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Y llegó septiembre con quiniela militar

Generales del ET: Enseñat, Meijide, Cebrián, G. de las Hijas y Martín Bernardi. Almirantes: González Gómez, Díaz del Rio y Sobrino. Generales del EA: Bengoechea, Braco y Gracia.

 

El nuevo curso político se postula largo, lo que parece indicar que va a ser corto. Se presenta con una agenda bochinchera enfocada sobre los que, en el post OPERACIÓN ELECCIONES, del pasado 18 de julio (con perdón), aventuraba como objetivos próximos del momento sanchista: control del aparato del PSOE; aprobación de los PGE-2022; lucha contra la pandemia; y contención del separatismo; a los que cabría añadir hoy el control del “recibo de la luz”. Es un escenario multipolar muy tenso no solo entre el Gobierno y la oposición, sino también y principalmente en el seno del ejecutivo. Los podemitas, cada vez más descolgados, necesitan recomponer su imagen antisistema, explotándola desde el Gobierno, aunque sea contra el propio Gobierno que, cada vez más, se evidencia como una coalición de dos gobiernos. La pregunta no es si habrá o no ruptura, sino cuándo se producirá.   

 

En Defensa, al compás de la brillante actuación de nuestros soldados en la evacuación de lo que se pudo desde Afganistán, se perciben sones que anuncian movimientos en la cúpula militar. Bóveda que no se aguanta mucho más. Y no solo por ser la más “veterana” de la OTAN, sino porque, con los cambios, la ministra de defensa, Margarita Robles, proyectaría también una imagen gubernamental de largo recorrido, que es lo que ahora toca. El jeroglífico del relevo ―qué pereza doña Margarita, ¿verdad?―, presenta, en esta ocasión, múltiples opciones  de movimiento que van desde 1 a 4. Y, si me aprietan, a 5.

 

Si fuera solo uno, tal relevo sería el del JEME, GE Varela, que el próximo año será septuagenario. Ese movimiento propiciaría seguramente otro relevo, el del JEMA, GA Salto. Con tal dinámica, aparecería también la opción del cambio del JEMAD, AG López -Calderón (anterior AJEMA, que relevó al GA Villarroya tras su fulminante cese por el asunto aquel de la “vacuna prematura”). Pero éste es un relevo más complicado. No tanto porque don Teodoro lleve solo 8 meses en el cargo sino, sobre todo, porque entrañaría la decisión ―qué pereza doña Margarita, ¿verdad?―,  de elegir como nuevo JEMAD a otro oficial de la Armada o correr el turno (no obligatorio) a un general del ET (o volvería al EA). Como esto son palabras mayores ―que con los intereses de la Armada no es recomendable jugar―, podría suceder incluso que se nombrara JEMAD al actual AJEMA, AG Martorell, lo que conllevaría el nombramiento de un nuevo AJEMA. La posibilidad a 4 es que doña Margarita se liara la manta a la cabeza e hiciera tabla rasa, nombrando una cúpula plenamente nueva. Y, ya puestos, aparecería la hipotética quinta opción: remover también el escalafón de la política de defensa. 

 

La cosa es bastante compleja, pero tengo el pálpito que la “movida” se hará antes de fin de este mes. Algunos ya están opositando a la cuarta estrella. En todo caso, y a petición, en mi quiniela están:  

 

-Generales del ET: Enseñat; Meijide; Cebrián; G. de las Hijas; Martín Bernardi.

-Almirantes: González Gómez; Díaz del Rio; Sobrino. 

-Generales del EA: Bengoechea; Braco; Gracia

Ya veremos, que dijo el ciego…