The news is by your side.

Juan Bravo el nuevo ‘consejero de Jaén’

El hombre que ha estado a punto de ser presidente de Ceuta, dedica su vertiente política a Jaén, su tierra adoptiva y al PP provincial.

 

«Teodoro es una persona muy inteligente, con don de gentes, pero quizás no ha sabido interpretar lo que era nuestro partido. Y ha habido un afán de controlar las estructuras territoriales e imponer a los candidatos. Este partido no es Vox, este partido no es de mando único» 

Así se expresaba Juan Manuel Moreno Bonilla este fin de semana en una interesante entrevista de las periodistas Elsa García de Blas y Eva Saiz para El País. El dirigente andaluz del PP, que desparrama sinceridad y sentido común en toda la charla publicada, confirma su desacuerdo histórico con los métodos del exjefe del aparato de Génova 13, el primer caído de la guerra contra Pablo Casado y al que las baronías hacen responsable de tanto descontento y desbarajuste interno en el partido. Moreno Bonilla lo ha padecido como el que más, librando estériles batallas provinciales en lugares como Almería, Granada, Jaén y con enfrentamiento abierto en Sevilla, una operación llevada a cabo con trampas que finalmente no denunciaron en el Juzgado los perdedores tras un supuesto pacto de lealtad que nunca se cumplió. Que pregunten en Lora del Rio y sus presupuestos. 

Cuenta Moreno Bonilla el domingo: «En el caso de Sevilla, se convocó un congreso de espaldas a la dirección regional. Eso no se puede permitir. Uno no puede ser un atrezzo. Ese tipo de cosas son las que minaron en gran medida la confianza de las estructuras territoriales en la dirección nacional».  También podría haber contado el presidente como tras convencer a Gabriel Amat para que hiciese un último esfuerzo y volviera a presentarse al frente de una candidatura unitaria en Almería, el alcalde de Roquetas recibió a los pocos días una llamada de Teodoro  agradeciéndole los servicios prestados al partido y anunciándole que pondría de presidente a su delfín Javier Aureliano García.

Uno de los barones del PP, de los que estuvo en la cumbre decisiva del 23F, me contó su sorpresa y desagrado cuando, por teléfono, Garcia Egea le discutía una decisión a tomar en su organización regional y ante el desacuerdo del presidente va y le soltó al más puro estilo cuartelero: «Mira fulanito, no me toques los cojones». 

El presidente regional del PP en Andalucía se ha quedado como perro que le quitan pulgas y, lo mas importante, con las manos libres para reorganizar o reconducir, sin interferencias, los desaguisados del inmediato pasado de Teo y sus colaboradores necesarios en cada provincia, la ‘efebocracia’ según mordaz acuñación del expresidente del PP de Granada Sebastián Pérez. Parece que la de Bonilla será una revolución tranquila, sin prisas pero sin pausa, que hay que hacer listas y en alguna provincia las miradas se tornan hacia Sevilla y Málaga, escrutando lo que les dicen los carteros reales. 

Quizás uno de los casos de mayor interés sea el de la provincia de Jaén donde un hombre del presidente parece que reúne el perfil idóneo para intentar levantar las expectativas del PP en capital y provincia, hecha unos zorros por su pasado inmediato y, también, por la historia que arrastra el partido en la provincia desde su fundación como AP. Sin olvidar el riesgo y el reto de amortiguar un posible bocado electoral que pueda llevarse la plataforma ‘Jaén merece más’. Ese hombre de futuro para el PP se llama Juan Bravo Baena y en Jaén muchos le conocen coloquialmente como ‘Juanele’, muy popular por haber sido un exitoso portero en fútbol Sala.

 

Un hombre pragmático 

Tras la frustración que supuso para los jienenses  que el llamado Plan Colce se marchara a la provincia hermana de Córdoba, asistimos durante semanas a una tensión política que no solo enfrentó a los partidos, también a dirigentes de los mismos, conocedores a pie de tajo de los efectos perversos que suelen acarrear los enfrentamientos por sembrar agravios entre las personas y los territorios.

