¡Salud compañer@s!

Esta frase, tan utilizada sobre todo desde la izquierda, tiene hoy pleno sentido cuando estamos siendo convocados los andaluces a sucesivas manifestaciones para defender la salud pública en Andalucía.

Una salud que se está cargando, un día sí y otro día también, el “nuevo” gobierno andaluz, el que se autocalifica el “gobierno del cambio” y ¡vaya cambio!. 

El cambio consiste en ir quitándole una patita diariamente a la estructura de la salud pública, que con tanto trabajo, esfuerzo e ilusión hemos ido construyendo entre todos los andaluces durante los últimos 40 años.

Una estructura sanitaria que se está ya resintiendo, lo que está a la vista de todos y que nos está afectando a la mayoría de los ciudadanos, directa o indirectamente. Y todavía se jactan de que estas manifestaciones, que estoy seguro seguirán siendo multitudinarias, no las convocan la sociedad sino los partidos políticos, sindicatos y otras asociaciones. Y ¿quién se cree el consejero Aguirre que es la articulación de la sociedad?. ¿Para que se cree que existen los partidos políticos y las organizaciones sindicales?. ¿Para favorecer económicamente a los familiares de los gobernantes?…

Yo comprendo, aunque no comparto en absoluto, que un partido de derechas quiera beneficiar a la empresa privada desde los poderes públicos, y este gobierno ¡bien que lo hace! de dos maneras: deteriorando la sanidad pública para que el ciudadano que pueda económicamente utilice los recursos privados, y el que no pueda que se jo…, y concertando a sustanciosos precios los servicios privados con dineros públicos. De esta manera aplican doblemente su política de derechas (E incluso defienden que ahora dedican más dineros al Capítulo presupuestario de SANIDAD…).

Yo siempre he pensado que un partido de derechas tiene el derecho, y voy más lejos aún, la obligación de aplicar políticas de derechas. Y reconocerse como partido de derechas. Pero a éstos les da vergüenza y nunca los veremos decir que son un partido de derechas; se autocalifican con eufemismos como “reformistas”, “liberales”, “de centro”, “de centro derecha”… A mí no me da vergüenza, es más, es un orgullo proclamarme de izquierdas. 

Pero si aplican políticas de derechas lo que sí tienen la obligación es de decirlo, de decirle a todos los ciudadanos y especialmente a sus votantes: “mirad, votadnos porque vamos a aplicar políticas de derechas y el que pueda se va pagar su salud, su educación o sus servicios sociales y el que no pueda pues… ¡que Dios lo coja confesado!. Como esto no lo hicieron en su día, creo que ahora lo que procede es que hicieran un referéndum previo a seguir deteriorando la sanidad andaluza y que, especialmente, pongan atención a sus votantes, a ver qué opinan de que se produzca este deterioro de los servicios públicos. Y como esto tampoco lo van a hacer, pues que al menos escuchen y atiendan a las demandas de las manifestaciones que continuamente se están produciendo en la calle para defender al personal sanitario y para defender a una sanidad pública, que fue muy complicado, trabajoso y costoso construir pero que cuesta muy poco trabajo destruirla, como ya están demostrando y como seguirán demostrando si en las siguientes elecciones continúan gobernando estos que se llaman el “gobierno del cambio”.

Por todo ello, animo a tod@s l@s andaluces/zas a asistir a las manifestaciones en defensa de la sanidad pública que, en definitiva, es en defensa de tu salud, compañer@.