Una guerra ocultada
Los combates en la capital sudanesa, Jartum se intensifican. Las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) intentan desalojar a los milicianos de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Los combates en la capital sudanesa, Jartum se intensifican. Las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) intentan desalojar a los milicianos de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de sus posiciones fortificadas. Los civiles siguen siendo las principales víctimas de estos enfrentamientos. El domingo 13 de octubre, 23 civiles murieron y otros 40 resultaron heridos en un bombardeo sobre un mercado en el sur de Jartum. Un ataque de las SAF, que usa su fuerza aérea para destruir a las RSF.
En este contexto fue derribado el 21 de octubre un avión de carga de fabricación rusa sobre Malha, en Darfur (Sudán occidental, permite entrever las alianzas internacionales que se encuentran detrás de la guerra civil sudanesa que estalló en abril de 2023. El aparato un Ilyushin IL-76, es propiedad de la compañía New Way Cargo de Kirguistán que había salido había de Ras al Jaima (Emiratos Árabes Unidos) con destino a Amdjarass (Chad). El avión fue alcanzado por un misil de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). El avión se dirigía a Amdjarass, en Chad junto a la frontera con Sudán. Emiratos Árabes Unidos envía ayuda humanitaria a la población sudanesa, utilizando el aeropuerto local (Aéroport International Maréchal Idriss Deby). Según investigaciones independientes lleva al tiempo armas a los paramilitares sudaneses. Emiratos figuran entre los patrocinadores de la RSF. Las RSF reciben ayuda de los Emiratos Árabes Unidos y de la empresa militar privada rusa Wagner. Las SAF cuentan con el apoyo de Egipto, Turquía e Irán. Las fuerzas especiales ucranianas difunden vídeos sobre sus soldados golpeando a mercenarios rusos que apoyan a las RSF.
Sudán, al margen del origen interno del conflicto, está pues plenamente inmerso en la “guerra mundial a pedazos”. “Es obvio que la tragedia de Sudán recibe menos atención en los medios de comunicación mundiales que otros conflictos en todo el mundo, a pesar de que la violencia y el sufrimiento son colosales», afirma el obispo de Lancaster que es responsable de la Conferencia Anglicana para Africa. «Esto se debe quizá a que se considera menos probable que se extienda más allá de la región y afecte a la situación de seguridad mundial. Tal vez incluso se considere un ‘lugar atrasado’ a nivel mundial. Sin embargo, el sufrimiento de tantos millones de personas debería considerarse una tragedia global’. Según el Programa Mundial de Alimentos (WFP) de la ONU, la guerra en curso desde abril de 2023 ha expulsado de sus hogares a más de 10 millones de personas. Aproximadamente 25 millones de sudaneses se encuentran en estado de malnutrición, de ellos 14 millones en estado de hambre aguda y 1,5 millones de ellos corren ahora riesgo de inanición o de morir de hambre. No hay que callar por mas que con el dedo….