De todas las declaraciones que aparecieron sobre la decisión del Gobierno adjudicando a Córdoba un proyecto logístico de envergadura y gran impacto económico, llamó la atención la expresada por el consejero de Hacienda de la Junta, cuando afirmó en Jaén que «Hay que pensar en otros proyectos que pueden salir adelante y que están ahí» porque «son una oportunidad» y citó ejemplos que todos en Jaén entendieron porque los padecen desde tiempo inmemorial, «hay una necesidad de infraestructuras, así que pongámonos a trabajar, porque Jaén se lo merece sinceramente» afirmó.

Hubo otras muchas declaraciones, mas o menos llamativas y duras, sobre todo después de saberse de la intervención ( totalmente fuera de guión) de la cordobesa Carmen Calvo, Vicepresidenta 1ª e ilustre egabrense por más señas. 

La postura mantenida por Bravo en este asunto, pidiendo una transparencia en la tramitación que nunca llegó desde el gobierno adjudicatario de Pedro Sánchez, ofrece datos que nos ayudan a conocer algo más el perfil poco corriente de uno de los miembros mejor valorados del gobierno de Juanma Moreno Bonilla. Y, sin duda, uno de los que tendrá largo recorrido en la vida política andaluza y española. Para muchos en el PP, Juan Bravo Baena es un ‘mirlo blanco’ de los que no abundan en política. Otra cosa es que el PP como organización sea capaz de estar a la altura de las circunstancias y obtener lo mejor que pueda dar este funcionario público con tres oposiciones a sus espaldas.

El titular de Hacienda de la Junta ha hecho posible que el presidente Moreno haya podido presumir durante tres años de estabilidad política en Andalucía gracias a los presupuestos llevados al Parlamento por el consejero. Como gran aportación al gobierno de la Junta, que no es poco, debe figurar por tanto de forma destacada la elaboración y aprobación de los sucesivos presupuestos durante la legislatura transcurrida, hasta que Vox se plantó en el último y las condiciones de Juan Espadas de que el PP rompiese con la extrema derecha nos llevaron a la prórroga presupuestaria.

 

Recaudador y recaudados

Para contextualizar mejor al personaje debemos trasladarnos a sus orígenes políticos en la Ciudad Autónoma de Ceuta.  Aún hoy cuentan sorprendidos quienes trataron a Bravo desde el gobierno local como delegado de Hacienda en Ceuta, que lo que más les impresionó fue tratar con un funcionario cuya misión fundamental era la de recaudar e inspeccionar, pero que no dudaba en prestar apoyo, consejo, asesoramiento y total colaboración al gobierno de la ciudad autónoma en todo lo relacionado con su Régimen  Económico y Fiscal.

Fue en esa etapa cuando conoce y traba una larga amistad con Juan Vivas Lara, político con dos décadas largas al frente del gobierno de Ceuta quien le acaba fichando para pelear por el único escaño de Ceuta en el Congreso que obtuvo y revalidó después. En las elecciones de 2016 la lista de Juan Bravo y el PP obtuvo unos 16.000 votos, frente a los casi 7.000 del PSOE. Vox en Ceuta solo obtuvo entonces 141 votos. Tres años después la ultra derecha logra el único escaño con el 35% de los votos (casi doce mil sufragios)  y el PP quedó como tercera fuerza tras el PSOE con el 22,49% de los apoyos, 7.439 votos exactamente.

El sorpasso ceutí de Vox se produjo cuando ya Bravo ejercía como consejero de la Junta, nombramiento por cierto que había roto por la mitad los planes de futuro que el presidente Vivas había diseñado para el PP de Ceuta y su gobierno. Bravo era, para todos, la persona idónea e indiscutible para suceder a Vivas como presidente de Ceuta que con 69 años y desde 2003 gobernando con mayorías sucesivas, cree que es hora de su jubilación política. Vivas fue presidente de Ceuta sin mayoría tras la moción de censura que todos los partidos presentaron al GIL, siendo presidente de la ciudad Antonio Sampietro contra el que votaron algunos de los suyos y por eso triunfó la moción que supuso a la postre el principio del fin de gilismo.

