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Gallegas satánicas

Claro que a Sánchez no le importará mucho decrecer electoralmente en Galicia, siempre que el PP no pudiera formar gobierno allí.

Aparte de la llamada amnistía ―que cada vez parece más inviable―, el tema más sobresaliente de la semana va a ser el electoral. Por eso, conviene recordar que, atendiendo a su convocatoria, hay dos tipos de elecciones. Unas son las sampedrinas, que se celebran cuando toca, bajo el signo de que “al que Dios de las dé San Pedro se las bendiga”. Las otras son las satánicas, que se anticipan por interés particular del convocante  y “las carga el diablo”.  Las elecciones en Galicia, adelantadas al 18 de febrero, son, obviamente, del segundo grupo. Ha sido el interés de Alfonso Rueda, presidente de la Junta de Galicia, quien, en su nombre o, quizás, en el de Feijóo, ha convertido en satánico lo que tradicionalmente fuera sampedrino. Un tiro precipitado que podría darles, a ambos, en el pie.

El super prolífico vivero político español ―que, en realidad, cuenta con tantos grupos políticos como habitantes―, se sintetiza, para estas gallegas, en los siguientes partidos: PP, Vox, Sanchista, BNG, Sumar, Podemos, Espazo Común Galeguista, Pacma, Escaños en Branco y Por un Mundo máis Xusto. Habida cuenta de que, para obtener escaños hay que obtener el 5% del total de los votos válidos por circunscripción, probablemente solo cuatro de ellos: PP, BNG, Sanchista y Sumar logren asientos en la próxima cámara autonómica. El morbo está en aventurar cuáles de ellos  entrarán en el gobierno.

La tradicional mayoría absoluta popular en el parlamento autonómico, 38 escaños, no está asegurada. El PP aparece con dos hándicaps que, quizás, obstaculicen su reválida gubernamental. Uno podría venir de la mengua de votos gallegos desde Argentina ― el país que concentra más gallegos en el mundo después de España―, y a los que Rueda no se ha dignado visitarles. El otro es que Vox, que aparenta tener ahora más fuerza que en las pasadas municipales ―comicios en los solo logró un asiento de concejal en toda Galicia (Lilian Cerdeira, en Avión, Pontevedra)―,  podría alcanzar un 2% de votos, porcentaje que, si ese partido no concurriera a las autonómicas, hubiera ido probablemente a engrosar la cuenta del PP.

Si el PP no alcanzase la mayoría absoluta, lo más probable es que los otros tres partidos: BNG, Sanchista y Sumar se coaliguen para formar un Gobierno presidido por Ana Pontón, la nº1 de la primera de esas tres formaciones. En todo caso, las otras dos formaciones, Sanchista y Sumar, serán muy minoritarias y estarán alejadas de sus aspiraciones. Sumar, porque al concurrir a las elecciones separado de Podemos, este último, sin obtener escaños, le restará votos. El partido sanchista porque huele a fosfatina; cada vez está más desfondado por su alocada carrera hacia la inconstitucional amnistía. Claro que a Sánchez no le importará mucho decrecer electoralmente en Galicia, siempre que el PP no pudiera formar gobierno allí. Si tal sucediera, veremos, en los medios, a un exultante  Sánchez voceando: “hemos ganado”.