemos la guerra y afrontemos la nueva era desde valores de solidaridad, tolerancia y humanismo, sin pobreza, miseria y hambre. Ese será el reto de la humanidad.