Juan Bravo, según cuenta el propio Vivas a sus amigos, mantiene el contacto «casi permanente» con Ceuta, con sus gobernantes y sus problemas. Aún hoy le siguen considerando un ‘caballa’ más y saben que es de los que «siempre responde a Ceuta y a los ceutíes». Pero la ciudad española del norte de Africa ya no es donde el consejero centra su atención y preocupación política.

Pese a mantener un perfil público como ‘técnico’, en realidad Bravo es un político que aprende rápido y solo hay que remitirse y comparar los sucesivos debates de presupuestos que ha protagonizado. Todo ello aderezado con una formación académica y técnica – profesor de Derecho Financiero en la UCO- que ya quisieran muchos de los que se sientan cada martes junto a él en el Consejo de Gobierno en San Telmo.

 

Ordenar el PP de Jaén

Arrancaba contando como el ‘Juanele’  deportista, tras la crisis del Plan Colce echaba el balón hacia delante, poniendo en positivo una frustrante derrota para sus paisanos, intentando buscar y pelear, cargados de razón y derechos adquiridos, nuevas oportunidades que Jaén tiene, necesita y se merece.

Juan Bravo, echó raíces juveniles en Jaén donde estudió, trabajó y creó su familia. Motivo más que suficiente como para que se haya convertido en el nuevo ‘consejero de Jaén’, título que durante décadas mantuvo con desahogo imbatible Gaspar Zarrías, otro jugador de futbol de Jaén como Bravo. 

Todo ello en una provincia donde el PP deja mucho que desear como organización política, con viejas divisiones internas entre clanes y la guinda final, colocada por el finiquitado Secretario General del PP Teo García Egea al maniobrar y quedarse con el control orgánico del partido, con el actual presidente provincial Erik Dominguez al frente. Un hombre joven, disciplinado, no excesivamente contaminado por el ‘teodorismo’ con el que seguramente se seguirá contando.

En el PP de Jaén, desde los tiempos de AP, mandó siempre don Ramón Palacios  y por delegación quienes Don Ramón decidía. Palacios, agasajaba a Franco a su paso por La Carolina cada vez que el ‘caudillo’ bajaba a pegar tiros en los cotos de caza andaluces. Gabino Puche intentó destetarse del veterano cacique, pero fue Arenas quien con la habilidad que le caracteriza, logró entretener a don Ramón, dándole una discreta hornacina de respeto y haciéndole caso en algunas cosillas que de vez en cuando le pedía. Don Ramón acabó llevando a los niños de Aznar y Botella los domingos al Palco del Real Madrid.

No es previsible que Juan Bravo ocupe su agenda como cargo orgánico del partido en Jaén, pero sí que su opinión e influencia será decisiva en el devenir del partido. La primera incógnita por despejar está en saber quién encabezará la lista municipal de Jaén, sin candidato a la vista en la actualidad. Dicen que en ello está Juan Bravo, pero nadie confirma nada, solo humo anaranjado.

Bravo posiblemente sea el consejero que más y mejor información dispone  sobre la gestión socialista durante décadas en la Junta, especialmente en materia económica. Sin embargo no se le ha visto ávido por la filtración o la denuncia de las miserias del adversario, teniendo como tiene acceso a los archivos mas sensibles de gobiernos del pasado. Ni siquiera llegó a activar la propia denuncia del PP andaluz, hecha seis meses antes de ganar la Junta, donde mediante un burofax de Marcos Contreras como vicepresidente del PP en la fundación bancaria Cajasol, se pedía  al consejero socialista Antonio Ramirez de Arellano una auditoria sobre la gestión bajo sospecha del presidente socialista de la Fundación, Antonio Pulido, al que el ‘gobierno del cambio’ han mantenido como si fuera un cargo de confianza del PP o Cs. Pero la decisión de mirar para otro lado no fue de Juan Bravo, sino de Elías Bendodo.