Rabias locas
Sarkozy ha sido ya condenado tres años de prisión por “corrupción” y “tráfico de influencias” en el procedimiento Bismuth.
En “Los miserables”, Victor Hugo describió las rabias locas. Y a ellas me remito al sintetizar las situaciones judiciales que sintetizo, referidas a Francia y a un importante político del país que publica estos dias un libro de sus memorias. Mientras España proporcionaba cabeceras a los medios del mundo entero por un pico de un macho al que le patina el seso, el viernes 25 de agosto Nicolás Sarkozy conoció oficialmente la decisión judicial de remitir al tribunal correccional el procedimiento en el que junto con otros doce encausados, se le acusa de supuesta financiación de su campaña electoral de 2007 por el dictador Muammar Gaddafi a la sazón jefe del estado libio. La instrucción judicial de ha durado diez años, y en el auto de remisión al tribunal correccional , que consta de 557 páginas deduce que se estableció un pacto entre Nicolas Sarkozy y Muammar Gaddafi con el fin de financiar la elección del primero”. Por lo que concreta los delitos por los que deberán ser juzgados: “malversación de fondos públicos”, “corrupción pasiva”, “financiación ilegal de la campaña electoral” y “asociación de malhechores para cometer un delito castigado con diez años de prisión”. Sarkozy ha sido ya condenado tres años de prisión por “corrupción” y “tráfico de influencias” en el procedimiento Bismuth (en primera instancia y en apelación), y a un año de prisión (en primera instancia) por “financiación ilegal de la campaña electoral” en el procedimiento Bygmalion.
La Fiscalía Nacional Financiera espera que se celebre el juicio “entre el 6 de enero y el 10 de abril de 2025 ante la 32a Cámara del Tribunal Correccional de París”, habiendo detectado circuitos opacos de fondos libios y a desembolsos de efectivo durante las elecciones presidenciales de 2007. El testigo Ziad Takieddine en varias de sus declaraciones judiciales en la instrucción afirmó que había transportado en “maletas”, entre 2006 y 2007, de Trípoli a París, 5 millones de euros en efectivo para entregárselos para Nicolas Sarkozy, ministro del Interior, y a Claude Guéant, su director de gabinete. Quien facilitaba el efectivo era Abdallah Al-Senoussi, jefe de inteligencia militar del régimen libio y cuñado de Muammar Gadafi, que fue condenado en rebeldía Condenado en Francia, en 1999 por la justicia francesa a cadena perpetua por organizar el atentado contra un avión de la compañía UTA en 1989 entre Brazzaville, Congo, y París con resultado de 170 muertos, incluidos 54 franceses. Alexandre Djouhri, director del fondo soberano Libya Africa Investment Portfolio (LAP) que fue exfiltrado de Libia tras la caída de Gadafi en 2011 por Francia, será juzgado por “malversación de fondos públicos” y “corrupción pasiva de un funcionario extranjero. Un pago de 10,1 millones de euros realizado, tras las elecciones presidenciales de 2007, a una empresa offshore del Sr. Djouhri quien extraditado a Francia por las autoridades británicas, ha reconocido desde entonces que “Nicolas Sarkozy le pidió ayuda económica para su campaña electoral”. Una instrucción judicial en 2021 está en curso por “soborno de testigos” tras la falsa retractación, en noviembre de 2020, del Sr. Takieddine en BFM-TV y en Paris Match. La instrucción estima en 608. 000 euros esta operación mediática destinada a exonerar al ex jefe de Estado. Nueve personas están acusadas.