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Los Maroto en política

La señora Maroto, ministra,  ha alabado la belleza ígnea del volcán palmero que arrasa la hacienda y hogares  de españoles sufrientes.

 

Lo de apellidarse Maroto y dedicarse a la política y a vivir de ella (bien) debe tener algún gen peligrosamente al borde del acantilado.

Así la señora Maroto, ministra del gobierno de España,  ha alabado la belleza ígnea del volcán palmero que arrasa la hacienda y hogares  de españoles sufrientes porque va a permitir venir a turistas europeos a gastar dinero en impuestos y otros menesteres y su ministerio engordará las estadísticas y hará crecer la recuperación de España gracias al milagro de este magno gobierno.

Así el señor Maroto, uno de los niñatos de doña Esperanza en Génova con Casado, ha dicho que no van a cumplir con la Constitución renovando al señor Lesmes que es suyo y de Aznar, porque el señor presidente del legítimo y legal gobierno  de España, lleva desde hace tres años incumpliendo el octavo mandamiento de la Ley de Moises, tablas que él sí cumple como es público y notorio.

He aquí dos ejemplos de la inteligencia que dos cargos públicos alimentados por la olla grande, aportan al avance del país. Ambos se apellidan Maroto. No puede ser casualidad.