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¡Qué poca memoria o qué poca vergüenza! 

Lo triste es que este Partido Popular vende humo, al contrario de lo que sería lógico: primero hacer las cosas y después venderlas.

 

El Partido Popular a la hora de vender sus productos suele utilizar, entre otras técnicas perversas, una que se repite sistemáticamente y que quiero poner de manifiesto ahora: reinventar la historia a su gusto, con el doble objetivo de defenderse y de atacar al adversario. Y cuando eso se hace con embustes, lejos de ser un comportamiento honesto se convierte en un método despreciable y denunciable. Como ejemplos citaré solamente dos. 

El primero: ayer oí al candidato del PP a la alcaldía de Sevilla, J Luis Sanz, hacer una tremenda crítica sobre los 20 años que, decía, han pasado sin que se resuelva un proyecto muy importante para Sevilla y su provincia, como es la Ciudad de la justicia, y que ahora el presidente Moreno Bonilla lo iba a arreglar. Pero de esos 20 años transcurridos, una grandísima parte del retraso hay que apuntársela al propio Partido Popular y no sé si este señor Sanz desconoce algunos datos que ahora detallaré, o si le falla mucho la memoria. 

Creo recordar que ya cuando el alcalde era el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín y un tal Juan Ignacio Zoido estaba en la oposición,  después de analizarse numerosas alternativas sobre la ubicación de este importantísimo proyecto para Sevilla, se llegó a un pacto mayoritario en el Ayuntamiento, para que dicha Ciudad de la Justicia se instalara en la avenida Blas Infante, a pocos metros de una de las avenidas más emblemáticas de Sevilla, como es la de la República Argentina. En ese proyecto estuvieron de acuerdo y votaron a favor, entre otros, los concejales del Partido Socialista y del Partido Popular. Pero cuando después se estaban gestionando dichos terrenos, que en parte eran de titularidad estatal, llegó a la alcaldía el mismo Zoido y ahí cambió radicalmente de criterio, negándose a que se instalara la Ciudad de la Justicia en el mismo sitio en el que antes se había acordado.

Hay quien dice que fue culpa de las presiones de sus colegas, jueces y en general el mundo de la justicia, que decían que era muy lejos para desplazarse ellos a dicho sitio. No estamos hablando del extrarradio de la capital precisamente, como por ejemplo, donde se preveía situar la ciudad de la justicia en Madrid.  Y para acabar de rematarlo, la contrapropuesta que hizo el Ayuntamiento de Juan Ignacio Zoido era de una chapuza tal que no había forma de llevarlo a cabo. Recuerdo que, aparte de proponer distintos espacios inconexos, algo diametralmente opuesto a lo que es la ubicación de una ciudad de la justicia, se pretendía construir una horrorosa torre en donde hoy está la sede de la audiencia y los juzgados del Prado, sin tener la más mínima consideración con el entorno monumental sevillano (Alcázar, Universidad, Plaza de España, casco histórico…) y para completar los metros cuadrados necesarios se proponían ¡cuatro o cinco plantas subterráneas!, lo que no resistía la más mínima normativa laboral.

Tampoco podemos olvidar que,  en esos 20 años de los que habla el candidato del PP, se encuentran los 5 últimos, en los lleva gobernando Moreno Bonilla, que ha cambiado a un nuevo emplazamiento (Palmas Altas, junto a la SE30), sin que se hayan dado los pasos definitivos (fáciles por estar ya construido el edificio) que consiguieran que ya estuviera operativa la Ciudad de la Justicia, aprovechando las ventajas de que el edificio ya estaba construido y solo habría que readaptarlo a su nueva funciones. Lo triste es que este Partido Popular vende humo, al contrario de lo que sería lógico: primero hacer las cosas y después venderlas o no hacerlas: por ejemplo, la Ciudad de la Justicia de Madrid, con un edificio impulsado por Esperanza Aguirre acabado que costó una verdadera fortuna,  y que lleva abandonado más de 10 años. 

El segundo ejemplo de esta forma populista de hacer política es el furibundo ataque ultraandalucista que le ha dado ahora al Partido Popular y que le hace aumentar las medallas, que «se conceden en reconocimiento de méritos, acciones y servicios excepcionales…»    con motivo del Día de Andalucía, en un número nunca igualado. Al Partido Popular siempre le han gustado mucho las medallas pero, sin entrar a valorar los méritos extraordinarios de los homenajead@s,  eso lo que hace es devaluar el significado de las mismas. Esto va acompañado de numerosos mensajes que, en los últimos meses, nos ha venido dando el gobierno de la derecha andaluza, pretendiendo convencernos de que no hay nadie más andalucista  que ellos ¡Y eso sí que no, la bandera andalucista no les pertenece! No hay más que recordar que, cuando la mayoría de los andaluces estábamos luchando por nuestra autonomía, la derecha se empecinaba en aquel mensaje de «Andaluz, este no es tu referendum». Hizo una labor tan dura como indecente para evitar que Andalucía fuera una comunidad de primera, a pesar de lo cual, lo conseguimos. 

Es bueno rectificar, y ennoblece a quien lo hace, pero no con mentiras y no reconociendo que se estaba equivocado. Con el tiempo, se han dado cuenta de que nuestra demanda autonómica era defendible pero siguen queriendo vender la historia de una manera muy distinta, a como en realidad ha sido; y esto es un insulto para quien lo hace y para el ciudadano al que pretenden engaña, Por eso aquí estaremos denunciando sistemáticamente estas tropelías las haga Moreno Bonilla, Jose Luis Sanz, o el sursum corda…